—¡Seungmin, por favor! —rogó Felix por quinta vez—. En serio los necesito.
—¿Condones, Lix?, ¿es en serio? —preguntó mientras bufaba.
—Los necesito para cuando lo haga con Changbin.
—¡Entonces pídelos tú! —exclamó Kim.
—Es que me da pena...
—Entonces que Changbin los compre.
—Le dije que yo los compraría esta vez...
Seungmin ya sospechaba que era demasiado extraño que Felix le pidiera acompañarlo a la farmacia, y ahora entendía porqué.
Hyunjin tocó la bocina del auto llamando la atención de ambos menores, ya había esperado por varios minutos y veía a sus amigos hacer nada, solo estar allí, parados como estatuas.
—¡Si siguen parados como imbéciles juro que los dejo y se tendrán que regresar caminando! —gritó Hwang desde el auto.
—¡Espera un poco más! —contestó el australiano.
—¿Por qué necesitas condones si los usarás con Changbin? —cuestionó el pelimorado.
—¡¿Acaso has tenido sexo con un hombre?! —gritó Felix arrepintiéndose al instante al ver que había llamado la atención de casi todos los clientes de la farmacia.
—Ni siquiera lo he hecho.
—Hay veces en las que quieres usar condón y otras que no.
—¿Por qué?
—¡Porque te sientes rellenito y es incómodo! —el australiano volvió a gritar sintiéndose chiquito por todas las miradas—. ¡Seungmin, por favor! —suplicó mientras agitaba bruscamente el brazo del menor.
—¡Bien! —exclamó irritado—, solo son condones...
—Pero con sabor —pidió con una tímida sonrisa mientras le extendía el billete.
—¡No!, ¡ni pienses que lo haré! —Empujó las manos contrarias para alejar el dinero.
—¡Seungmin! —lloriqueó.
—¿Por qué mierda tardan tanto? —Hyunjin preguntó frustrado después de bajar del auto—. Estoy hace más de veinte minutos estacionado y ustedes no hacen más que discutir.
—Felix no puede comprar sus condones con sabor y quiere que yo lo haga —contestó Seungmin—. ¿Pero por qué soy yo el que debo pasar vergüenza si el que tendrá sexo es él? —Sintió como el australiano le daba un leve codazo.
—¡¿Por qué usas el "pasar vergüenza"?! ¡ES ALGO COMÚN, SEUNGMIN!
—¡¿ENTONCES POR QUÉ TE CUESTA TANTO COMPRARLOS, FELIX?!
Lee suspiró resignado y ruborizado, mirando a Hyunjin, quien lucía irritado por haber llamado la atención en todo el edificio.
—Simplemente no podemos comprar condones... —musitó el de pecas con vergüenza.
—¿Es solo eso? —Hyunjin bufó para luego arrebatar el billete que Lee tenía en su mano.
Ambos menores veían con mucha atención a Hyunjin, quien se acercó al mostrador y agarró dos cajas de condones rápidamente para luego pagarlos con el cajero.
—Lo hace ver tan fácil... —dijo Kim—. Lo que no hicimos en media hora él lo hizo en un minuto.
—No me hables —expresó el de pecas ofendido—. Cuando me pidas un favor no lo haré por ti.
—¡Entiende que me daba pena!
—¡¿Y tú crees que a mí no?! —Ambos se apenaron cuando vieron tantas miradas enfocadas en ellos.
Vieron a Hyunjin acercarse con el producto que Felix necesitaba.
—Tu cambio —le extendió las monedas— y tus condones. —Le extendió la caja.
—¿Cómo sabías que quería los de sabor? —interrogó Felix viendo su cajita de condones sabor fresa.
—No lo sabía, simplemente son de los que uso —respondió el mayor mientras se dirigía con sus amigos al auto.
—¿Y la otra caja? —cuestionó Seungmin curioso.
—Son para mí.
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—No puedo ni pedir sobres de catsup en los restaurantes y quieres que te compre condones —habló Seungmin cuando llegaron a su casa en donde el resto estaba—. ¿Podrías dejar de ignorarme? —Felix solo le reviró la cara molesto.
—No creo que se le pase pronto —le susurró Hyunjin a Kim mientras veían al de pecas alejarse—. Al parecer ya no soy el dramático del grupo.
—Hyunjin, tu me entiendes, ¿cierto? —Seungmin posicionó sus manos sobre los hombros del más alto—. Cuando vas a comprar condones te suelen hacer preguntas incómodas de como los prefieres y además te ofrecen lubricante, ¡lo vi en las películas!
—Sí, es verdad, pero después de la primera vez se vuelve demasiado normal. —Palmeó la espalda del menor—. Algún día te tocará. —empezó a camimar para ir hacia donde estaban los chicos.
—No, quiero morir virgen y soltero. Las relaciones son super complicadas. —Siguió a Hyunjin por atrás.
—¿Abstinencia? —rio—, dile a tus hormonas para ver si están de acuerdo con eso, a nuestra edad es casi imposible.
Ambos chicos fruncieron el ceño cuando vieron un pequeño desastre en el jardín de Seungmin...
—¡Los adornos de mi mamá! —gritó pensando en huir del país—. Estoy muerto...
—Verás... —Jisung jugaba con sus dedos y tenía una sonrisita traviesa—, Accidentalmente empujé a Changbin y se cayó encima de los gnomos de jardín y ahora están rotos.
—¿Accidentalmente? —preguntó Seo irónico—, entonces diré que accidentalmente te devolví el empujón y rompiste los pajaritos de cerámica.
—Mira el lado bueno, Min; todavía hay un gnomo intacto —consolaba Chan.
Felix observó la figurita detenidamente, y la recogió y luego la tiró con fuerza al suelo rompiéndola en pedacitos haciendo reír a los chicos por la expresión que Seungmin tenía en la cara.
—¡Felix! —reprendió Bang.
—¡Eso es por lo de la farmacia! —El de pecas le reclamó a Kim.
