30. Pavel.

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Maratón
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Vigilaba los alrededores de la casa en la noche caminando bajo el cielo estrellado con la luna como la única iluminación, esta era ahora mi rutina habitual al ordenármelo el señor Mazur hace unos días después de cumplir con el trabajo que nos dejó a mi y a Kevin de localizar a Kuznetsov, que fue un poco complicado y tuvimos que solicitar algo de ayuda sin que Abe se enterara.

Me dejó en claro que vigilara con extrema minuciosidad a su hija y a la reina, informándolo de sus salidas; Tenía conocimiento que lo hacía con el fin de saber sus actividades y no preocupado de que Rose necesitara quien la defendiera, después de todo es una de las mejores guardianas en nuestro mundo. Eso era de familia dada también la popularidad de la guardiana Hathaway. Yo no sabía nada al respecto sobre que Abe tenía una hija hasta ese viaje a Rusia, en el que escuché esa llamada telefónica con la que ahora sé era Janine.

Kevin sabía mucho más que yo al respecto al ser su guardián casi toda la vida, a mi me contrató dos años después de graduarme sin tener algún cargo en específico y no es que fuera mal guardián de hecho era uno de los mejores pero mi falta de conducta había logrado que nadie me quisiera para protegerlo.

Estaba acostumbrado a ver a la joven reina Vassilisa por las visitas de mi moroi a la Corte pero tener que cuidar de ella sin que Rose lo supiera se sentía como si estuviera haciendo algo malo. El pensamiento me hizo reír internamente al ser consciente de que he realizado cosas realmente malas en mi vida y que parecía absurdo preocuparme de ésto cuando estaba haciendo bien en protegerla adicionalmente.

Una luz proveniente de las ventanas del segundo piso llamó mi atención, poniéndome en alerta y ocasionando que mi mente comenzara a trabajar recordando de quien era esa habitación y no era ni más ni menos que de la joven Hathaway.

Solo se podían vislumbrar algunas sombras, nada en concreto, una de ellas por obviedad de Belikov; alguien a quien sin duda envidiaba un poco por la vida que llevaba. Es uno de los más respetados y mortíferos guardianes, pudo tener esposa, lo más cercano a una familia que muchos de nosotros los dhampir quisieran y solo podían desear. Un tipo con demasiada suerte. Los demás teníamos que conformarnos con lo que teníamos, no podíamos aspirar a más.

La luces después de un tiempo se apagaron y mi ronda terminó pronto dejándome ir en paz a la comodidad de mi cama. Camino a la habitación a parte de escuchar los molestos ronquidos del sobrino de Dimitri reconocí la voz de Janine e Ibrahim. Acercándome a la biblioteca con precaución de nos ser escuchado pude oír claramente la conversación con la vocecita de mi consciencia diciéndome que era incorrecto escuchar, me metería en un gran lío si me pillaban.

-Por favor, pensé que el tema ya estaba olvidado-sonó fastidiada la voz de la guardiana Hathaway.

-Y lo está. Solo me preguntaba que sería de nosotros si no te hubieras ido esa noche- fruncí el ceño al escuchar la voz de Abe suave, era algo espeluznante ya que solo hablaba así cuando amenazaba a alguien y aquí claramente no lo hacía.

-Nada, estaríamos igual porque de alguna u otra forma nuestros caminos se separarían- dijo firme Janine.

Él suspiró-Tal vez-hubo una pausa-Me preocupa Rose, lidia con todo el peso del espíritu y una cosa tras otra la va a acabar, el verdadero caos se desatará cuando no aguante más-

-Tienes razón-concedió-Y esperemos que nunca suceda.-

-Algún día tendrá que pasar-comenzó Abe.

-No sucederá- aseguró Janine. -Buenas noches, Ibrahim- vi la sombra acercarse y por instinto retrocedí unos cuantos pasos para camuflajearme entre las sombras y la chimenea.

Linaje restauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora