Vacaciones de verano, un momento realmente esperado para los ocho chicos junto con sus madres para por fin tomar ese viaje de una semana en un crucero.
—¡Moriremos! —gritó Jisung intentando bajar con sus maletas del barco queriendo escapar, pero sus amigos lo sostenían para que no lo hiciera—. ¡¿Por qué me obligaron a venir?!, ¡nos hundiremos como en el Titanic!
—No pasará eso. —Minho intentó tranquilizarlo—. Y aunque así fuera... no te dejaría solo. —Le guiñó un ojo al de mejillas abultadas, quien se dejó llevar por aquella acción y se tranquilizó.
—Y no te obligamos a venir —añadió Hyunjin—, tú eras el que no se quería quedar solo en su casa mientras nosotros vacacionábamos en un crucero. —El ahora rubio sustuvo sus maletas para ir a registrarse con los demás.
El crucero era bastante gigante, tenía un restaurante con bufet, spa, gimnasio, piscina, diferentes actividades recreativas para gente de todas las edades y varias habitaciones individuales o en pareja, entre otras cosas.
Fueron a registrarse con sus madres para comprobar sus estancias en el lugar y para que les asignaran sus habitaciones.
—No llevamos ni cinco minutos aquí y ya quiero vomitar —expresó Seungmin mareado por el tenue movimiento del barco.
La mamá de Felix obligaba a su hijo a que le tomara una enorme cantidad de fotos todo el tiempo para que pudiera presumir en sus redes sociales que estaba en un lujoso crucero en sus vacaciones. El de pecas ya se estaba hartando de ser el fotógrafo de su madre, pero solo bastaba ver la sonrisa de su novio animándolo para que se sintiera mejor.
El grupo se dirigió a sus respectivas habitaciones para dejar sus pertenencias y empezar sus actividades. Cuando Minho entró a su habitación, se encontró con el menor desempacando.
—¿Sabes en qué habitación esta Jisung? —El de brackets arqueó una ceja.
—¿Así que quieres cambiarte de habitación y abandonar a tu menor? —Sonrió viendo la expresión ingenua del mayor—. Está enfrente —habló sin borrar su sonrisa.
Minho le agradeció con una sonrisa saliendo de allí, y sí, confirmó que Jisung estaba en aquel cuarto.
—Hyunjin, cambiáte de habitación — ordenó el mayor.
—¿Por qué debería hacer eso? —Frunció el ceño.
—Por que yo lo digo y soy mayor que tú.
—No haré caso a lo que digas, sabes que odio que me den órdenes.
—Jeonginnie está en la habitación de enfrente —Minho sonrió en burla sabiendo que con eso convencería al rubio.
Esas palabras fueron más que suficientes para que Hyunjin tomara sus maletas y se pasara a la habitación que antes pertenecía a Minho.
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