Capítulo 48

1.2K 54 7
                                    

Narra Lodovica

Los días son cada vez más maravillosos, descontando las cosas malas todo estaba siendo perfecto. Mi quimioterapia está avanzando, aunque sigo sintiéndome mal después de cada una de ellas.

Un grito de emoción proviene de la planta baja, me sobresalto un poco y me decido a bajar para ver que viene todo esto. Mi madre está tirada en el sofá son una sonrisa bobalicona que promete no irse de su cara.

-¿Cómo te ha ido?-pregunto queriendo saber los detalles de la cita tan importante que ha tenido hoy con su novio.

Estira su mano, no veo nada aún, hasta que mis ojos se abren a tope y suelto un grito de emoción, ella se une a mi, me acerco para abrazarla.

-Nos vamos a casar-chilla, saltamos las dos como adolescentes por el salón

-No puedo creerlo, que emoción-la aprieto por la emoción contenida, estoy tan feliz por ella, al fin sucede algo feliz en esta familia.

-¿Qué son esos gritos?-dice Diego entrando por la puerta

-Mamá se va a casar-le comento

-Muchas felicidades Graciela-él se acerca para felicitarla

-Gracias Diego , creo que iré a darme un baño-suspira, aún sin borrar la sonrisa de su boca

-Está bien-le digo, tomo la mano de Diego y lo conduzco hacia mi habitación.

Me lanzo sobre la cama, es se recuesta a mi lado. Le dedico una sonrisa radiante.

-Que emoción

-¿Qué cosa?-me mira

-Aunque yo no me quiera casar, me emocionan bastante las bodas-me acerco a él

-¿Así?-sus ojos brillan- eso quiere decir que no le tienes completamente miedo al compromiso-afirma

-Tú sabes, es solo que creo que cuando te casas toda la emoción de la relación se pierde

-¿Haz estado casada alguna vez?

-No

-Entonces no sabes de lo que estás hablando, cielo-me abraza por la cintura, sus labios rozan suavemente mi cuello para luego ir ascendiendo hasta mi cuello.

Mis dedos se enredan en su suave cabello, cierro mis ojos para disfrutar de la exquisita sensación. Sin más preámbulos, me besa suave y delicadamente, acariciando, explorando pero quemándonos a la vez, no dejes de besarme nunca Diego , pienso.

-Te amo-susurro, sus cálidos ojos se encuentran con los mios, advirtiéndonos promesas satisfactoria de por vida.

-Te amo Lodovica , más que a mi propia vida-su nariz acaricia la mía mientras nuestros labios se rozan y el aliento se entre mezcla, quiero cada parte de su ser, apasionada y locamente.

Me recuesto en su fornido pecho, él acaricia mi cabello lánguidamente, este es el momento en que debo proponerle aquello.

-¿Diego?

-¿Si amor?

-Necesito que me acompañes a un lugar-me levanto, alejándome del calor de su cuerpo, el que luego vuelvo a sentir cerca de mi

-Donde tu quieras-sonríe

No me ha preguntado donde vamos, y agradezco infinitamente aquello, así que cuando entramos a la peluquería no me doy el tiempo de preguntar si el ha adivinado a que venimos.

La chica del mostrador me sonríe y me lleva hasta la silla frente al espejo, ya había planeado esta cita con ella.

-En un momento viene Paul, ponte cómoda Lodovica -dice la chica cuyo nombre no sé.

Y que importa la edad? Dievica HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora