Capítulo 32

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Desperté en medio de la madrugada, nuestros cuerpos desnudos estaban enlazados, observe cada detalle del rostro de Diego , acaricie sus labios, cada centímetro de él, se removió bajo mi tacto y me miró con ese avellana, penetrando mi alma.

-Hola-sonrió perezosamente

-Hey-bese sus labios, me envolvió en sus brazos para luego posarme en su pecho.

-Esta casa es mía-recorrió con la vista las paredes

-¿Tuya? Dijiste que era de tus abuelos-lo miro

-Ellos me la heredaron, aún no sé qué hacer con ella, así que la conservo-sus dedos recorren mi espina dorsal

-Es muy linda, me imagino esta casa llena de gente, y el patio se podría arreglar, hacerla revivir con un poco de flores-acoto

-Podría hacer eso, buena idea Lodovica -besa mis labios lentamente con un suave vaivén, acaricio su cabello castaño azabache, tan suave y sedoso, me encanta.

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El sonido de mi celular inunda mis oídos, me despierto de un salto, observo mi habitación, aún es de noche, miro mi reloj, 3:30 de la mañana, el sonido vuelve a inundar mi oídos, tomo el celular soltando un gruñido.

-Hola-digo adormilada sin mirar el identificador

-¡Feliz Cumpleaños!-grita la persona al otro lado

-Joder James, ¿no podías esperar por la mañana para llamar? ¡Son las 3 de la mañana!-me quejo

-Hey, agradece que te he llamado, soy la primera persona que te felicita ¿y así me agradeces?-se hace la victima

-Si mi amor, gracias, y como siempre, haz sido el primero-balbuceo un poco a causa del sueño.

-Lo sé, soy el mejor, ahora duerme que estaré temprano en tu casa, adiós-cuelga, mi amigo puede ser un amor pero también un grano en el *****, amo que me llame cada cumpleaños en la madrugada, pero mis energías no están al cien por ciento gracias a cierta persona, golpeo mi almohada para ablandarla y vuelvo a dormir.

-Cumpleaños feliz-un coro de voces me despiertan, me enderezo en la cama con una sonrisa- te deseamos a ti, que los cumplas pequeña Lodovica , que los cumplas feliz- Diego está hermoso con ese beanie, mi madre trae en las manos una rica torta de chocolate en las manos, inclina la torta hacia mí.

-Pide tres deseos-sonríe mi madre, cierro los ojos y pienso, pido mis tres deseos y soplo las velas, al fin tengo 16, Jess aplaude y se lanza encima de mí para besarme por toda la cara.

-Debemos morder la torta-dice Jess, me acerco lentamente y muerdo la torta pero luego prácticamente mi cara está enterrada en la torta, mi boca queda llena de chocolate, miro a Jess para regañarla, pero veo que Diego está a mi lado.

-¡Oye!-lo miro y el suelta una carcajada.

-Arréglate y baja-dice mi madre saliendo por la puerta, lamo mis labios pero ya otros están sobre los míos, Diego se inclina sobre mí besándome, lamiendo mis labios y luego mi cara, me entra un ataque de risas, ya que me hace cosquillas, lo beso una vez más.

-Feliz cumpleaños pequeña-acaricia mi cabello- ve a ducharte que te tengo algo-salto de la cama, agarro una toalla y entro al baño, siento su risa del otro lado de la puerta-Interesada-dice.

-Te quiero-abro la puerta un poco y le lanzo un beso, veo sus ojos brillar y cierro la puerta antes de que vaya a besarlo para luego decirle que venga a ducharse conmigo.

Me termino de vestir cuando la puerta de mi habitación se abre revelando un oso gigante que podría cubrirme entera, mi boca se abre por la sorpresa, la cabeza de Diego aparece tras el oso.

-Sorpresa-dice, corro hacia él y le quito el oso de las manos, ni siquiera puedo rodearlo completamente con los brazos por lo enorme que es, me lanzo a la cama rodeo el oso con mis piernas y brazos, es hermoso.

-Me encanta-digo soltarme del gigante felpudo-gracias bebé-me levanto para besarlo, estiro mis labios para que me bese, él se inclina pero el oso se interpone.

-Deberías soltarlo y me besas-sugiere

-Ni lo sueñes-en un movimiento rápido me quita el oso y lo lanza a la cama.

-Diego -me quejó, voy a buscar el oso pero sus brazos me detienen, me apega a su pecho dejándome sin aliento, sus labios conectan con los míos, besándome de una forma inexplicable, dejándome con ganas de más, mi respiración es agitada-bésame otra vez-ruego, sus labios hacen que sienta que me estoy quemando en el infierno pero a la vez estoy tocando el cielo.

-Deberíamos bajar-susurra sobre mis labios.

-Deberíamos pero no quiero-le acaricio el pecho sobre su camiseta-te quiero-lo miro, sus ojos vuelven a brillar.

-Yo te quiero aún más pequeña-besa mi frente-bajemos, quiero llevarte a un lugar-mi rostro se ilumina y el suelta una carcajada.

Desayunamos todos juntos, la torta de chocolate estaba deliciosa, así que el trozo que quedó lo guarde pero primero amenacé a Jess, debo proteger lo que es mío.

Caminamos de la mano con Diego por el parque, me había llevado a almorzar a un lugar muy sencillo, pero la comida era deliciosa, me llevo de compras, bueno me negué a que me comprara cosas, pero cada vez que me quedaba viendo algo por más de 2 segundos él quería comprármelo y aunque me negué rotundamente a que me comprara algo amenazándolo de que si lo hacía no dejaría que me hiciera el amor en una semana, aun así terminé con tres vestidos, 5 beanies, unos jeans y un par de pulseras.

-Odio que me hayas comprado todo eso mientras yo iba al baño-lo miro mal, el me abraza.

-Quería hacerlo-se defiende.

-Pues yo no-digo, el me mira herido, suspiro, es inútil- me encanta todo Diego-enlazo nuestros dedos- de verdad, gracias-beso su mejilla.

-Así está mejor-sonríe de manera adorable pero a la vez me dan ganas de sacarle la ropa.

-Pero, esta próxima semana es navidad así que ni se te ocurra comprarme algo, esto ya es demasiado-él va a protestar, alzo una ceja y el suspira en acuerdo, me pongo de puntillas y lo beso.

-Me encantas, aun cuando eres amargada-acaricia con la **** de sus dedos mi cintura.

-Yo no soy amargada, solo, no quiero que gastes tanto en mi-suspiro

-No es tiempo de arrepentirse-tira de mi brazo y me lleva arrastrando hacia el parque de diversiones, chillo emocionada, hace tiempo no venía y me encanta la adrenalina, entramos sin comprar tickets, el señor de la entrada le da una sonrisa confidente a Diego y nos deja entrar, ignoro eso, veo una enorme montaña rusa, tiro a Diego del brazo.

-Lodovica , más lento-ríe, la cola para subir es un poco larga, me pongo al final de la fila pero Diego nos lleva hacia el principio de ella, el chico que deja pasar a la gente ve a Diego y nos deja subir, lo miro impresionada.

-¿Qué hiciste para esto?-le pregunto.

-¿No te gusta el parque? Podemos irnos-dice, niego con la cabeza.

-Me encantan los parques de diversiones-sonrío-pero como hiciste para que nos dejaran entrar sin pagar y nos saltamos minutos de fila-acaricio su mano.

-El dueño es amigo de mi padre, así que le pedí un favor, el acepto, además su hija a avanzado progresivamente en mis clases-sonríe, lo brazo fuertemente, podríamos habernos quedado viendo películas en mi casa y para mi estaba bien, ¿pero esto? No me lo esperaba, se ha esforzado mucho, se ha lucido a decir verdad, me siento un poco incomoda respecto a que gaste su dinero en mí, pero le agradezco la intención, me demuestra de todas las maneras posibles que me quiere y eso colma mi alma de felicidad. Entierro mi rostro en su cuello, él me aleja y me mira- Hey-acaricia mi rostro-no llores pequeña-sus labios tiran de una sonrisa.

-Es que…-mi labio tirita-tú, me haces ama….yo-el tira de mí hacia su pecho.

-Ya pequeña-seca mis lágrimas rebeldes-ahora deja esas lágrimas y prepárate para gritar-sube las cejas en doble sentido haciéndome reír, nos subimos al carro, estoy lista para la adrenalina.

Y que importa la edad? Dievica HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora