-¡Lo peor es que en mi aula habrá un estúpido intercambio! -exclamó Seungmin molesto-. ¡Es una mierda! Nosotros mismos podemos comprarnos nuestros regalos, con nuestro propio dinero, confiando en que lo que yo compro me va a gustar. ¡¿Entonces por qué arriesgarnos a desperdiciar el dinero de esa forma?! Y lo peor es que utilizan San Valentín como excusa.
-A mí me gustan los intercambios -confesó el de pecas-. Son emocionantes.
Felix seguía haciendo pastelitos para regalárselos a sus amigos y compañeros en la escuela, pero para sus siete amigos había echo unos muy especiales y decorados.
Al mismo tiempo y en el mismo lugar, Jeongin escribía cartitas para sus personas queridas, pero obviamente las más detalladas serán para sus siete amigos.
Y Seungmin... el solo había echo una carta y de mala gana ya que la maestra lo obligó porque era una tarea para mañana.
Al resto de los chicos no le importaba, sabía que Seungmin era un amargado en esa fecha porque todo le parecía muy cursi y empalagoso, al contrario, Felix y Jeongin se emocionaban.
-¡Solo digo que es ridículo! -Kim volvió a quejarse y los otros dos reviraron los ojos de nuevo-. ¿Por qué debe haber un día en específico para demostrar tu amor a las personas que quieres? ¡Eso lo puedes hacer cada vez que quieras!
-Eso es un buen punto -admitió el australiano-. Pero las personas suelen ponerse sentimentales y afectivas en San Valentín, es el ambiente lo que se hace que se animen a declarar su amor y-
-¡Es estúpido!
-¡No lo es!
Jeongin solo escuchaba la discusión de ambos mayores; entendía el punto de Seungmin, pero al igual que Felix, amaba San Valentín porque el entorno era demasiado lindo.
En ese momento Jisung entró en la cocina con varias flores recién cortadas en sus brazos.
-Gracias por dejarme cortar flores de tu jardín, lix -agradeció Han mientras dejaba las variadas flores en la misma mesa en la que el menor hacía sus cartitas.
-¿Qué?... Pero si te dije claramente que no cortaras las flores de mi mamá. -El australiano dejó la mezcla que batía y se dio la vuelta viendo lo que había echo el de mejillas abultadas-. ¡JISUNG!, ¡te dije que no las cortaras!
-¡Lo siento, las necesitaba urgentemente! -se excusó-. Y todavía quedan cientos de flores en tu jardín, no se notará las poquitas que faltan.
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Por otro lado, los otros cuatro mayores estaban en casa de Bang.
-Si Seungmin no les hará nada, yo tampoco -expresó Minho.
-No creo que me de tiempo de prepararles algo -admitió el mayor un poco decaído sumido en su computadora-. Esto de la universidad es bastante pesado, últimamente no he tenido tiempo libre.
