James se dio vuelta y buscó la manita de su mamá, ella esnifando lo hizo. Ambos bajaron la escalera con cuidado, el niño le soltó la mano y caminó hacia el hombre que había caído de rodillas, llorando. James se paro en frente de él, con una sonrisa completa, y sus ojitos pizpiretos brillaban con emoción.
-Me llamo James Arthur… ¿Me enseñadas a montad biciqueta? –El hombre asintió- ¿A nadad? –El hombre volvió a asentir –¿paseadas con mi mami y yo? –Sebas sonrió entre lagrimas -¿Me contadas cuentos en da note? ¿y también me ayudadas a deer y esquibid? ¿Contadas conmigo las estellas? ¿Y dodmidas con mi mami y yo? -Martina soltó una carcajada -¿Me compadas chocodates a mi mami y a mi? A mi mami de gustan muto los chocodates, también de gusta jugad conmido, y me canta cuando no pedo dodmid –Le dijo el niño con inocencia.
-Los tres haremos de todo, somos una familia James. Te amo –Lo abrazó tan fuerte como pudo, dejando derramar algunas lagrimas en el hombro del niño. James lo consolaba acariciando torpemente su hombro.
-También te tiedo papá. –Lo abrazó fuerte.
Cuando Sebas se recupero de aquel momento, alzo James en sus brazos. Ya la gente se estaba yendo, unos sonriendo, otros no tanto. Solo quedaba ellos tres, y Ana, que estaba siendo cortésmente a salir de la estancia.
-¡Suéltenme infelices! –Le gritó ella yendo de nuevo hasta donde Tini -¡TU! –La señaló -¿Por qué volviste? ¡Anibal había hecho todo bien! –Sus palabras no tenían filtro, y todo salía a flote –Se supone que jamás volverías, y menos con un bastardo –Eso fue la chispa que enfureció a Martina, caminó hasta ella dispuesta a golpearla, pero unos fuertes brazos la detuvieron –Hija de puta, arruinaste mi vida.
-Sáquenla de aquí –Les grito Sebastián a los guardias de seguridad –Llévenla a la estación de policía, Ana, te veras con mi abogado en poco tiempo.
-¡TE ODIO! ¡TE ODIO ___ STOESSEL!
Cuando los guardias se llevaron a Ana, Martina se zafo de los brazos de Sebastianrápidamente, volviéndose hacia él con una mirada furiosa. Vio que Mercedes sostenía a James y les sonreía a ellos.
-Llévate a James de aquí Mechi, por favor. Ambos váyanse a la casa de papá –Mercedes sonrió y dejo que James se despidiera de sus padres.
-¿vendas con mamá? –Preguntó James en los brazos de Sebas.
-Claro que si, James, estaremos juntos a partir de ahora –Le besó la cabeza y se lo paso a Martina, cuando sus brazos se tocaron ambos sintieron la misma corriente eléctrica.
-Te quiedo mami, ven ponto –La abrazo.
-Yo también, mi amor –Lo dejo ir con Mercedes, que le guiño un ojo y se fue con James.
-Nuestro hijo es lo mas hermoso del mundo –Dijo Sebas después de un rato de silencio, sonriendo soñadoramente hacia donde Martina.
-Lo es. –Sonrió Tini, pero luego cambió esa sonrisa por un rostro serio –Tu y yo nos tenemos que divorciar.
-¿Qué? –Fue lo único que pudo decir Sebas.
-No estaré con la persona que me engaño, y que luego quiso matarme –Le dijo con el rostro impasible.
-Yo no hice nada de eso Martina -Su murmulló hizo que el corazón de Martina se rompiera.
-¿Dónde esta Anibal? Él es uno de tus cómplices, lo recuerdo todo.
-Anibal murió de un infarto hace un año –dijo sin pizca de tristeza.
-No me alegra, pero después de lo que me hizo se lo tenia merecido –sebastian se quiso acercar, pero ella retrocedió.
-Sé que en estos momentos está pagando todos sus pecados. Pero por favor, a mi no me condenes por lo que hizo él y Ana. Y antes que me digas algo, tengo que decirte el por qué de mi casamiento con Ana.
-¿Por qué era buena en el sexo? O ¿Por qué con ella te divertías riéndote a las espaldas de la tonta de Martina Stoessel?
-Calla y escucha.
Ahora casi nos vemos mañana
