Capítulo 4

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Narra Lodovica

Abrí mis ojos lentamente, mire el reloj eran las 11:30, dios mío es tarde, me levante y corrí a ducharme, me estaba terminando de arreglar  cuando el sonido de piedras golpeando mi ventana me despertó, abrí las cortinas y ahí estaba el, sexy, parado tirando piedras a mi ventana, le hize señas para que me esperara y baje corriendo las escaleras

-¿Para dónde vas?-dios, me había olvidado completamente de mi madre

-Voy a casa de James-mentí

-Está bien, pero quiero que llegues para la cena-dijo

-Bueno-besé la mejilla de mi madre-Nos vemos-salí disparada hacía afuera, Diego estaba arriba de su auto, mire hacia todos lados y me subí,Diego partió y unas cuadras más allá se detuvo, yo lo mire desconcertada

-Hola preciosa-se acercó a mis labios pero yo corrí la cara, así que solo beso mi mejilla, el bufo

-Hola Diego -dije-¿dónde iremos?

-Ya lo verás-me guiño un ojo, en el camino fui preguntándole algunas cosas y el a mí, para así conocernos un poco más, el auto se detuvo, mire alrededor, no me había dado cuenta que nos habíamos alejado de la cuidad, estábamos rodeados de prado verde, bajamos del auto, Diego abrió el maletero y sacó una canasta

-Un picnic, me encanta-sonreí

-Y a mí me encantas tu- me robo un beso en los labios provocando que me sonrojara, él sonrió y tomo mi mano guiándonos en medio del prado, yo tendí el mantel a cuadros y nos sentamos, conversábamos mientras comíamos los trozos de fruta y pastel que Diego había traído, en un momento lo miré fijamente, era realmente hermoso, mirada sexy y una sonrisa baja bragas, ¿realmente quería esto?, bueno tengo 15 todos tenemos locuras de adolescentes, así que esta es la mía, algún día contaría esto como anécdota a mis hijos y luego me reiría de mi locura adolescente, así que debo aprovechar esta oportunidad- ¿Por qué me miras tanto?

-Porque eres realmente sexy-dije, me puse de rodillas, tome una fresa y se la acerque a los labios a Diego , el mordió la fresa y cerró los ojos disfrutando del sabor, me sobresalte cuando me tomo por la cintura quedando a horcajadas sobre él, sus labios se cerraron sobre los míos, jamás había besado a alguien y pensar que mi primer beso se lo había dado a él ayer, pase mis dedos por su cabello y lo atraje a mi intensificando el beso, su mano subió por mi pierna y se escabulló bajo mi falda, gemí al sentir su mano sobre mi feminidad

-Estas mojada pequeña traviesa-mordió mi labios y me volvió a besar, mis hormonas se estaban alborotando, sus dedos exploraron mi feminidad, eso me hizo arder, saqué su mano sin dejar sus labios baje mis caderas y mi centro choco contra su erección, moví mi cadera frotándome contra él, él gruñó sobre mis labios, me dio una nalgada, me hizo girar quedando debajo de él, lo rodeé con mis piernas para no perder el contacto, su mano subió hasta mis pechos, inmediatamente me aleje de el

-Creo que deberíamos parar-jadeé

-¿Hay alguna razón?-pregunto divertido, creo que él sabía el por qué, me miró incitándome a continuar

-Es que..yo…soy virgen-dije lo último rápidamente, el lanzó una carcajada, me moleste y me pare rápidamente, él me tomo del brazo-Suéltame

-Preciosa no te enojes, no me río por que seas virgen, es más me parece totalmente adorable-dijo

-¿De verdad?-pregunté, el asintió y luego beso mi mejilla-Entonces de que te reías-fruncí el ceño

-De que te avergüenzas de ellos y yo si fuera tú me sentiría orgullosa-no pude aguantar estallar en risas-¿Qué?

-Es que jajajaja dijiste “me sentiría orgullosa”, como una nenita-me retorcí de la risa, me sobresalté, Diego me tomo por la cintura y me alzó, enrolle mis piernas en su cintura

-No se burle de mi señorita Comello-dijo y me dio una nalgada

-Como usted diga señora Domínguez -me retorcí en sus brazos por la risa

-Te enseñaré a no burlarte de los mayores-dijo, sus labios fueron a parar a mi cuello y su mano se escabulló bajo mis bragas acariciando mi clítoris

-Oh-gemí arqueando mi cuerpo contra el suyo

-Se burlará de mi otra vez señorita Comello -dijo con voz ronca

-Sí-gemí-si me enseñará así, me burlaré de ti ahhh a cada mo..momento-dije con dificultad, sus dedos hacía círculos sobre mi centro elevándome

-Pequeña traviesa-susurró en mi oído, mordió mi lóbulo de la oreja, convulsioné sobre sus labios en un arrasador orgasmo.

Y que importa la edad? Dievica HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora