Dos semana después.
Cuando el sol le dio de lleno en la cara, Martina no tuvo más opción que despertar, aunque con cierto fastidio. No abrió los ojos, solo se removió y paso la mano por donde pensaba que estaba la figura de su 'novio'. Lo que encontró fue distinto a eso, la cama esta desecha y su lado estaba frío, como si hacia horas que había salido de ella. Se despertó completamente y se levanto de la cama, sin importar su desnudez. Se puso la bata y camino resuelta hacia afuera de la habitación, gritando el nombre de Sebastián sin conseguir respuesta. Sin alterarse camino de nuevo a la habitación para darse una ducha, ya después llegaría Sebas. Cuando abrió una de las puertas de madera se dio cuenta que a los pies de la antigua y gigante cama de madera había un sobre, una caja y una rosa. Emocionada como una niña casi corrió a tomar el sobre, lo abrió y leyó cada palabra.
Princesa:
Perdón por no estar a tu lado cuando despiertes, pero he tenido que salir a terminar de hacer cosas importantes. Te preguntaras que cosas, pues es una sorpresa.
Un coche negro pasara por ti y te llevara al destino que he escogido para pasar un día maravilloso, ponte linda (más de lo que eres) y usa el vestido y las prendas que he dejado para ti, este día será inolvidable, claro si tú me permites. Come bien, y esta lista a las 2:30pm.
Nota: no uses tacones ni sandalias, aquí no lo necesitaras.
Te quiero.
S Y.Martina se dejo caer en la cama con los brazos abiertos mientras se llevaba la flor a sus fosas nasales, y nadaba en su propia baba. Baba que había ocasionado las palabras de Sebastián . La traía loca, realmente loca. Estaba enamorada de Sebastián yatra, más de lo que estaba cuando era niña.
Cuando recordó la caja que estaba a un lado de ella se levanto y la abrió con premura, allí pudo encontrar el vestido más hermoso que jamás allá podido ver. Ni siquiera los vestidos de revista que su cuñada le mostrara en los últimos años se podían comparar con aquel hermoso vestido. Lo toco como si de algún valioso tesoro se tratara. Allí había una nota escrita con una letra prolija y firme, que decía: Cásate Conmigo. Martina casi se desmaya del shock que le produjo leer esas palabras. Tomo la nota entre sus manos y la miro por todos lados, tratando de no pensar de que aquello era una alusión o peor, una broma de mal gusto. Si alguien hubiese estado presenciando la escena se hubiera reido ya que Martina con lágrimas de la emoción pronunció un 'Acepto' bien alto y luego empezó a saltar emocionada.
Miro la hora del reloj de su mesita de luz y vio que era la 1:47pm, corriendo se fue al baño y se metió a la ducha, estaba tan emocionada que canto alegremente bajo el agua. Salio envuelta en una toalla y al ponerse la ropa íntima se sentó frente al tocador y se vio al espejo sonriente, sabia que aquello era una locura. Pero su corazón le decía que Sebastián era sincero y a pesar de todos los fantasmas debía confiar en el. Tomo el estuche de maquillaje y comenzó por la base tratando de verse lo mas natural posible... Cuando termino de retocar el rimel se vio en el espejo para verse completamente. Sus ojos verde olivos resaltaban con el lápiz y la sombra casi transparente que bordeaban sus párpados. Luego de que el maquillaje estuviese listo, paso a su cabello, y lo miro con desagrado al ver lo largo que era y no saber que hacer con el. Pensó en un moño o dejarlo suelto, pero recordó las fotos del casamiento de sus padres y la hermosa trenza francesa que su madre había hecho en su cabello. Opto por lo mismo luego de alisarlo, al ser su cabello tan largo le había quedado hermosa. Miro la hora y ya eran las 2:33pm el coche tenia que estarla esperando, se coloco el collar de perlas que Sebastian le dejara y los zarcillos del mismo tipo. Saco el vestido con cuidado y no espero para colocarselo, completamente descalza con cuidado bajo las escaleras agarrando el vestido para no ensuciarlo o tropezarse con el mismo. Llego hasta la puerta y abrió con cuidado para encontrarse con un hombre de mediana edad que la esperaba con la puerta trasera del coche abierta. Entro en el y el chofer amablemente le cerro la puerta para dirigirse a su lugar y comenzar a manejar. Martina estaba hecha un manojo de nervios, ¡Se iba a casar! Pensó en su familia. Ellos no estaban allí, para presenciar el día de su casamiento. Seguro su padre estaría muy triste cuando ella le hablara para decirle que de un día a otro pasaba a ser una Yatra, ¡Y con solo 18 años! La vida daba tantas vueltas... Cuando llego no encontró nada de lo que esperaba, mas que un yate de lujo que la esperaba. Subió en el con ayuda del capitán y este la guio a una de las habitaciones para que no estropeara su vestido o maquillaje. Se acosto en la cómoda cama y no se dio cuenta cuando se quedo dormida.-Señorita hemos llegado -la voz del capitan al otro lado de la puerta del camarote la hizo despertar- Cuando usted quiera puede salir, la esperare aquí afuera.
Martina se miro en el espejo y inspeccionó que nada allá salido mal mientras dormía, camino hasta la puerta y sonrió al capitán.
-¿Nerviosa? -Martina asintió, uno no se casaba todos los días- No debería estarlo el joven la quiere mucho, eso se lo puedo asegurar. Toda esta semana a estado de un lado para el otro arreglando cada minucioso detalle. Estaba tan nervioso de que usted no le correspondiera y se negara a aceptarlo.
-Es un tonto, sabe que lo quiero mas que a mi propia vida -Dijo con mas ánimos que antes.
-Oh, antes que se me olvide, estas rosas son para usted - le entrego un ramillete de rosas blancas que hacían juego con su hermoso vestido.
-Están hermosas.
-¿Lista?
MARATÓN 1/5