PARTE 1
-Pasajeros con destino a Florida por favor abordar por la puerta número ocho. El vuelo despegara en 10 minutos, gracias -Hablo una voz que se escuchaba
por toda la sala de espera, Martina Stoessel dejo la revista a un lado y revisó su reloj pulsera. El avión ya tenía media hora de retraso, y simplemente ya estaba desesperada. Quería irse ya mismo. Volvió a retomar su lectura, resoplando por enésima vez, cuando sus suplicas se hicieron realidad -Pasajeros del vuelo 238 con destino a Roma - Italia, por favor abordar por la puerta 27, disculpen la espera. Gracias -Martina tomo su cartera y el bolso de mano, dejo la revista en el asiento y camino por el pasillo que llevaba a las puertas. Teniendo cuidado con tratar de no chocar con el tumulto de personas que caminaban de un lado a otro.
Puerta 21, 22... Siguió caminando. 23, 24... 25, 26... Y por último, 27. Se metió a la fila, cuando llego su turno entrego su pasaporte y el boleto del avión, la encargada lo sello y le regalo una sonrisa que no era más que ensayada. Camino por un pasillo oscuro que se conectaba con la puerta del avión, cuando entro al avión busco su asiento en primera clase, lo primero que pudo ver fue un cubículo lujoso, no habían sino diez butacas, completamente cómodas, un baño privado y televisión en HD, nada comparado a cómo iban los demás pasajeros, que hasta en el suelo les tocaba ir. La clase en la que iba era A V.I.P, por lo que no había nadie aun así que no se le hizo difícil caminar por el angosto pasillo Localizó el asiento 4-A y 4-B, solo pidió que no le tocara como compañero alguien molesto. Con ayuda de la azafata pudo meter su pequeño equipaje en la cabina que estaba arriba de sus cabezas.Se sentó en su asiento que daba justo al lado de la ventanilla, se puso cómoda y cerró los ojos, recordando todo lo que había pasado anoche... Su mente divago por los recuerdos, pasándole una mala jugada al recordar los húmedos besos de él en su cuello. Y como en la mañana ella le había declarado todo su amor por medio de un papel. Se volvió a acomodar cuando escucho la vocecilla de la azafata desde la cabina de atrás, recomendando abrochar los cinturones, apagar los teléfonos y comenzando a dar las explicaciones de emergencias. Luego de abrochar su cinturón se volvió a acomodar, eran 6 largas horas para poder llegar a donde sería su hogar por un tiempo y donde se entrenaría con los mejores para ganar definitivamente
la Nascar, que sería dentro de menos de dos años. Una señora regordeta que no paraba de parlotear con acento Español camino por el pasillo y se sentó en el puesto que estaba al lado suyo, Martina solo se pudo preguntar... ¿Por qué a mí? La señora no dejaba de tocar los botones que estaban arriba de sus cabezas, sacando las bolsas de oxígeno, prendiendo y apagando luces, bajando los auriculares sin saber qué hacer, se acomodo en su asiento y coloco su brazo en el apoya brazo sin importarle que hay estaba el brazo de Martina. Un hombre alto, bien vestido, de cuerpo musculoso, pero con el rostro tapado por una gorra y lentes, se paro en el pasillo y al ver algo se volvió a donde estaba la azafata a decirle algo. Con una sonrisa la azafata camino hasta el puesto 4-A y el 4-B y le hablo a la señora.-Disculpe las incomodidades señora, pero ¿podría mostrarme su boleto?
-¿Para qué quiere mi boleto? ¿No veis que ya lo guarde? -Hablo la mujer viendo a la azafata como si esta estuviera mal.-Le agradecería que lo hiciera señora, al parecer se equivoco de puesto.
-Mi boleto dice 4-B, así que yo me quedo aquí.
-Si señora, pero lo necesito para confirmar.-¡Ah Hostia! No vuelvo a viajar en uno de estos -Le entrego el boleto a la azafata, y esta al comprobarlo sonrió.
-Disculpe los inconvenientes señora, pero efectivamente su puesto es el 4-B -La señora sonrió con autosuficiencia
-Pero está en la clase A, V.I.P. Su boleto es clase intermedia señora, así que si gusta yo la puedo acompañar hasta su asiento.
-Joder -Solo dijo y tomo su equipaje con brusquedad, Martina solo pudo reír por lo que acaba de pasar. El personaje misterioso se sentó al lado de ella sin decir nada, ella lo vio curiosa pero al él ni siquiera voltear a verla, se escogió de hombros y bajo los auriculares y una pantalla con los mil y un tipos de música, televisión, vídeos, y películas de todo tipo. Quiso escoger una película pero la azafata volvió a hablar para todo el avión, así que se quito los auriculares.
-Pasajeros por favor abrochar sus cinturones, el avión acaba de prender sus motores, así que despegaremos. Su piloto a bordo será Julián Manrique, y su Copiloto Robert McCamtanm.
El avión empezó a andar por la pista de despegue, y al cabo de unos minutos ya se estaban elevando por los aires, con cuidado de las turbulencias. Martina se agarro del apoya brazos sintiéndose como cuando era niña y al despegar sentía cosquillitas y se le tapaban los oídos. Luego de unos minutos ya el avión estaba equilibrado. Una azafata entro con un súper carrito cargado de todo tipo de comidas y postres.