『¢αριтυℓσ XXV 』

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ㅡJungkook, debes descansar ㅡgruñó Jimin.

ㅡEsta silla es muy cómodaㅡdefendió el Peliazul.

Llevaban dos días esperando que Jin por fin abriera los ojos, pero nada pasaba y cada vez Jungkook estaba más inquieto que nunca. Jimin le insistía es que fuera a su casa a que tomara un relajante baño, y una pequeña siesta, pero el omega insolente estaba pegado a esa silla como chicle.

Taehyung estaba peor.

Los hermanos Jeon llevaban dos días sin bañarse. Taehyung llevaba dos días sin asistir al trabajo.

Mientras Jimin y Jungkook tampoco habían asistido a la universidad. Los hermanos comían sólo cuando Jimin les llevaba aunque sea un café con pan. Si el alfa no estuviera cuidándolos, seguramente ya se hubiesen enfermado.

Pero Jimin también tenía cosas que hacer, y justo hoy tenía que dar clases en la academia. El piano sería su salvación. Le serviría de mucho tocar alguna de sus melodías, sólo para calmarse.

ㅡTerminaras con tu trasero aplastadoㅡse resigno cuando supo que el omega no le haríacasoㅡ. Te comenzarán a salir pulgas y quien sabe te salen hasta garrapatas por la falta de aseo.

ㅡNo me importa ㅡinsistió.

ㅡBien, entonces me voy ㅡderrotado se dirigió a la puertaㅡ. Puedo faltar a la universidad, pero no a la academia.

Jungkook asintió, comprendiendo la situación.

ㅡTen cuidadoㅡle miró preocupado.

Después de lo sucedido, Jungkook quedó paranoico. Tenía miedo de todo. Tenía un mal presentimiento. Jimin le sonrió ladino y salió.

Mientras iba caminando, el alfa se sumió en sus pensamientos. ¿Desde cuando se preocupa por las personas? Y lo peor era que apenas conocía a Seokjin, él nunca se había preocupado por alguien más que no fuese su mamá y su primo; luego se le unió Jungkook y ahora Jin.

Pero la verdad era que, en su interior sentía una pizca de alegría por haberlos conocido, es decir, ellos tienen ese no sé qué, que te hace confiar y sentir una calidez enorme cuando estás junto a ellos. Jamás pensó que tendría compañía así. Él nunca había tenido amigos anteriormente, ni cuando estaba pequeño.

Recuerda que cuando apenas era un crío, todos huían de él, ya que siempre se mantenía con un aura amenazante, según los demás. En su pre-adolescencia tampoco tuvo amigos. Los que se acercaban a él, sólo era para pedir favores, por eso estaba molesto con Jungkook al principio, pero luego descubrió que no era una mala persona.

La adolescencia fue para él, la peor etapa de su vida.
Él quería saber lo que se sentía tener un amigo verdadero, quería saber que era asistir a una fiesta y divertirse; también quería saber que era eso a lo que llamaban, amor... Pero luego supo que todo eso sólo eran estupideces. Él no necesitaba a nadie a su lado, tenía suficiente con su madre y Jimin.

Él siempre estuvo solo. Jamás tuvo a alguien con quien compartir todos los sentimientos que se aglomeraban cada vez más en su interior, y no es que no confiara en su madre, no. Él sólo... Nunca quiso verla triste por su culpa, porque sabía que si él le abría su corazón a su madre, esta haría todo por verlo feliz, incluso si eso significaba sacrificar la de ella.

Diez minutos después, llegó a la academia.
Estaba seguro de que la clase sólo tocarían melodías tristes, gracias a su estado de ánimo. Se adentro a la gran academia de Seoul. Él amaba esa academia; realmente era muy grande y sus alrededores estaban cubiertos por grandes árboles frescos y verdosos, junto con diferentes tipos de flores y rosas.

Daba mucha paz y tranquilidad. Cuando llegó hasta su salón, volteo a ver el reloj mediado en forma de piano que se encontraba en la blanca pared. Solo faltaban quince minutos. Comenzó a practicar un poco en lo que llegaban sus alumnos, lo cual era gracioso porque había de todas las edades, desde cachorros de diez años, hasta adultos de treinta años.

De repente sintió como la puerta se abría, extrañado levantó su cabeza frustrado por la interrupción. Pero todo sentimiento se fue, al ver al director entrando con elegancia.

ㅡ¿Qué se le ofrece, señor Bin?—preguntó cortésmente con voz ronca.

El alfa le vio con lástima.

ㅡLo siento, Jimin, pero no pude hacer nadaㅡagachó la cabeza mientras miraba el sobre blanco que se encontraba en sus manos.

ㅡ¿Por qué? ㅡconfundido, se levantó y caminó hacia el mayor, para así quedar frente al castaño.

ㅡLos del consejo ㅡinhalóㅡ. Los del consejo se enteraron de que no tienes una maestría en este ámbito. No sé cómo, pero dijeron que si no te despedía, el que se iría sería yo, y después me seguirías túㅡle miró apenadoㅡ.Les insistí en decirles que eres incluso mejor que todos los profesores juntos de la academia, pero no cambiaron de opinión. En verdad, lo siento.

Jimin sintió un nudo en su garganta.
¿Realmente lo estaba despidiendo? No, no, no. ¿Qué iba a hacer ahora?

Gracias a este trabajo era que se pudo costear su pequeño auto, y gracias a este trabajo fue que también su mamá y él pudieron salir adelante y tener un techo digno.

Aquí le pagaban demasiado bien, y el que ahora lo pierda lo ponía histérico. Tenía dinero ahorrado, pero sabía que no podía vivir toda su vida con ese dinero. Ahora tendría que sufrir buscando otro trabajo.Se resignó. No podía hacer nada contra esa estúpida gente del consejo.

Todos sus planes se tendrían que adelantar. No contaba con el dinero suficiente para realizarlos, pero no perdía nada con comenzarlo. Solo faltaba un año para por fin poder graduarse. Además era lo que más amaba, cocinar.

ㅡNo se preocupe, lo entiendoㅡfue lo único que contestó.

El mayor le dio el sobre blanco el cual estaba lleno de dinero en su interior.

ㅡNo le digas a nadie cuanto te di ㅡdijo en un susurró confidenteㅡTe lo mereces, eres el mejor.

El alfa mayor le dio un pequeño apretón en su hombro y sin más, salió. Jimin quedó perplejo ante las palabras del contrario, y poco a poco bajó la mirada para observar detenidamete el sobre blanco.

Cuando reaccionó, abrió poco a poco el sobre,como si este tuviera una bomba de tiempo ensu interior.

Pero al abrirlo completamente, sus ojos se abrieron y tomaron un brillo intenso.

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Un Alfa de Mentira «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora