『¢αριтυℓσ XXII 』

9.7K 1K 441
                                    

—Jungkookie, ¿Qué le dice el 3 al 30? —preguntó Jin.

—No lo sé —contestó confuso.

—Pará ser como yo, tienes que ser sincero —El omega comenzó a reír cómo si de ello dependiera su vida. Aplaudía y pegaba en la barra de madera en la cual pedían las órdenes de café y postres—. ¿Entendiste? Sin -cero —continuo remarcando el SIN.

Jungkook se le quedó viendo con una mueca y comenzó a reír mientras tecleaba en la computadora. Reía no por el chiste, sino, por la risa de su amigo, la cual era más graciosa que todos sus chistes de abuelo juntos. Además no quería hacerlo sentir mal al confesarle que ninguno de sus chistes daba risa.

—Qué gracioso —comentó el menor.

—Papá dice que no dan risa —confesó—. Pero a la señora Lee si le causan mucha gracia— dijo cuando en su mente recordó a la hermosa señora que vivía a la par de su casa.

Esa viejita siempre se reía con él y hasta lo invitaba a tomar el té cuando el pasaba frente a su jardín.

—Oh... La señora Lee, hace mucho que no la veo.

—Deberías de ir a mi casa, podríamos hacer una pequeña pijamada junto con Yoongi y Hoseok —recomendó—. Así aprovechas a saludarla y por qué no, también podríamos invitar a Namjoon y Jimin.

—Sí —confirmó levantando la cabeza y posando su vista en las puertas de cristal por la cual entraban las personas.

—Tengo miedo —Soltó derrepente Jin.

—¿Por qué? —preguntó sin apartar la vista de la entrada.

—Tengo miedo de que tengas el mismo poder que esa niña... ¿Cómo se llamaba? —se quedó pensativo por un momento— ah, claro,Matilda. Así se llamaba.

—¿De qué me estás hablando Hyung.

—Es que están tan concentrado viendo la puerta, que imagino estás tratando de quebrarla —dijo como se tratara de algo normal.

—¿Eh? —Jungkook no entendía nada.

Jin rodó los ojos. ¿Cómo es posible que no conozca esa película americana?, Pensó.

—¿Estás esperando a alguien? —atinó a decirle.

—No... Bueno, sí —suspiró arrecostando sus codos en la barra y su cabeza en las manos.

—Déjame adivinar... —dijo con una mueca—. Estamos hablando de una persona... Una persona la cual se parece a un bola de arroz, pero con un humor de perros, ¿estoy en lo cierto? —terminó de decir para después alzar una ceja y mirar a su dongsaeng con una sonrisa de superioridad.

—Si, estás en lo cierto —suspiró.

Jungkook llevaba tres horas esperando a que el alfa apareciera por esas puertas de cristal, pero comenzaba a resignarse y a pensar que el alfa sólo le pidió la dirección para burlarse de él.

Igualmente, Jimin jamás le dijo que vendría a tomar café o a verlo, pero él, como el omega tonto que era, solito comenzó a ilusionarse con la idea de interesarle al alfa. Se sentía tan estúpido en estos momentos.

—Hey, no pongas esa carita —le regaño su amigo—. Mi invitación para ir a ver a Bambi a mi casa todavía sigue en pie.

Al omega mayor le molestaba ver a su amigo de esa forma; triste, solo, triste y solo. Quiso tener a Park Jimin en frente y pegarle unos buenos sartenasos, pero luego recordó que su dongsaeng era una persona que se ilusionaba por cualquier cosa, así que deshecho la idea de pegarle al alfa. Su sarten favorita podía esperar.

Un Alfa de Mentira «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora