Capítulo 53

1.2K 47 3
                                    

Luego de cortar la llamada me doy unos minutos para pensar. La gente suele equivocarse, pero como tomar la decisión correcta cuando el miedo está detrás. Y sumándole a eso, lo perra que puedo haber sido al no demostrar lo suficiente mis sentimientos. Estoy golpeándome mentalmente por todo esto, solo espero que me perdone, por favor.

Voy a ser lo suficientemente sincera para que esta vez me entienda, seguro piensa que soy una perra pequeña sin sentimientos, al igual que lo creo yo. Me levanto de la silla, un escalofrío me recorre de pies a cabeza, abro mis brazos, elevo mi vista a cielo rogando porque Dios me de la sabiduría suficiente para enfrentar mis ridículos miedos y poder entregarme por fin, completamente a mi hombre.

Entro a la casa, pero esta silenciosamente escalofriante. Recorro toda la planta y cuando finalmente me doy cuenta que no hay nadie me entran las ganas de llorar, pero sobre todo el agujero en mi corazón se ensancha cada vez más. Me apoyo en la pared reprimiendo un sollozo, los ojos se me inundan de lágrimas y por un momento creo escuchar algo.

Agudizo mis sentidos y vuelvo a oír, esta vez, una suave melodía. Subo las escaleras hasta nuestra habitación, de donde el sonido proviene. La puerta está entre abierta, la melodía me envuelve y el escalofrió me recorre otra vez, reconozco la canción. Entro casi sin hacer ruido mientras Please forgive me de Bryan Adams llena el ambiente, se me encoge el corazón cuando la letra me da un latigazo al corazón.

Él está ahí en la terraza, sentado en una butaca y un cigarrillo en sus labios.

Con cada paso que doy hacia él, mi corazón se encoge y arde en mi pecho, sin poder postergarlo más, arrebato el cigarro de sus labios y me escabullo en su regazo para volverme un ovillo contra él, cuando creo que me va a rechazar, sus brazos me envuelven apretándome más contra él y sus labios se posan en mi cabeza. Rompo en sollozos y me vuelvo temblorosa, mis dedos se aferran a su camiseta y él me acaricia suavemente la espalda. No puedo soportarlo más.

-Perdóname, por favor perdóname-sollozo- yo solo…-la respiración se me entrecorta- te amo demasiado Diego , quiero ver el mundo contigo, quiero todo contigo, solo tengo miedo a eso- me aleja un poco de su cuerpo, para poder mirarme a los ojos

-Lodovica , cielo…-pongo mis dedos en sus labios para que me deje hablar

-Perdóname, se que crees que soy una perra sin sentimientos porque nunca estoy demostrándote lo suficiente como me siento, pero es que dependo tanto de ti Diego , no puedo vivir ni un día sin que me despiertes o sin que me abraces y ames cada noche, te tengo tan clavado aquí-toco mi pecho- tienes mi corazón en tus manos, podrías destrozarlo si quieres, te pertenezco- las lágrimas siguen rodando por mis mejillas- no puedo estar un día sin ti, por eso tengo miedo.

Las lágrimas no me dejan hablar completamente por los sollozos, pero es ahora o nunca, este es el momento en que debemos abrir nuestras almas y rogar por el perdón, solo porque has cometido ridiculeces por tus miedos, pero nadie puede juzgarte por ello. Todos cometemos errores.

-¿Cómo se yo que no te aburrirás de mi cuando nos casemos?-digo, el toma mi rostro en sus tibias manos

-¿Tu te aburrirías de mi?-el pregunta, niego con la cabeza-¿Entonces como quieres que me aburra de ti?-me mira con sus ojos bañados en amor y eso me pone más sentimental aún

-Quiero hacerlo Diego , quiero casarme contigo y no es solo un simple sí para mi, soy tuya, siempre-cierro los ojos, aprontándome a la vergonzosa verdad que revelaré-quiero tener hijos contigo-susurro, sus dedos se clavan en mi cintura-muchos, tu eres mi familia Diego , te amo-abro mis ojos avergonzada, su sonrisa es enorme y sus ojos brillan

-Oh Lodovica -sus brazos me atrapan y me besa tan suavemente, me acomodo en su regazo para quedar a horcajadas, deslizo mis dedos por su sedoso cabello y nos dejamos complementar aún más con un beso.

Y que importa la edad? Dievica HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora