Un Alfa de Mentira «JIKOOK»

『єχтяα:⒉』

El chico que se encontraba frente al gran espejo de habitación, sonreía de manera dulce mientras se miraba en diferentes ángulos. Por primera vez Jeon Jungkook, se sintió el hombre más hermoso del mundo.

El elegante traje blanco se adhería perfectamente a su cuerpo y resaltaba su vientre un poco abultado. Su cabello pelirrojo caía hermosamente a sus costados, se lo había rizado un poco, le daba un toque angelical.

Exhalo nerviosamente y se dispuso a observar, por medio del espejo, al chico que se encontraba viéndolo desde su cama. Este lo miraba con sus ojos brillosos y con una gran sonrisa en su rostro.

—Te ves hermoso, Kookie —dijo Yoongi, apreciando la felicidad que emanaba su amigo.

Por un momento, Yoongi sintió un pequeño dolor en su pecho. Como hubiese deseado estar en la misma situación junto a... No, no tenía caso pensar en eso. No quería ponerse melancólico frente a Jungkook, y peor en su día especial. Sin dejar de sonreír, Yoongi se levantó para dirigirse y abrazar al dulce omega.

—Sé lo que pasa en tu mente, Yoonie —le susurró de forma serena—. No pienses en ello. Él hubiese querido que siguieras en busca de tu felicidad.

—No necesito a na...

—Sí, sí lo haces —le contradijo, aun sin deshacer el abrazo—. Últimamente has sonreído mucho más, y sé cuál es la razón. Yoongi suspiró cansino.

—No hablemos de eso. —Se separó— Mejor ven, terminaré de maquillarte porque ya casi es la hora.

Jungkook dio un pequeño salto emocionado y corrió a sentarse en el alto banquillo blanco para que su amigo pudiese continuar con su cometido. Hoy era el gran día. Hoy, Jeon Jungkook y Park Jimim se unirían una vez más, y eso tenía al omega volando por los cielos.

Parecía que ambos chicos querían estar unidos de todas las formas posibles, ya que habían creado un lazo por medio de la comunicación, uno por medio de las relaciones íntimas, otro por medio del lazo y la marca. Solo faltaba la unión por medio del casamiento, pero eso acabaría justamente ese día.

—Quédate quieto, Jungkook—rodó los ojos el omega—. Jin hyung ya va a regresar con las cosas que faltan, y si te encuentra aun sin maquillaje, le dará un ataque.

Jungkook rió quesito y se quedó inmóvil en el banquillo, pero poco a poco se fue disgustando. No le gustaba para nada estar sentado y sin moverse, tenía muchas ganas de hacer diferentes cosas o tocar algo, pero simplemente solo tenía al espejo frente a él.

Inhaló profundo y decidió pensar en pollitos, de esos que tanto le recordaban a Jimin... Los perezosos y gruñones, de esos que con tan solo voltearlos a ver te gruñen.

—¿Ya terminaste?

—Ni siquiera he empezado, Jungkook —se quejó el mayor.

—Apúrate —infló sus mejillas.

—Ajá.

Yoongi comenzó a poner un poco de base natural en el rostro del menor. No quería dejarlo como un payaso, solo quería eliminar las pequeñas “imperfecciones” que el menor tenía en su rostro. Continuó con su objetivo, siendo sumamente cuidadoso con la cantidadde maquillaje que le ponía.

Por otro lado, Jungkook no paraba de divagar en su mente. Estaba tan feliz, no sabía que hizo para que la madre luna lo premiara poniéndole a ese alfa y amigos en su camino. Definitivamente, todo sería color gris en su vía si no los tuviese a ellos. Incluso le dio a la mejor suegra, porque JiHee, siempre andaba detrás de él, preguntándole si necesitaba algo o dándole de comer.