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JiSung estiró su cuerpo y alzó los brazos antes de bostezar y desordenar sus propios cabellos, siendo más de mediodía. Escuchaba el sonido de la ducha de la habitación y sonrió relajado. Su cabeza dolía un poco a causa de la resaca, tomó las pastillas que Lee le dejó al costado de la lámpara y exhaló. 

La noche anterior fue muy... Intensa.

Relamió su lado inferior y una risita escapó de entre sus labios rosados. Se levantó al fin y se encaminó hacia el cuarto de baño, al abrir la puerta y cerrarla a sus espaldas, se observaba el cuerpo desnudo de MinHo a través del vidrio templado, éste empañado. Pasó saliva y comenzó a quitarse sus ropas también.

— Honnie... — Canturreó adentrándose también, quedando bajo la ducha. Sus brazos rodearon el cuello del rubio y le plantó un pequeño beso en la nariz. — Te extrañé.

— Dormimos juntos, Hannie. — Rió apresándolo por la cintura dulce. 

Juguetearon un rato bajo la lluvia artificial, se besaron; se mordieron; se probaron una vez más, y todo continuaba siendo demasiado perfecto como para si quiera ser real. JiSung sonrió cuando MinHo masajeaba su cuero cabelludo con la espuma decorándolo tiernamente.

Una vez estuvieron cambiados y listos para salir a caminar en la playa antes de volver a casa, entrelazaron sus dedos cuando sus manos se juntaron y fueron rodeados del mismo aura empalagosa y burbujeante de siempre. Los rayos de la luz solar acariciaban su cuerpos casi imperceptiblemente y la brisa marina mecía sus cabellos hasta desordenarlos de la forma más única en la que sólo ella podría hacerlo. 

Han lo sintió todo tan nostálgico, por alguna razón. 

¿Esto era por lo que tanto esperó? Porque. si la respuesta era afirmativa, había valido cada maldito error que hubiese cometido en el pasado, cada segundo preguntándose si el amor que dedicaría algún día sería unilateral o recíproco.

Sabía que podía confiar en MinHo. Después de todo, el mayor se había ganado muchas cosas de sí mismo, le pidió disculpas en su momento, lloró y sufrió por él tanto como JiSung lo hizo por MinHo. No había vuelta atrás, pero Han no tenía miedo.

— ¿En qué piensas tanto, bebé?

Sus mejillas se sonrojaron y frunció los labios para ocultar la sonrisa torpe que amenazaba con mostrarse sin pudor. Negó con la cabeza y observó sus pies descalzos avanzando sobre la arena húmeda, luego sus manos entrelazadas, sus camisas blancas, el perfil de MinHo, su sonrisa, su mirada cargada de...

Lo encontraste.

Volvió a mirar el suelo y se encogió de hombros, no pudo callar la risa traviesa ni el sonido de su corazón palpitante en desesperación y demás cursilerías. Se detuvo de un momento a otro, sostuvo el rostro de MinHo y lo besó con calma.

Probó su boca, mordió sus labios con paciencia y disfrutó del suave tacto en su piel bajo la ropa. Parecían sólo ellos en el mundo, nadie más. Comenzaron a moverse a un ritmo perezoso, de lado a lado, teniendo como música de fondo el vaivén de las olas del mar golpeando con la misma parsimonia y la ciudad en el atardecer ya iniciando.

El menor ocultó su rostro en la curvatura del cuello ajeno y Lee no tardó en besar su frente y acariciar con su mejilla la cabeza del más bajo. Abrazados y torpes, susurraron "te quiero" al mismo tiempo. 

— A veces desearía retroceder en el tiempo. — Irrumpió MinHo en la plenitud del ocaso naranja. — Podría no hablarte la noche en la que nos conocimos.

SEX DOLL ♡ minsung / hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora