-¡PUES NO! –Grito ahora sacada ella- No dejare que te tires al piso por una idiotez.
-Pues para mi, esta idiotez me está costando mucho.
-Cállate –Pidió ella, calmada nuevamente- Yo hare todo. ¿Vale?, Y tu solo serás un observador.
-¿Qué intentas hacer? –pregunto sebas ya calmado, intentando acomodarse en el respaldo de la cama.
-Silencio Señor Yatra –sonrió sensualmente- Tu solo me guiaras en lo sexual ¿Okay? –dijo sin una pizca de vergüenza. Si tenía que hacer todo aquello por él, lo haría. Se acomodo en sus piernas, sin dejar caer su peso completamente. Con cuidado se inclino hasta los labios de Sebastián reanudo aquel ardiente beso que habían compartido hace diez minutos. Le beso el cuello, los parpados, la frente; mientras acaricia su nuca, revolvía su cabello y se frotaba contra él.
-Es…Espera –jadeo Sebas, Martina pensó que la mandaría a comer mierd…-¿Puedo tocar? –casi rogo sonriendo sensual.
-No…Tu eres el observador ¿vale?
-Venga…-dijo el implorándole.
-Solo cuando yo te diga ¿Vale? –el asintió disconforme.
Martina siguió como iba, con cuidado de no lastimarlo le quito la camiseta dejándolo con el torso vendado aun. Siguió su ruta de besos, mordisqueando, chupando, besando y hasta pasado su pequeña lengua era lo que hacia la pequeña Stoessel. Volvió a los labios de él que la esperaban ansiosos, y sintió nuevamente la virilidad de Sebas en su centro, y para hacerlo sufrir un poco se froto en círculos contra él, despertando jadeos y gemidos por parte de ambos. Bajo sus manos acariciando cada parte del cuerpo de Sebastián y le bajo el pijama, se volvió a acomodar contra el teniendo cuidado de no lastimarlo. Dejo su cuello expuesto y no pasaron ni dos segundos cuando Sebas ya estaba besándolo, succionándolo, y pasando su lengua por donde pudiese. Soltó un gruñido gutural cuando empezó a acariciar los muslos de Martina y se dio cuenta que cargaba mucha ropa encima. Martina se separo de él y la mirada de ambos estaba llena de deseo, se deseaban y necesitaban el uno al otro. Con completa lentitud Martina bajo sus brazos hasta su cintura y empezó a subir el camisón que llevaba puesto, lo dejo hasta la mitad dejando ver su pircing y uno de sus tatuajes. Volvió a bajar completamente la camisa y le sonrió genuina y a la vez lujuriosamente a Sebas, mientras le besaba el cuello.-Quítamela tu… -le dijo al ver la cara de ultratumba de Sebastián . Este sonrió y ya iba a quitársela con las manos, pero Martina y negó con la cabeza –No... –el la miro interrogante- Quítamela sin usar tus preciosas manos –Una sonrisa curvada se asomo por su labios, se concentro. Martina se acomodo mejor, para que el pudiese hacerlo sin tener que moverse mucho.
Sebas con los dientes fue subiendo la camisa, mientras que las dos manos las tenia ocupadas con la parte de debajo de Martina. Cuando la hubo llevado hasta la mitad se detuvo y metió a cabeza, dejando que cayese de nuevo, ahora cubriéndolo a él. Empezó una aventura desde su vientre; dejando un camino de besos, acaricio con la mirada el gracioso ombligo de Martina. Con su lengua trazo el contorno del pequeño ombligo, se detuvo a observar el pircing de diamante, y se enloqueció, Le lucia tan sexy… Busco con su mirada la de ella, y eso basto para que Martina bajara y lo besara nuevamente. Atrás había quedado el juego de seducción, donde la que llevaba las riendas era nada más y nada menos que la virginal Martina Stoessel. Con un movimiento su camisón dejo de estorbar, y Sebastián agradeció estar sentado porque si no hubiese sido así, se hubiese caído.