«La Hermana De Thor»

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Llevo meses aquí sin hacer absolutamente nada, ni ir a guerras, ni entrenar, nada.

Solo me la paso leyendo hechizos tras hechizos, esto apestaba, aparte mi padre me atormentaba sobre la boda, e estado haciendo lo posible por evadir el tema, ahora toca ir a cenar con mi padre y Thor, tome un vestido negro liso y con una coleta salí.

Era de noche, aparte nadie podía juzgar a la princesa.

Una vez en comedor todo se tornaba tenso.

—Thor ¿Cómo haz estado con tus combates y entrenamientos?— pregunta mi padre tratando de cortar un pedazo de carne.

—Bien, es más creo que soy uno de los mejores, soy el mas poderoso— Dice egocéntrico.

—Te felicito, de ti nunca dude, y tú Kira ¿Cómo vas con la boda? Que por cierto en estos días conocerás a tu prometido— ruedo los ojos frustrada.

—¿Encerio solo hablaras de la estúpida boda que nadie quiere?—

—Respeta la cena señorita, que te digan princesa no es para que le grites a tu padre y mucho menos faltarle al respeto a la profecía—

—Solo te interesa eso, la estúpida boda, es demasiado fácil para organizar algo que no quiero, pero que tenemos de Thor, será rey ¿Por qué no se casa el y no yo?—

—Es la profecía Kira, siempre a sido así, primero tiene que ser la princesa y no importa la edad, al caso ¿Tu serás Rey? No, entonces haces lo que se ordena—

—Claro, también tenías un hijo llamado Loki por cierto...—

—El no era mi hijo...—

—¿¡Entonces porque lo trajiste aquí!?, Tu bien le dijiste, era su naturaleza morir congelado—

—¡Basta! Estoy cansado de tu reputación...— lo interrumpo.

—Eso es lo único que te importa, nunca me apoyas, solo quieres que sea como mamá...—

—¡Dije silencio! No le vuelvas a faltar el respeto a tu madre de esa forma, y que sea la última vez que me interrumpes— mi mirada estaba llena de furia.

—Si, ojala sea la última—

—En lugar de comportarte como una malcriada, deberías de estar proponiendote algo, ¡Ser alguien!—

—¿Entonces no soy nadie?— lo miro sorprendida y molesta.

—Claramente, no— me miraba decepcionado, y yo sentía como mis manos comenzaron a temblar— Sin profecía, sin propósito, ¡No eres nadie! —
Me levante de la mesa sin comer ni un solo bocado.

Me dirijo a mi habitación, cambio mi vestido por un conjunto azul marino, salgo enseguida de ahí.

Tomo a mi caballo y lo cabalgó hasta el Bifrost, viendo a Heimdall, ya que llegó saludo a mi amigo.

—Buena noche princesa, ¿Que la trae por aquí?—

—Necesito ir al Midgar, me necesitan— Menti, o la verdad no sé ni lo que pasaba allá.

—Pero su padre no me autorizó salida—

—No, déjame ir, por favor...— Mis ojos están lagrimosos, quería llorar, pero lo único que quería, era sólo irme de ahí.

Heimdall acepto y me dejó irme en el Bifrost.

ACTUALIZADO