Un Alfa de Mentira «JIKOOK»

『¢αριтυℓσ XXXIII』

—¿Pueden dejar de comerse la boca? —Gruñó fastidiado—. Debería de haber una ley que prohíba que las parejas se besen frente a personas solteras.

Jimin después de dos minutos, por fin se alejó de los labios de su omega. Su omega, que bien sonaba eso. Jungkook miró a Namjoon con una ceja alzada.

—No es mi culpa de que nadie te quiera.

El de cabellos negros le dedico una mirada llena de indignación. El alfa llevó una mano a su pecho y abrió la boca varias veces como pez fuera del agua.

—¿Perdón?, parece que vives debajo de una piedra porque a mi todos me aman. He recibido muchas propuestas indecorosas y románticas, pero ninguna me ha interesado. —Soltó con orgullo— Soy muy solicitado.

—¡Yah! No te ofendas, solo era una broma, señor rompe corazones.

Jimin rodó los ojos.

—Si no quieres vernos simplemente vete, es más, ni siquiera se que haces aquí.

Namjoon volvió a abrir y cerrar la boca.

—Soy tu primo.

—¿Y...?

—Siempre eres muy malo conmigo. —Puchereo— Quiéreme aunque sea un poquito.

El Alfa estuvo a punto de decir que lo amaba como un hermano, pero no quería demostrar debilidad, así que no dijo lo que su corazón realmente anhelaba.

—No seas ridículo. —Fueron las palabras que salieron de su boca.

Por un momento se arrepintió, mas no lo demostró. Namjoon en un principio estaba bromeando, pero en el fondo de su corazón, tenía la vaga esperanza de que su primo verdaderamente le dijera que le quería, aunque sea de broma. Para Namjoon, Jimin siempre ha sido como su super héroe, su ejemplo a seguir y su hermano mayor.

Él siempre quiso tener un hermano con el cual jugar y hacer todas esas cosas que sus vecinos hacían. La familia que vivía a la par de su casa era muy numerosa, y él frecuentemente desde pequeño, veía como los nueve hermanos eran muy unidos y solo se la pasaban jugando. Él quería tener a alguien que lo protegiese, porque esa sensación se sentía muy bien, lo comprobó con una tan sola vez con su padre.

Podría sonar muy estúpido. Las normas de la sociedad dictaban que un alfa debía de ser el protector de la relación, y él lo era, pero también necesitaba ser protegido.

—Sí, no te preocupes —susurró e intento sonreír y no demostrar su tristeza, pero falló—, solo estaba bromeando.

Jungkook intentó levantarse y darle un abrazó, pero el alfa fue más rápido levantándose y huyendo de la sala, para después salir de la casa. Jimin sintió un dolor en su pecho. Tuvo la intención de salir detrás de él y decirle que le quería, pero internamente se dijo que lo vería más tarde, y para ese entonces, le pediría perdón.

—Eres un insensible, Park Jimin—le recriminó el omega. Se sentía mal porque él y su hermano siempre se la pasaban de melosos diciéndose “Te amo”.

—No es para tanto —masculló, aunque realmente estaba desesperado.

Haciendo un viaje por su memoria, se recriminó a sí mismo al darse cuenta de que jamás le había mostrado amor a Namjoon; sin embargo, constantemente lo estaba regañando o hiriéndolo con sus estúpidas palabras. Jungkook vio el sentimiento de culpabilidad en los ojos de su alfa, y aunque estaba encabronado con él, quería protegerlo y mimarlo para que no este triste.

—Ven aquí —el omega abrió sus brazos.

Jimin como si de un bebé se tratase, apresuradamente se refugió en los cálidos brazos de su omega.

—No te sientas mal —bisbiseó con voz suave y dulce mientras le acariciaba su sedoso cabello—. Mañana lo verás y podrás decirle muchas veces que lo quieres —sonrió al imaginar a Jimin siendo dulce con Namjoon— Incluso te puedo acompañar a buscar un regalo, estoy seguro que con eso y con palabras sinceras, Namjoon saldrá corriendo hacia tus debiluchos brazos.

Jimin sonrió ante lo último. Ese chico si quesabía como calmarlo, pero aún así, se sentía un poco desesperado.

—Te ves hermoso cuando sonríes. — Jungkook no mentía. La sonrisa de Jimin podía iluminar hasta a la noche más oscura. El alfa le miró apenado.

—¿Me estás coqueteando?

—Puede... —el omega comenzó a tocar descaradamente el cuello del mayor.

Tenía tantas ganas de besar y marcar ese cuello tan blanco. Jimin dejó de abrazar al omega, para acomodarse y acostarse sobre el sofá, dejando su cabeza en las trabajadas piernas del menor.

—Estoy triste —hizo un pequeño puchero.

—Aws, eres tan tierno —Jungkook comenzó a delinear con su dedo los labios del alfa—. Jungkook hará que te sientas feliz.

Poco a poco, Jungkook fue bajando su cabeza y acercándose a la hermosa cara de su alfa. Tres segundos bastaron para que sus labios se unieran y comenzarán a degustar el sabor de la gloria.

Ni siquiera había pasado un día, pero no importaba, porque en el fondo sabían que estaban destinados a estar juntos. Lástima que el destino fuese tan cruel con los demás.

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