8.Rose.

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Christian condujo.

Ya llevábamos casi todo el trayecto y nadie había dicho ni una palabra.

-Y ¿Qué se siente ser padre?-

-Es difícil y se siente una gran presión-dijo como si se quitara un peso de encima.

-Pero bonito-sonrió.

-Wow Christian Ozera conoce la palabra bonito-

-No empieces-rodó los ojos.

No importaba lo difícil que fuera, yo deseaba que Dimitri fuese padre, sabía lo mucho que quería serlo y me dolía no poder darle esa oportunidad ya que decidimos que no lo intentaríamos para mantener a salvo la identidad de Declan.

Christian noto mi expresión y aún que no sabía lo de Declan sabía mi situación.

-No te pongas así-volteo un momento a verme-existen otras opciones.-

-Si ¿Cómo cuales?-pregunté sin interesarme.

-La adopción es una-

-Ya lo se-suspiré-Pero no es lo mismo-

-En serio lo quieres-habló con asombro.

-Si... bueno...quizás-

-¿Siempre vienes cada mes?- cambié de tema.

-Si cuando puedo-hizo una mueca-Se que te molesta pero sigue siendo mi tía-

-Si lo entiendo Christian, lo respeto- dije.

El resto del viaje nos la pasamos peleando sobre qué música poner hasta que por fin llegamos a Tarasov y un guardián nos recibió-Majestad, Guardiana Hathaway- asintió en reconocimiento.

-Gracias Jack- vaya que venía seguido.

Se estacionó y bajamos, al igual que en St.Vladimir este era el único auto blanco.

-¿Sabes que el coló del auto es algo poco común en varios sitios moroi no?-

-Lo sé y me gusta-sonrió.

Me agarré de su brazo y ese gesto me sorprendió tanto a mi como a él pero no dijo nada, en cambio lo flexionó y lo puso más firme, así seguimos hasta que un guardián nos detuvo, debía tener entre treinta y tantos.

-¿la señorita pasará con usted? Necesito su nombre- Es que acaso no sabe quien soy o qué.

-La guardiana Hathaway me acompañará y no veo ningún problema en ello- dijo Christian.

El hombre abrió los ojos como platos-Oh, guardiana Hathaway lo siento la confusión-

Yo asentí sin decir ninguna palabra, después de eso nos adentramos en la última sección de celdas.

-Gracias por eso- le dije cuando retomamos el paso.

-¿De que?-preguntó aún que sabía a qué me refería.-Solo me aseguraba de que supieran tu nombre cuando te llevaras a algún preso-

Reí sarcásticamente mientras rodaba los ojos y dábamos vuelta en una esquina para toparnos cara a cara con Tasha Ozera.

Linaje restauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora