Era la primera fiesta en la que Lee Minho no podía divertirse como debía, ahora entendía lo que Chan debía pasar todos los días de su vida junto a ellos. Quería ser responsable para que Bang Chan se sintiera orgulloso de él, pero así era imposible: Hyunjin no aparecía por ningún lado, Felix y Jisung estaban bastante ebrios, Changbin también pero quería pasarse de la mano con el de pecas, y Seungmin... bueno, el estaba bailando en la piscina portándose como alguien decente. Pero Minho, el pobre Minho estaba enloqueciendo.
—¡Quédense aquí y no se muevan! —le dijo a Changbin, Felix y Jisung quienes estaban sentados por la barra—. ¡Changbin aléjate de Felix! —Se fue alejando para intentar buscar a Hyunjin—. ¡No se les ocurra hacer algo estúpido! —advirtió al trío.
El mayor fue a sacar a las fuerzas a Kim de la alberca para obligarlo a que lo ayude a encontrar a Hyunjin.
—¿Por qué yo?, me estaba divirtiendo... —habló mientras se adentraban a la casa en donde había más ruido.
—Eres el único consciente que me queda. —Vio al menor revirar ojos.
—¿Ya buscaste en las habitaciones de arriba?
—No, ¿sabes lo que suelen hacer las personas ahí? —respondió dramáticamente—. Este lugar es demasiado enorme, debe haber otros lugares en los que puede estar.
—¿Intentaste llamarlo a su celular?
—No contesta.
—Entonces debe estar ocupado haciendo eso... ya sabes.
—Chan me matará.
—Échale la culpa a las hormonas... Es normal, y más a nuestra edad. — Miró sobre el hombro de Minho—. ¿No te parece que Felix está demasiado cariñoso con Changbin? — El mayor volteó a ver hacia donde su amigo veía.
Felix restregaba su mejilla en el brazo de Changbin mientras lo abrazaba con cariño, mientras este parecía tener las intenciones de meter sus manos bajo la camisa del australiano. Jisung se estaba quedando dormido.
—Ayúdame o te juro que me volveré loco. —Minho apartó la mirada y puso sus manos sobre los hombros del menor—. Chan confía en mí... no puedo fallarle.
Seungmin apartó las manos del mayor frustrado por arruinarle su noche y tomó la muñeca ajena con fuerza llevándolo al segundo piso. Una vez que estuvieron ahí, observaron la infinidad de puertas que habían. Lee miró con ojos de suplica al menor quien solo le volteó la cara mientras suspiraba fuertemente.
—Si crees que tocaremos puerta por puerta estás equivocado —advirtió Seungmin—. Yo digo que gritemos "Yang Jeongin, ¿qué haces aquí?", y si Hyunjin está aquí, saldrá.
—Me gusta la idea, a la cuenta de tres lo gritamos con fuerza—avisó—. Una...
—Dos...
Y antes de poder decir el último número y llevar a cabo su plan, una de las puertas del lugar se abrió de repente dejando ver al chico que buscaban.
—¡Aquí estás!, te estuve buscando por todos lados —expresó Minho aliviado mientras se acercaban a su amigo.
Hyunjin iba a decirle algo a los dos chicos, pero la escena habló por sí sola; dos chicas lindas salieron del cuarto para luego intercambiar miradas coquetas con Hwang, quien les guiñó un ojo para luego verlas alejarse entre risitas.
—Al parecer alguien ya superó a Jeongin... —dijo el menor en un susurro para que solo lo escuchara el mayor.
—Estoy muy orgulloso de ti —Minho palmeó la espalda de Hyunjin ignorando lo dicho por Kim— y quiero que me cuentes los detalles, pero eso será en otro momento. Ahora tengo que encargarme de los otros chicos.
Cuando volvieron al primer piso, se encontraron con Felix en el regazo de Changbin, ambos con las narices juntas intercambiando sus respiraciones.
—Te apuesto diez mil wones a que se besan —apostó Hyunjin a Kim.
—Acepto.
—¡Ustedes, separénse! —les gritó el mayor—. ¡Están ebrios, probablemente mañana se arrepientan!
Seungmin extendió su mano con una sonrisa victoriosa mientras Hyunjin le dejaba el dinero en ella con una cara molesta.
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Jeongin vio muchas cosas en las publicaciones que sus amigos y conocidos hicieron en Instagram: sabía que Felix y Changbin se habían besado tan apasionadamente que sus labios quedaron hinchados, que Jisung después de embriagarse se quedó dormido causando que muchos conocidos en aquella masiva fiesta le hicieran memes, que Seungmin la estaba pasando bastante bien con los amigos de su grupo, que Hyunjin estuvo con varias chicas y que Minho estuvo a punto de entrar en una severa crisis existencial.
¿Qué hay de él?, su boca dolía como el infierno después de que le pusieran esos brackets, pero bueno, minímo Bang Chan lo consentía con toda la atención del mundo.
Escuchó como la puerta principal se abría, seguro se debía a la llegada del resto.
Hyunjin fue el primero en entrar recibiendo un montón de insultos y golpes por parte de su hermana:
—¡Sabes que esa tipa me intenta hacer la vida imposible y además es una pegajosa contigo! ¡No puedes besarla sabiendo que la odio!
—Fue un reto. —Hyunjin reviró los ojos tragándose los regaños de su hermana—. ¿Y qué haces aquí?, eres una molesta, mejor lárgate.
Ambos hermanos empezaron a discutir como era de esperarse, pero los chicos ya estaban tan acostumbrados que podían ignorarlos. Changbin solo pasó de largo hasta llegar a la cocina, tal vez no estaba en sus cinco sentidos, pero tenía hambre.
—¡Tomaré la habitación de arriba y le daré a Jisung una ducha con agua fría! —avisó Minho antes de que a alguien se le ocurriera acercársele a preguntarle cosas o a pedirle algún favor. Había cargado a Jisung por todo el camino y no podía soportar ni un segundo más, solo quería el camino libre para descansar.
Felix se lanzó directo al sofá en donde estaba Jeongin. Tenía tanto sueño que ni notó la presencia del menor, así que le arrebató la manta con la que el castañito se estaba cubriendo. Jeongin solo bufó con los ojos entrecerrados, pero no le reclamó nada a su amigo.
—Jeongin, mira esto. —Seungmin llamó la atención del menor en un susurro, luego se arrodilló para quedar frente al rostro semi dormido de Felix—. Lix...
—Mmju... —contestó el australiano fuera de sí.
—¿Por qué te gusta Changbin?
—¿Quién es Changbin? —preguntó entre más balbuceos y ambos menores aguantaron la risa—. ¡Ah, hablas de Binnie! —No abría los ojos al hablar, estaba casi dormido—. Me gusta porque... porque es un buen hyung. —La última frase la dijo en un susurro antes de quedarse dormido.
Ambos menores rieron por lo que Felix dijo, se les hizo muy curioso, pero nada sonaba como una mentira.
