『¢αριтυℓσ XXXVII』

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La voz de la mujer que anunciaba el buzón de voz, sonó por décima vez en el teléfono del alfa pelinegro.

Jimin quizo aventar muy lejos al aparato, pero se detuvo al recordar que no tenía dinero para derrocharlo. Se encontraba muy frustrado porque su omega no atendía sus llamadas. A su mente pasaron miles de cosas, y ninguna era buena.

No era que estuviese pensando mal de su novio, pero tenía miedo de que algo malo le sucediera. Era algo estúpido pero con eso de que Namjoon tampoco contestaba sus llamadas ni lo encontraban... Todo podía pasar.

Jimin necesitaba a su omega a su lado en estos momentos, no sabía el por qué, pero sentía una pequeña punzada en su pecho, y necesitaba sentir el calor y aroma de su novio. Su madre ha estado con él en todo momento, pero no era lo mismo.

—Cálmate, cariño. —Susurró delicadamente su madre— Tal vez está ocupado con algo. No entres en pánico.

—No lo sé, mamá. —Habló con voz cansina—No creo que sea coincidencia que ninguno de los dos me conteste.

Jimin estaba tan desesperando que por un segundo su cerebro sacó una conclusión demasiado precipitada y muy descabellada. Pensó en que Jungkook y Namjoon podrían estar juntos... Como... Como una pareja. El alfa sacudió su cabeza y fue por un vaso de agua. No podía creer que estuviese pensando en tales barbaridades.

—Iré a la casa de Jungkook, mamá. —Soltó de repente. No podía quedarse con esta incertidumbre.

—No estás en condiciones de manejar. —Negó de forma afligida.

Jimin no hizo caso a su madre. Solo salió corriendo hacia su auto, agarrando sus llaves cuando pasó a la par de la pequeña mesa que se encontraba en la sala. JiHee se quedó con el corazón en la mano al escuchar la puerta cerrarse. Quería ir tras su hijo, pero no tenía auto y tampoco conocía la casa de Jungkook, así que solo le tocaba esperar.

Mientras tanto el alfa pelinegro, manejo como todo un loco, y aceleró lo más que las leyes de tránsito le permitían. No dejaba de pensar en su hermoso omega, y en lo paranoico que estaba; incluso comenzó a querer comerse sus uñas inexistentes. Cinco minutos bastaron para llegar a la casa de su omega, cinco minutos que para el alfa fueron horas.

Parqueo su auto en la entrada y salió de el como alma que lleva el diablo. Comenzó a tocar varias veces, hasta que sus nudillos se colorearon de un rojo intenso. Segundos después, un ojeroso alfa le abrió la puerta.

—¡Park! —Exclamó el alfa con la voz rota.

—Jeon—le llamó desesperadamente— ¿Se encuentra Jungkook?

El alfa mayor sollozó al escuchar el nombre de su hermano, sus manos comenzaron a temblar y su boca se comenzó a abrir y a cerrar, más nunca dijo una palabra, de ella solo salieron pequeños  balbuceos haciendo que la desesperación de Jimin aumentara endemasía.

—Jeon Taehyung, dime donde esta mi omega. —
Amenazó con dureza.

Otra persona apareció en el campo de visión de Jimin, y no le gustó para nada que tuviera la misma expresión que Taehyung. Seokjin estaba igual o peor que el alfa, y es que sus ojos se encontraban demasiado hinchados y unas bolsas negras adornaban bajo sus ojos; el enojo abandonó el sistema de Jimin, solo para dar paso al miedo.

—Seokjin... ¿Dónde está Jungkookie? —preguntó con un nudo en su garganta.

El mencionado a duras penas carraspeó, para luego enrollar sus brazos en la cintura de Taehyung. El omega se sentía un poco más tranquilo al oler el aroma del alfa mayor. Eso fue lo que le ayudó a poder hablar.

—No lo sabemos.— Jimin sintió que se derrumbaba ahí mismo— Anoche salió a comprar y no volvió. Las cámaras de seguridad muestran el momento en el que una persona encapuchada se lo lleva.

Jimin sintió un pequeño mareo que casi hizo que se cayera, pero este fue más rápido y alcanzó a arrecostarse en la pared. Su Jungkook, se habían llevado a su omega, y el no pudo hacer nada. ¿Ahora que haría?, ¿Jungjook estaría bien?. Con tan solo imaginarse a alguien haciéndole daño a Jungkook, su sangre hervía de rabia, pero también lo hacía de tristeza al solo imaginarse a Jungkook sufriendo.

Jimin tenía la vaga esperanza de que solo fuese un secuestro para pedir algo de dinero, pero que no le tocaran ni un pelo, porque entonces esos mal nacidos conocerían a Park Jimin. Seokjin agarró los hombros de Taehyung para que este reaccionará y se metiera a la casa, para luego hacer lo mismo con Jimin, quien ahora era el más afectado.

El omega los dejó sentados en el gran sofá dela sala y a duras penas sé dirigió hacia la cocina para preparar un té de manzanilla, mientras los dos alfas se quedaban sumergidos en sus dolorosos pensamientos. Cuando al fin terminó su labor, llevó los té en una pequeña bandeja e hizo a la fuerza que los dos alfas se lo tomarán; eso les serviría para relajarlos. La sala se quedó por completo silencio por unos minutos, hasta que fue interrumpido por Jimin.

—Namjoon... —Mencionó en un susurro poco audible.

—¿Namjoon? —Preguntó Taehyung. ¿Quién era Namjoon?

—Es el primo de Jimin. —Respondió suavemente Seokjin— ¿Qué pasa con Nam?—Se dirigió esta vez a Jimin.

Los ojos de Jimin brillaron aún más, las lágrimas comenzaron a caer el doble de lo que ya lo hacían.

—Tampoco lo encuentro. —Murmuró con la voz rota.

Seokjin corrió hacia Jimin y lo abrazó con tanta fuerza, que incluso llegó a pensar que desaparecería —. Mi Joonie dime que solo estas bromeando. —Lloró fuertemente.

—N-no creo que es-esto sea una coincidencia. —Habló por primera vez Taehyung.

Los dos restantes asintieron rápidamente. Esto no podía ser obra del destino o sólo una casualidad.

—Puede que sólo quieran dinero. —Dijo Seokjin .

Jimin negó–. Mi familia no es millonaria, no creo que hayan secuestrado a Jungkook para pedir dinero. Si hubiese sido solo Jungkook, sería lo más probable, pero si los tienen a ambos... tiene que ser por algo más, además... ¿No crees que hubiesen llamado ya? .

Seokjin se quedó callado, pues lo que Jimin decía era lo más probable.

—Yo ya tengo a mucha gente tratando de buscar algo que nos ayude a encontrarlo, y también llamaré a otros amigos para que busquen por a parte a Namjoon, porque todo lo que estamos diciendo solo son su posiciones. —Dijo Taehyung con voz cansada.

—Gracias, gracias por ayudarme con mi primo.
Agradeció Jimin de manera sincera.

En otra ocasión, Jimin hubiese tirado a Seokjin, pero ahora más que nunca necesitaba un abrazo.

Solo esperaba que Jungkook y Namjoon estuviesen bien.

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Un Alfa de Mentira «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora