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- ¿Uh? ¿Hyung?

- ¡SeungMinnie! - Lloriqueó contra el teléfono. - ¡Hoy me pasó algo tan raro!

- Está bien, pondré el altavoz porque Fel-...

- Se supone que había pedido un muñeco en una página muy rara, me pedía describir a mi tipo ideal. - Inició su explicación, ignorando olímpicamente las palabras del menor. - El punto es que apareció en mi puerta diciendo ser mi muñeco sexual, llamado Lee MinHo. ¡Está jodidamente bueno, el desgraciado! Mi madre lo vió, se fue un poco calmada, pero estoy seguro de que se lo contará a sus amigas y cotorrearán sobre mi pobre vida sexual. ¡Oh! ¡Incluso MinHo se atrevió a besarme! ¡¿Puedes creerlo?! Me besó, ¡Dios!

- ¡¿Esa página funciona, e incluso te lleva un hombre de verdad?! ¡Me pediré un ChangBin, entonces! - Se escuchó la voz de Felix, para después carcajearse con ganas.

- SeungMin...

- ¡Intenté decirte que Felix vino a visitarme! - Se excusó el menor de los tres.

- Dale un golpe a Lee de mi parte, buenas noches. - Colgó la llamada, no sin antes escuchar una palmada junto a un "¡eso dolió, Minnie!".

Gritó contra su almohada, ¿por qué le pasaban estas cosas a él? ¿Es que acaso nadie puede pedir un muñeco inflable que lo ayude durante su modo sexo, sin que aparezca un tipo ardiente en su lugar?

Bueno, viéndolo de esa manera no parecía ser tan mala su situación...


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Se levantó con pereza, estiró sus bracitos y fue a tomar una ducha. Ya relajado tras su baño matutino, se vistió con un suéter y pantaloncillos cortos, importándole poco su vestimenta al estar en casa, fue a la cocina, donde comenzó a hacer un poco de café, al querer sacar una caja de leche del refrigerador, se sorprendió al encontrar dos envases de helado. Se encogió de hombros, creyendo que su madre los había comprado el día anterior.

Sostuvo la tacita con forma de cabeza de gatito, y anduvo sobre sus pantuflas a lo largo de la sala, buscando el control con la mirada.

- ¿Dónde lo dejé?

- Sobre la mesa de centro, cariño.

- Oh, gracias, Min... ¡¿Pero qué?!

Casi le dá un infarto al corazón, estando a punto de soltar la taza, cuando escuchó la voz ajena.

- ¡Buenos días, JiSunggie!

- ¿Qué haces en mi casa, Lee MinHo? - Acusó con el ceño fruncido y un dedito apuntándolo. - En primer lugar, ¿cómo entraste?

- Tu vecina encontró tu llave en el pasillo. - Explicó sonriéndole sin culpa. - Es una abuelita muy tierna, dice que estás invitado a comer galletitas con ella cuando quieras.

Han suspiró, dándose paciencia a sí mismo para no lanzarse sobre el pelirrojo y reclamarle.

Él sólo debía lanzarse con otras intenciones...

Miren eso, ¡un JiSung obsceno!

- Si estás aquí porque quieres tener sexo conmigo, puedes retirarte.

- Quiero conocerte. - Se apresuró en decir - No se más que tu nombre, y creo que tú estás en las mismas condiciones que yo, traje helado para pasar el rato.

Asintió sonriendo un poco, a eso se debían los dos envases en la congeladora. Se le hizo un gesto muy tierno.


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- ¿Eres mayor que yo? Todo este tiempo te he tratado con falta de respeto. - Comentó JiSung haciendo una mueca. - Lo siento, hyung.

- No importa. - Rió el de piel pálida. - No me molesta.

El reloj marcó las doce y veintisiete cuando se quedaron un momento en silencio, simplemente observándose fijamente. JiSung sentía vergüenza de esa mirada tan intensa.

- ¿Puedo besarte, Sung?

No, obvio no. ¡Vamos, JiSung! Dile a MinHo acerca de los pasos que tiene que seguir para estar cont... Olvídalo, ya se están besando.

Era un beso suave, Lee sostenía la cintura ajena y la acariciaba con cuidado, mientras JiSung sólo descansaba sus brazos sobre los hombros del mayor. Esto iba totalmente en contra de los principios del rubio, pero no le disgustaba en lo absoluto.

Lo sorprendente es que MinHo, su "muñeco sexual", no intentó tener sexo con él, ¡sorprendente! Sólo se besaron, nada más que ello, y se sintió tan bien.

SEX DOLL ♡ minsung / hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora