Linaje restaurado

16.Rose.

No puedo creer que Abe tuviera un maldito R8 y no lo mencionara, claro que no lo dijo por qué seguramente pensaría que me escaparía con él, lo cual era algo absurdo aún que justamente es lo que estoy haciendo pero ¡hey! no lo vean así, si no como un préstamo recompensando los años de ausencia.

Ahora mismo lidiaba con una Sydney nerviosa en el asiento del copiloto, sabía su historia con el viejo y aún que según había entendido ya no le tenía miedo peor ahora parecía que quisiera bajarse del auto en cualquier momento sin importarle qué esté aún en movimiento.

-Oye tranquila-me estacioné en un lugar cerca de la entrada del centro comercial.

-¡¿Qué va pasar si se entera carajo?!- se desabrochó el cinturón de seguridad lo más rápido que pudo para salir.

-Yo me encargo de eso-dije después de ponerle seguro al auto.

-Más te vale-gruñó.

Entramos a varias tiendas y fuimos comprando regalos para los demás y nos detuvimos en una tienda de vestidos y lencería.

Vi que Sydney se detuvo delante de un vestido largo color blanco de seda.

-Pruébatelo-le dije cuando tocó la delicada tela.

-Oh no-sonrió sonrojada-No soy de muchos vestidos-

-Vamos Sydney- le animé tomando el vestido y entregárselo para luego empujarla a los probadores.

-Eso no quiere decir que lo compraré- fue lo último que me dijo para poder probarse el vestido.

Mientras esperaba a que saliera del probador empecé a ver conjuntos de lencería, varios con encaje y otros de seda de diferentes colores.

-Pruébatelos-se río Sydney a mis espaldas.-Seguro a Dimitri le gustarán-

Sentí como mis mejillas picaban.

-Está hecho para ti-me referí al vestido ignorado su broma.

-Es lindo pero no sé-dijo viéndose en el espejo-¿En donde lo usaría?-

-Creo que Lissa acaba de recibir una invitación para un baile con algunos Zecklos y Conta- me encogí de hombros.-También nosotros estamos invitados-

-Pero siento que es demasiado-dijo al ver el escote en la espalda.

-Tonterías-fruncí el ceño-Te lo llevarás-

-Solo si tú llevas un conjunto de lencería-sonrió con sorna pensando que no iba a acceder.

-Bien-puse los ojos en blanco aceptando solo para que se llevara el vestido.

-¡Oh por Dios!- exclamó viendo algo-Eso te quedará bien-

-Oye-le advertí-no me probaré toda la lencería que tú quieras-

-No habló de eso-señaló un vestido de color negro de satén con braletes muy delgados que apenas si se veían.-Si no se eso-

-Es hermoso-dije al sentir la textura suave de la tela.

-Te lo probarás y elegiré un conjunto de lencería para ti y será lo último que compremos-dijo viendo la gran cantidad de bolsas por las compras anteriores.

-Pero...-traté de objetar.

-Sin peros- me calló antes de entrar nuevamente al probador.

Me puse el vestido y me quedaba como un guante, resaltando cada una de mis curvas hasta caer al suelo como charco y el escote generoso nada inapropiado le quedaba perfecto.

-Definitivamente es tuyo-habló Sydney al salir.

-Si-sonreí.

-Nos llevamos estos dos y esa lencería de encaje negro con blanco- le dijo a la encargada de la tienda.