Al llegar a la clínica Martina se estacionó, se coloco los lentes de sol y una bufanda, lo menos que quería era ser reconocida y que en menos de lo que canta un gallo la tanda de paparazzi aparecieran con su aborrecibles camaras. Se paro en frente de la recepcionista y se quito los lentes. Una muchacha joven vestida de enfermera estaba a un lado de esta escribiendo lo que parecía ser un informe.
-Necesito hacerme una chequeo, me he sentido mal desde ayer.
-Claro, tenga -Le paso una planilla- llene sus datos y después viene a pagar -Martina se sentó en una banca y comenzó a escribir sus datos poco después termino y fue nuevamente a donde la chica, saco su tarjeta y pago- La enfermera le hará la prueba señorita.
-Venga conmigo por favor -Martina fue detrás de ella y entraron a una habitación cerrada- Primero me tiene que decir cuales son los síntomas que ha tenido -Le sonrió amable la muchacha.
-Emmm...Ayer tuve un fuerte mareo, uno mientras practicaba y otro en las duchas.
-¿Practica algún deporte? Puede que sea agotamiento físico, nada que no se solucione comiendo vitaminas.
-Soy competidora de carros.
-Ya veo -La chica no pregunto mas- ¿Algo mas que haya sentido fuera de lo normal?.
-Si... Bueno...-Hablo con un sonrojo en las mejillas- Es que llegue a mi casa con hambre. Me comi media docena de bananas y yo odio las bananas -Dijo con asco- Después me dieron unas enormes ganas de vomitar. Y hoy, me desperté fue con eso... Por eso vine a hacerme una prueba, a ver que tengo -La chica la miro con una ceja levantada y una media sonrisa.-Creo saber lo que tienes. ¿Te han dolido los pechos? - A Martina se le subieron los colores a la cabeza- No tengas pena, es normal. Y dime entonces... -Martina asintió con la cabeza gacha.
-Tambien siento que me han...-Se señalo el busto y agrando las manos- Pero no lo veía como algo anormal, digo, soy mujer y eso siempre pasa.
-Vamos, te llevare con el ginecólogo, el te dira que es exactamente lo que tienes.
Ambas subieron por el ascensor hasta el piso cuatro, caminaron por un largo pasillo blanco hasta llegar a una parte donde decía "Ginecología". La enfermera pregunto a una muchacha que vestía ropa casual, que si el Doctor Forts estaba en consulta. La muchacha, negó y la hizo pasar dejando a Martina sola. Unos minutos después la muchacha regreso con una sonrisa y guio a Martina hasta el consultorio. Ella se volvió a ir dejando a Martina sola con el Doctor.
-Hola Martina -Alejo los ojos de los papeles donde estaba la planilla de la chica. -Katy la enfermera me ha dicho tus síntomas, asi que nos sacaremos las dudas.
-¿Cu..Cuales dudas?
-Dejame decirte que soy admirador de ti -Evadio la pregunta- Desde pequeño seguí a tu padre, luego a tus hermanos y finalmente te sigo a ti en las carreras.-Gracias -Trato de sonreír cohibida.
-Bien, ven a sentarte aquí -Le señalo la camilla que estaba mas allá donde habían muchos aparatos- Necesito que te quites la chaqueta y subas tu camiseta hasta tus pechos, donde pueda ver tu abdomen. -Martina asintió sin chistar, se recosto en la camilla y miro al doctor Forts que se colocaba los guantes de latex- No te sientas incomoda, cuando te coloque el gel frío -No pudo responder porque ya el doctor Forts le había esparcido por todo el estómago el viscoso gel, cerro lo ojos sin querer ver lo que hacia, solo sintió cuando paso un aparato frío por su estómago y lo movió alrededor de este. Forts soltó una exclamación que asusto a Martina.
-¿¡Que tengo!? ¿Por que grito? -Pregunto Martina ya con los ojos abiertos apoyada de sus codos para poder ver al doctor.
-Era un grito de emoción, disculpe si la asuste -Dijo Forts recomponiendo su diplomacia.
-¿Y por que usted grita de emoción si se puede saber? -Pregunto la chica con una ceja levantada.
-Vealo por usted misma -Volvió a mover el aparato por su estómago, Martina movio el rostro hasta quedar de frente a un aparato que se veia en blanco y negro. Fruncio el ceño sin entender mucho. Forts sonriente desde su asiento apunto el dedo hasta un punto negro que se veia en la pantalla. Hizo un circulo imaginario alrededor del punto y volteó a ver a Martina- Usted señorita Stoessel tiene ocho semanas de gestación. Esta embarazada -Martina se quedo un momento en blanco, no sabia si reir o llorar, pero si se atrevia a llorar lo haria de felicidad. Iba a tener un bebe, y no le importaba si ya no podía correr, iba a tener un bebe con el amor de su vida y eso era lo que importaba. Estaba feliz, tanto que su corazón ya tenia una fiesta a todo volumen y se le quería salir. Miro al doctor con una sonrisa y se dejo caer en la camilla. Unas lagrimas bajaron por su rostro, tenia tantas ganas de contárselo a Sebastián.MARATÓN 3/5