🌼GROW UP🌼 {Stray Kids}

🌼15, 14, 13, 12 y 11 (2)🌼

—Chan hyung... —Jeongin seguía intentando llamar la atención del nombrado—, Chan, Chan, Chan, Chan...

—¿Qué sucede Jeongin? —cuestionó intentando controlar su paciencia.

—Vamos a jugar con la pelota.

—Ya te dije que no puedo, tengo que terminar estas diapositivas y estudiar para mi exposición. Lo siento, Jeonginnie.

El menor suspiró rindiéndose con Bang Chan y se acercó a Minho, quien se veía que estaba muy ocupado mirando videos en Youtube desde su celular.

—Minho, vamos a jugar... —El nombrado miró al menor fugazmente y luego devolvió su vista al celular.

—Lo siento Jeonginnie, acabo de terminar mi maqueta para química y estoy algo cansado. —No le dedicó ninguna otra mirada.

Yang resopló rindiéndose cada vez más, pero recordaba que tenía más amigos, así que se acercó a Changbin.

—Changbin... —El menor tiró de la camisa ajena llamando un poco la atención del mayor de ambos.

—¿Sucede algo? —preguntó regresando su mirada casi de inmediato a todos esos libros e información impresa.

—¿E-estás ocupado? —Jeongin estaba bastante seguro que Seo también lo rechazaría debido a que se veía muy ocupado.

—Tengo un proyecto importante Jeonginnie.

—Lo sé... —hizo un puchero cabizbajo.

—Te prometo que cuando termine iré a jugar contigo.

Changbin revolvió los cabellos del menor y este asintió desanimado, había una cartulina en blanco, marcadores y mucha información en la mesa en la que Changbin trabajaba; Jeongin sabía que no terminaría pronto y eso le quitaba más ánimos.

Sú última opción: los nacidos en el dos mil.

Jeongin se acercó arrastrando sus pocos ánimos por el suelo a los cuatro chicos repletos de libros y libretas; suspiró sabiendo que también lo rechazarían.

Últimamente le sucedía muy seguido.

—¿Qué pasa, Jeonginnie? —Aquel chico con un lunar bajo el ojo fue el primero en preguntar por su presencia.

—¿Qué hacen? —cuestionó con su misma actitud decaída.

—Estamos estudiando para un examen muy importante —contestó Seungmin—, incluso Jisung está estudiando.

—No me queda de otra... —el nombrado suspiró pesadamente—, no entregué muchas tareas y si no apruebo este examen reprobaré.

—Yo nunca estudio para los exámenes
—habló Felix—, pero este es de física, ¡FÍSICA! Casi nadie aprueba los exámenes de física.

—Y menos con esta maestra... estoy seguro que me odia y me reprobará a propósito, ¡esa bruja se la trae contra mí! —se excusaba el de mejillas abultadas—. Una vez pidó una cartulina azúl, y cuando la llevé me dijo que la había pedido blanca, ¡blanca!, ¡cuando claramente había dicho azul!

—Estoy en la misma aula que tú —dijo Hyunjin—, y la pidió blanca. Que seas un inútil es diferente.

Jisung frunció el ceño y puchereó ofendido con ganas de golpear a Hwang, pero no podía, no se atrevía porque, uno; Hyunjin era su amigo, y dos; él era más alto y fuerte, claramente no quería cavar su propia tumba.

—Volviéndonos a quejar sobre física —Kim retomó el tema—, una vez mi maestro me dijo que había sacado seis en el examen, luego todos se rieron... pero resulta que fui la calificación más alta y el resto del grupo había reprobado.

El de pecas estrelló su cabeza con la mesa bastante frustrado y nervioso, estaba acabado, todos lo estaban.

Para ese entonces Jeongin se sentía excluído de la conversación porque a penas iba a terminar su último año en la primara, así que mientras el cuarteto seguía quejándose ignorándolo, optó por alejarse.

Con pocos ánimos, agarró su pelota y se encaminó al jardín decidido a jugar solo. Pasó varios minutos tirando lejos la pelota y corriendo tras ella hasta que se hartó, sabía que era estúpido y no podía lograr nada haciendo eso.

Frustrado, lanzó el balón más lejos y seguido se sentó en el césped dejando escapar un sollozo y con él, una lágrima.

Odiaba ser tan pequeño, odiaba ser el menor del grupo y estar separado de sus mayores, odiaba que ellos tuvieran cosas mas interesantes que hacer... tenía miedo. Temía que algún día sus amigos se aburrieran de él por ser más chiquito, lo abandonaran y cambiaran por otro.

—Odio que me traten como un bebé cuando solo soy un año menor que ellos. —Y después de eso, empezó a llorar intentando no hacer mucho ruido.

—Jeonginnie... —El nombrado reconoció la voz, pero no quiso levantar su rostro.

—Déjame solo, Hyunjin... debes de estudiar. —Sintió como el pelinegro se sentaba a su lado.

—Mmm... no —respondió observando con dificultad como el menor fruncía el ceño—. Soy bueno en física, no creo que sea necesario estudiar mucho. —No dijo nada más esperando a que el menor hablara, pero solo hubo silencio—. Nos comprendes, ¿verdad?
—El castaño asintió.

—Sí... sé que la secundaria es un poco pesada y ahora están con sus exámenes y proyectos finales.

—Entonces no te enojes con nosotros, ¿sí? —puchereó intentando sonar tierno, al mismo tiempo picó con un dedo la mejilla ajena.

—No estoy enojado... estoy triste de que algún día se cansen de mí y ya no quieran pasar tiempo conmigo.

Jeongin se puso nervioso cuando el ambiente se llenó de silencio, pero pocos segundos después Hyunjin estalló en carcajadas tirándose de espaldas al césped enfocando su mirada en el atardecer del cielo.

Por alguna razón, Jeongin se sonrojó.

—Jeongin, no... —Seguía riendo intentando recuperar el aire.

—¡No te rías, esto es importante para mí! —dijo con sus ojos cristalizados y su cara completamente roja.

—No entiendo c-como... pudiste pensar eso. —Intentaba recuperar el aliento mientras limpiaba una lágrima que se le había escapado por reír tanto—. Si de algo estoy seguro es que nunca te cambiaríamos ni nos aburriríamos de ti porque te amamos.

Jeongin suspiró dejando salir la presión y se recostó de la misma manera que Hyunjin.

—¿Lo prometes? —se reacomodó quedando de lado para mirar fijamente a su amigo quien miraba al cielo, pero luego este cambió de posición reacomodándose al igual que Jeongin, ambos haciendo contacto visual.

—Lo prometo. —Formó una pequeña sonrisa sin apartar su mirada de los ojos del menor.

Y aquella mirada le causó tantos sentimientos a Jeongin que ni él mismo podía lograr decifrar.

Porque todos ellos nunca se abandonarían ni olvidarían sin importar la situación. Eran todos, o ninguno.