veintidós

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Esa mañana llovía de forma bastante abundante. Me quedé en la cama,pues amanecí algo decaída. Tenía fiebre también, pero no era un resfrío sino simple estrés. Había sido una semana bastante difícil.

Primero todo el asunto con Héctor,quien quedó en detención preventiva. Después lo de la escuela. Resulto que la chica que reprendi por molestar a la que cantaba,tomo una foto de cuando abrace a Tannat, fuera de la escuela,durante el altercado con Héctor. Dicha foto comenzó a andar por las redes sociales con una premisa,que obligó al rector a entrometerse en el asunto. El problema principal,para mí,era que involucrarme sentimentalmente con un docente podría evitar que lograra titularme,por lo que nos tocó negar absolutamente todo lo que se especuló en torno a nosotros. No era algo muy cómodo para ninguno de los dos por lo que Tannat,termino contando toda la verdad.

Les dijo que en efecto teníamos una relación,pero que está inicio semanas antes de comenzar a trabajar ahí. Le contó,también, como nos conocimos,cuidando siempre de no dar más detalles de los necesarios. El rector se mostró menos hostil,pero dijo que no podía hacer mucho por acallar los chismes,mas Tannat le dijo que no hacía falta salir a explicar nada,enfrascandose en una discusión que duró un par de horas y de la que él,y yo,
salimos bien librados.

Yo me di tiempo para corregir mi escrito,durante esa semana,y al hacerlo,paso lo que dijo Tannat. Mi perspectiva fue diferente al leerlo. Cambie muchas cosas de aquella historia y segura de que aquello era lo mejor que podía dar de mi,en ese momento,lo envíe al concurso y me olvidé del asunto.

Fueron días largos en los que no tuve tiempo de ir a ver a Merus y disculparme con él. Realmente necesitaba hacer eso.Tenía su número,lo llame la mañana del jueves. Dijo que todo estaba bien. Que se alegraba de que a mi,no me paso nada.Fue esa declaración y otras frases,
sumado a varios eventos me hicieron,apenas notar,que era lo que estaba ocurriendo con el menor de los hijos de Tannat y porque este tomo esa extraña actitud hacia mi,cuando le conté lo que pasó con Merus.

No sé cómo no lo note antes, aunque si soy sincera creo que lo sospeche;pero decidí ignorarlo por comodidad. Descubrir el verdadero interés de Merus en mi,fue echarle más peso a la carga que ya traía sobre mis hombros. Realmente estaba cansada y para lo único que me levanté de esa cama fue para ir a comer un poco,como a eso de las diez. Una hora después,mi hermano golpeó la puerta de mi cuarto y me dijo que tenía visita. Casi me caigo de la cama,cuando ví a Tannat en el umbral, sonriendo como siempre.

-estaré abajo-señalo mi hermano e hizo un gesto de "te estoy vigilando" a espaldas de Tannat.

-es un hombre agradable-comento mientras se acercaba a mi cama-me dijo que estabas enferma y le pedí que me dejara verte ¿como te sientes?-me pregunto al poner su mano en mi frente.

-no es nada-le dije y me senté en la cama para verlo de frente.

Su mano estaba helada,pero contra mi rostro caliente,se sentía muy bien. Cerré los ojos un momento,para disfrutar esa caricia que bajo por mi mejilla para detenerse bajo mi barbilla. Sabía que no lo haría,pues mi hermano estaba abajo y Tannat no haría algo así estando en presencia o cercanía de otros, pero yo me quedé a la espera de ese beso que nunca llegó. A veces eso me dejaba una sensación como la de perder el balance,al borde de la acera. Tannat era muy bueno conmigo si,mas yo sentía la necesidad de que dejara un poco esa actitud pretenciosa. Ese modo tan estetico y me regalara momentos más espontáneos. Pero bueno,yo tampoco era muy genuina con él y no porque temiera ser imprudente sino por las trabas que cargaba,mas estas se habían estado de aprendiendo bastante en las últimas semanas. Iba a decirle algo cuando mi hermano se asomó a la puerta,para decir que tenía que salir.

-quedas en tu casa, Tannat-le dijo y luego se despidió de mí.

Desde la habitación escuche que se llevó la camioneta,por lo que asumí que salió por razones de trabajo y eso quería decir que tardaría bastante en volver.

-no te hará bien salir en este estado,con la lluvia podrías empeorar-me dijo inclinándose un poco hacia mí-voy a quedarme hasta que tu hermano regrese. No te molesta ¿verdad?

-no,por supuesto que no,pero ¿no te aburriras? Es que...

-no te preocupes. Descansa un poco,yo estaré aquí-me dijo y caso sentí pesar por él.

-puedes leer un poco u oír música-le dije-aunque tal vez no sean de tu agrado.

-creo que me gustaran,además la idea de hurgar en tu cuarto es muy atractiva-dijo sonriendo y mirando el calendario mural, en que pongo mis creaciones-no sabia que también te gusta dibujar.

-si,bueno...lo hago muy poco.

-no están mal.

-¿dibujas también?-le pregunte y es que no me hubiera sorprendido que también lo hiciera.

-no,dibujar no está entre mis talentos-me dijo y esa declaración quedó con un singular suspenso.

Tannat era bastante impasible, pero no estaba exepto de vulnerabilidades,aunque eran muy pocas. Él sabía muy bien cuánto valía su persona,su trabajo y quienes lo rodeaban. Tannat difícilmente prestaría su atención a alguien que considerara demasiado inferior a él o no le fuera motivo de interés, mostrándose bastante intolerante a esos individuos. Un par de veces,presencie aquello. Pero nada de esto lo hacía invulnerable. Él,como todos, tenía vulnerabilidades y el caso puntual que abrió esa grieta entre los dos,no tenía como factor su edad. Cierto era que yo era muy joven para él,pero Tannat nunca vio o vería esto como algo que le restará atributos. Todo lo contrario era para él,su mayor ventaja sobre cualquiera. El problema radicaba en que su hijo estaba involucrado.

Adivinar el actuar de Tannat respecto a eso,era imposible para mí,pero durante esos días me había surgido un enorme temor a que se hiciera aún lado. No sólo por Merus,sino por todo lo que había sucedido con Héctor y en la escuela. Eran demasiados conflictos para alguien que prefería abstenerse de ese tipo de cosas. La idea de perderlo me causaba mucha conmoción,pues desde hace un tiempo que esa atracción por él se había vuelto otra cosa,una que no pensé que surgiera tan fácilmente y me asustaba bastante,quizá más que el hecho de que Tannat se fuera.

-a Merus también le gustaba dibujar de pequeño-comento al tomar uno de mis dibujos-solía pelearse con sus hermanos, porque tomaban sus lápices o competir con Mojito,a quien también le gustaba pintar.

-yo solía pintar las paredes de la casa-dije evocando aquello con una sonrisa.

-Vados usaba el maquillaje de su hermana Cus,para hacer lo mismo-rio Tannat-y quitar el lápiz labial de los muros era bastante difícil. Pronto será el día del padres y todos se reunirán para visitarme...-agrego un poco decaído.

No volvió a hablar y fue a sentarse junto a mí,en la cama. Lo mire y casi pude ver esa fisura en entre los dos. Al fin sólo salte a sus brazos y me sujete a él para susurrar en su oído:

-te quiero...

Un te quiero como la cuerda que sujeta un bote a la orilla,un te quiero como los muros que delimitan un terreno,un te quiero como hierro caliente sobre la piel,un te quiero como llave y grillete,porque así es ese sentimiento. Un te quiero porque la otra palabra era todavía inefable para mí,además era todavía un pequeño brote en los jardines de mi corazón. Sentir sus manos frías en mi espalda y cintura,me devolvieron un poco la calma y me pregunte si para él fue igual,pues no dijo nada. Acarició mi cabello como pidiéndome que me apartará un poco y al hacerlo termine sentada en sus piernas. De pronto me sentí como una niña impertinente.

Pudo decir algo en ese momento, pero optó por un beso,un gesto espontáneo muy inusual en él, como también la forma en que escarbo en mi boca. Parecía buscar las notas más robustas de mí y yo busqué las más ardientes en él.

El corrector de libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora