Luego de haber llegado del parque con James paso a saludar a Gabriel, su vecino del otro lado. Un hombre de veintantos años, soltero y que algunas veces se quedaba cuidando a James cuando la señora Mery no podía. Aun llegando a su apartamento podía sentir la mirada que la venia siguiendo desde el parque, y ya estaba un poco asustada. En el camino se había tocado el anillo que llevaba en su cuello colgando de una cadenita, una de las pocas cosas que tenia desde que se despertó en casa de la señora Mery, después de aquel accidente que la señora Mery le había dicho que había tenido, pero del que ella no recordaba nada, hasta hace unos ocho meses donde empezó a tener repetidas pesadillas donde veía a un hombre siendo sacado de un auto volcado, otras donde ella estaba con aquel mismo hombre en unas playas cristalinas.
Dejo a James comiendo cereal sin leche servido en un tazón, luego de haberlo bañado. Mientras el veía Actividad Paranormal 3. Si, su hijo pocas veces veía series de dibujos animados o series que pasaban por Disney Channel. El veía desde las noticias de CNN, hasta películas de fantasma. Su hijo era especial. Bárbara se fue a dar una ducha ella. Se quito la ropa y entro a la ducha, el agua estaba caliente sin tener que encender el calentador, en donde vivía la temperatura solar estaba tan alta que pocas veces hacia falta que encendiera el calentador. Se restregó el cuerpo con el jabón deteniéndose en donde tenia aquellos tatuajes, ¿Qué, en su otra vida, le había hecho pensar que los tatuajes eran geniales? Y mas aquel que descansaba en su espalda, con un ‘’Hecha Para Sebastián Yatra", ¿Quién seria aquel Sebastián Yatra? Fuese quien fuese se sentía estúpida por haber hecho aquello. Ella no era de nadie, ni aunque en su pasado fuese ella tan como para pensar lo contrario. Se termino de quitar el shampoo del cabello, cuando escucho la puerta, le grito a James un ‘’No abras’’ y tomo la toalla para secarse. La envolvió alrededor de su cuerpo y salió a la habitación. Fue a una de sus cajoneras y busco ropa interior, luego se coloco un pijama de short y una camisa sin mangas. Fue hasta su pequeño tocador para buscar el cepillo, y rápidamente peino su corto cabello. Salió de la habitación para ir a la de James. Como la casa era pequeña, su habitación, la de James, la cocina, el pequeño juego de comedor y el cuartito de lavado daban con la sala. Por eso cuando salió vio a su hijo de espaldas siendo observado intensamente por un hombre de traje.Un hombre que curiosamente se parecía al hombre borroso de sus pesadillas. Raramente no estuvo asustada como normalmente lo haría, aun así camino los pocos pasos que la separaban de la puerta principal y alejo a su hijo de los brazos de aquel extraño hombre.
-¿Qué cree que hace? –Le pregunto enojada – ¿Quién es usted? Si el Señor Marshall lo mando a que me cobrara nuevamente, dígale que el acuerdo que teníamos era para la próxima semana, que no me moleste.
-Yo… No, no… -Puso su mano para que ella no le cerrara la puerta en la cara y coloco su pie entre ella sin importarle lo que le pasaran a sus caros zapatos italianos. Ella se parecía tanto a Martina... ¿Y si era ella? Su corazón empezó a latir con fuerza.
-¿Quién es usted entonces? –Espeto ella viéndolo a los ojos por primera vez. Quedo casi boquiabierta al verlo de frente, era ÉL. Aquel hombre con el que ella soñaba casi a diario. Sus ojos. Eran tan parecidos a las manchitas que tenia James en el contorno de su iris. Su nariz y perfil eran los mismos que los de James, casi podía Jurar, que si aquel hombre no llevara una barba de tres días, y su cabello no estuviese corto a la par y arreglado, pudiese pasar por hermano o padre de James. Sacudió la cabeza, aquel hombre de traje fino y mirada penetrante nunca seria el padre de James.
-Martina... –No termino de decir el nombre –el hombre estaba que se desmayaba.
en la lengua de el, le pareció tan familiar.-Martina... –Se acercó a ella, llevando su mano suavemente hasta la mejilla de ella, la veía a los ojos, perdiéndose en aquel verde olivo que lo había enamorado. Ladeo la cabeza y se acerco a ella, podía sentir su respiración acelerada y su aliento con olor a menta. Cortó el espacio que quedaba entre ambos y la besó.
Bárbara no sabia lo que estaba haciendo, pero aquel beso le supo tan bien, aquellos labios ella los conocía, estaba segura. Aunque desde que despertó y a los meses tuvo a James jamás ni nunca dedico tiempo para salir con hombre, excepto por Gabriel, que era su vecino y que aunque sabía que el tenia sentimientos por ella, nunca le había insinuado algo.Aquel beso le sabía a gloria, no pensaba ni actuaba, su parte racional había desaparecido. No sabía si habían pasado horas, minutos o segundos, pero cuando una lucecita en su cabeza se prendio acusándola como ‘’inconsciente’
’ y diciéndole algo como ‘’No te sabes el nombre de ese hombre Bárbara’’ se separo. Aunque su mano estaba en el pecho del hombre no tenia la fuerza como para moverle ni un musculo, por lo que quito el rostro con un movimiento brusco y con un impulso y fuerza nada normal le pego una cachetada dejándole en segundos la mejilla roja con todos sus dedos marcados.ya estamos capítulos finales