PARTE 5
Sebastián despertó al rato sintiendo como si todo ese peso de preocupación que llevaba encima se había desvanecido. Martina dormía profundamente a su lado con la espalda a medio descubrir, él se encontró jugando con su suave cabello llevándose un mechón a la nariz. Estirándose observó la hora en el reloj despertador y decidió tomar un baño, pero lo haría en otra habitación, de esa forma ella dormiría un poco más, en la noche lo habían hecho muy poco.
Envuelto en una bata oscura la cual había sacado del armario de la habitación donde dormía Martina, se decidió a hacer el desayuno. Todo el tiempo en donde él vivió con ella, había tocado nada en la cocina, pues ella se había adueñado del lugar. Pero la situación lo ameritaba, quería agasajarla de alguna manera.
No era un inútil, sabía hacer unas tostadas sin quemar y antes de navidad la había observado preparar las tortitas por las mañanas. Por lo que se puso manos a la obra, la mezcla era bien simple y se cocinaban rápido. No tenían la forma redonda y simétrica que ella solía darle, pero al probarlas se sorprendió al descubrir que sabían bastante bien. Sonriendo y orgulloso de sí mismo, llevó una enorme fuente con una linda flor en un florero que había encontrado y raramente la flor no estaba marchita. Ya luego le preguntaría a Martina como la villa estaba tan impecable y hasta había comida. Camino hacia la habitación donde ella dormía.Martina teniendo toda la cama para ella sola era bastante inquieta, ahora la sabana se había enredado sobre sus piernas dejando su trasero descubierto y parte de los muslos. La mujer pasaba una mano debajo de la almohada y tenía la cabeza hacia un lado. Sebastian no pudo evitar acariciar la deliciosa curva de su trasero en el inicio de su espalda baja, la piel de Martina era suave y la forma de su cuerpo la hacía irresistible para él.
Con cuidado dejo la charola de comida en la mesa de noche antigua y con la flor en mano acarició el rostro de Martina, aquel simple gesto la hizo sonreír entre sueños. Martina Tanteo la cama, pero Sebas no estaba. Sintió Otro rose suave en su nuca, y unos besos húmedos en todo su hombro izquierdo. Se acomodo más en la cama y abrió los ojos con cuidado. Los besos iban bajando hasta su espalda, y volviendo a subir hasta su nuca, pasando su lengua y corriendo su cabello a un lado. De pronto sintió como todo se detenía, y se volteó quedando frente a esos ojos chocolates, que estaban abiertos como dos pelotas saltarinas.
-¿Que pasa? -Pregunto Tini con voz somnolienta.-Tu tatuaje.
-¿Que tatuaje? Tengo varios... -Y entendió porque la sorpresa de Sebastian - Oh, 'ese' tatuaje.
-¿Cuando te lo hiciste?
-Hace como un año.
-¿Y por qué yo no lo había visto? -Pregunto desconcertado, el conocía todos los tatuajes de Martina. Los conocía de memoria, eran 3. ¿Por qué 'ese' no lo había visto?
-Que se yo, siempre ha estado ahí -Sonrió divertida.
-'Hecha para SY'. Me encanta -Solo dijo antes de besarla con pasión- Pareces una muñequita de esas que dicen Made in china. Solo que esta es personal, es mía, y solo mía -La volvió a besar enterrando sus dedos en su cabello.
-Huele a comida. ¿Hiciste el desayuno? -Sebastian recordó el desayuno, y rápidamente lo recogió y lo llevo a la inmensa cama.
-No queda como el que tú haces, pero esta comible -Tini probo una que Sebas le ofreció y le encanto.-Esta Buenísimo -dijo después de beber un poco del jugo.
MARATÓN 3/5