Capítulo 16

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No me iba a quedar en la habitación pensando en el estúpido de Diego Domínguez , baje a la cocina, tome un vaso de jugo cuando sonó el timbre, solo esperaba que fuera mi madre que con Jess, abrí la puerta, no había nadie aparte de un sobre un tanto grueso, lo tome y entré. Me lance en el sofá, termine de rasgar el sobre para quedarme estupefacta, fotos mías y de Diego haciendo el…teniendo sexo en su pequeña oficina se adjuntaban a una pequeña nota.

“Pequeña zorra si quieres que tu sucio secreto este a salvo tendrás que hacer algo por mí”

¡Dios! Como pudo suceder esto, corrí a mi habitación y escondí las fotos, mamá se enteraría y rompería su corazón, pero no dudaría en enviarme a un internado. Él o ella querían que hiciera algo para salvar mi pellejo pero ¿Cómo? La idea me puso enferma, me tire sobre la cama, esto me estaba superando, no, no lloraría, pero, mierda si quería. El timbre volvió a sonar, el pánico me invadió, pero quizás esta vez sí era mi madre, baje y abrí, pero sin darme cuenta me encontraba contra la pared mientras una mano cubría mi boca, abrí los ojos encontrándome con unos ojos negros. ¡Tomas!

-¿Me esperabas preciosa?-ronroneo en mi oído, me quede quieta, presa del pánico, era él- Eres una sucia, de verdad me gustabas pero esto-soltó una carcajada, su mano subió por mi muslo, iba a llorar- Si querías gritar como una perra me hubieras avisado-se me escapó un sollozo-Haremos algo, tu fingirás ser mi novia y harás TODO lo que yo quiero, o-me dirigió una sonrisa, malvada- tu mami se enterara lo zorra que eres-sus labios bajaron por mi cuello, intente alejarlo pero me abofeteó, una lágrima resbaló por mi mejilla- ¿entendido?-asentí enérgicamente, abrió la puerta, me arrastró hasta la entrada y me beso, me aleje de él, apretó mi brazos con tanta fuerza que quería gritar- Hasta luego cariño-beso mi mejilla, se subió a su auto, cerré la puerta y me metí en el baño, restregué todo mi cuerpo y me lancé a la cama, no pude reprimir mi llanto, miedo, era lo único que sentía en este momento.

*Narra Diego *

Miraba el cielo de mi habitación, debía de haber estado así por horas, no la había escuchado, pero un desgarrador llanto inundo mis oídos. Creí que era por esto, pero una parte de mi presentía que no, miedo, lo podía sentir, esa parte de mí que la quería…no solo sentía amistad por ella, esa parte sabía que algo no andaba bien…

*Narra Lodo*

Después de clases fui a buscar a mi pequeña hermana, la deje en clases de arte y salí de ahí, no podía quedarme junto a Tomás y que me volviera a tocar. Entre al Starbucks más cercano, pedí un frapuccino y me senté en una mesa apartada, estaba tan sumida en mis pensamientos.

-¿Puedo sentarme aquí?-levante mi vista, un lindo chico, cabello castaño, ojos cafés y linda sonrisa, tenía una marca de nacimiento supongo, en su cuello, se veía tierna- Oye…

-Sí, lo siento, siéntate-me dedico una linda sonrisa y se sentó frente a mi

-Me llamo Marco -estiro su mano

-Lodovica, Lodovica Comello-estreche su mano y sonreí. Nos pasamos la tarde conversando de muchas cosas, me conto sobre él, Marco Lopez , 21 años, bombero, soltero y muy, muy simpático. La confianza se daba tan fácil con él, la hora se me paso volando, intercambiamos números para volver a juntarnos y seguir conociéndonos.

Camine rápidamente para ir a buscar a Jess, en la entrada de la pequeña escuela de artes, estaba mi hermana en la entrada conversando con Diego , ella al verme me hizo señas con la mano, obligadamente me acerque a ellos, Diego me miro de pies a cabeza, frunció el ceño cuando miro mi mejilla, estiró su mano para acariciar mi cara, sus dedos rozaron mi mejilla, hice una mueca de dolor y aparte mi cara

-¿Qué te…

-Vámonos Jess-tome la mano de ella y nos alejamos.

{1 semana después}

Tomás había estado atormentándome toda la semana, después de clases iba a buscar a mi hermana y la dejaba en clases de artes, para luego salir de ahí, no quería estar cerca de Diego , no podía, el me obligaría a mirarlo a los ojos, me besaría, terminaría contándole todo, y Tomás le contaría todo a mi madre haciéndome la vida imposible. Así que después de escaparme de clases de artes salía con Marco , nos hicimos tan buenos amigos, a veces salíamos solos o, nosotros dos incluidos Daisy y James.

Me di una ducha, Marco vendría a buscarme a las 11:30am, me vestí y baje las escaleras, tome una manzana de la cocina dándole una mordida, el timbre sonó.

-Hija, Marco está aquí-dijo mi madre, al principio no estuvo de acuerdo con nuestra amistad ya que Marco es muy mayor y blah blah blah, pero luego acepto. Abrí la puerta y salté a los brazos de Marco

-Hey, preciosa-me abrazo- ¿Cómo estás?

-Bien-bese sonoramente su mejilla-¿Nos vamos?

-Si tú estás lista-sonrió, asentí

-Adiós mamá-grite, escuche su respuesta y salí, Marco tomo mi mano para irnos cuando Diego sale en el mismo instante de su casa, nos miró y sonrió maliciosamente

-Marco viejo-se saludaron en un apretón de manos

-Diego , no has ido a las juntas en 2 semanas-Marco  lo regaño

-Si lo siento-hizo una mueca, miró nuestras manos entrelazadas, frunció el ceño y luego sonrió forzadamente- ¿y ustedes se conocen?

-Claro-dijo Marco- como no podría conocer a esta preciosura- Marco levanto el brazo, me hizo girar, me atrajo por la cintura y beso mi mejilla, haciéndome sonrojar

-Me alegro-dijo Diego , seco

-Bueno viejo, nos vemos luego, debo llevar a esta hermosura por un helado-Marco me sonrió, yo le devolví una radiante sonrisa, Diego miro hacia otro lado, se dieron un apretón de manos y se fue.

La tarde fue demasiado entretenida, el tiempo con Marco era perfecto, me despedí de el para ir a casa. Cuando llegue las luces estaban apagadas, subí directo a mi habitación, solté un grito cargado de miedo cuando alguien jaló mi cabello, me encontraba estampada en la pared con la cara de Tomás encima.

-Así que la zorra no se conforma solo con una polla, si no que busca otra, ¡perra! Eso es lo que eres, le contaré todo a tu madre

-No-sollocé

-Cállate-me golpeó- podría no hacerlo, pero quiero algo a cambio-me lanzó contra la cama, con una mano aplastó mi boca y con la otra desabotono mi pantalón, quería morir, esto no podía estar pasándome, metió sus manos en mis bragas y lo mordí fuerte en la mano

-¡Zorra!-me abofeteó fuertemente

-¡Suéltala hijo de puta!-todo se volvió borroso, Diego estaba sobre Tomás , golpeándolo, la policía estaba ahí, ¿de dónde salieron?.

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Abrí mis ojos de golpe, mire a mi alrededor, esta no era mi habitación, solté un grito presa del pánico, la puerta se abrió de golpe, un Diego en pantalón de pijama y sin polera corrió hacia mí y me abrazo.

-Tranquila preciosa, aquí estoy-acaricio mi cabello y beso mi frente

-Diego -sollocé

-Lo sé tranquila-me abrazo más fuerte- no debiste alejarme así de ti-me separe de él y lo mire

-¿Y querías que hiciera?-dije enojada, el suspiró

-Lo siento, solo no quería admitir que te quería-tomo mi rostro entre sus manos para que lo mirara- te quiero Lodo, no quiero decir aún te amo porque quiero demostrártelo antes de expresar esa gran palabra, ¿aún me quieres?

-Ya es muy tarde-le dije

-¿Marco cierto?-me miro, iba a decirle que no que era mi amigo pero quería verlo sufrir- ¿Él ya te ha tocado o te ha besado?-asentí, sus labios chocaron con los míos en un ardiente beso, tire de su pelo, me atrajo hacia el quedando a horcajadas sobre él, su lengua se encontró con la mía haciéndome suspirar, lo necesitaba, lo había extrañado- ¿te beso así?-no le respondí- ¿o te toco así?- bajo sus labios a mi cuello, subió mi polera y agarro uno de mis pechos, suspiré-¿o así?-metió su mano bajo mis bragas y acaricio mi capullo, tomo mis labios otra vez caliente y duro, saco su mano de mis bragas dejándome con las ganas, me separe de él y lo tire contra la cama.

-Marco no me ha tocado, ni besado, solo es mi amigo-el agarró mis nalgas y me apego a el

-Eres mía-me besó

Y que importa la edad? Dievica HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora