12.Rose.

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Como una vez ya había dicho antes, ir a Rusia hacia que no quisiera viajar en un largo
tiempo ya que estar sentada durante casi treinta horas no era muy cómodo, el jet aterrizó en Ámsterdam para recargar combustible y lo aproveché para entrar al aeropuerto a comprar material de lectura y donas, ya que en el jet solo había licor, café y ensaladas que servir.

Logré estar en paz luego de que leí las revistas que compré y calmar mi deseo de azúcar al comerme 6 donas de glaseado de chocolate.
Sydney al poco rato se fastidió igual, solo que a diferencia de mi, ella se conformo con que le sirvieran durante todo el transcurso del vuelo, a lo que se arrepintió deduje por su expresión ya que no pudo dormir en ningún momento debido a tanta cafeína en su sistema.

Estábamos a punto de aterrizar en Moscú y los que decidieron dormir todas estas horas ya habían despertado.

Dieron la orden de abrochar cinturones para el aterrizaje que no duró casi nada, me levanté de inmediato en cuanto pusieron la escalera para bajar del avión.

Al bajar del avión nos esperaban cuatro camionetas negras CRV ultimo modelo, claro que no podía esperar menos de Abe, aunque que hubiera preferido algo como un auto deportivo pero sabía que era imposible y aún así, si lo fuera dudaba que se me permitiera conducirlo, apenas si Dimitri me deja conducir. Eso a llevado a que crezca mi exasperación cada vez que estamos frente a un auto y me de esa mirada que dice ni lo sueñes.

Abe nos dio un juego de llaves a Eddie, Mikhail y a mí.

-¿La dejarás conducir?- se burló Adrian.

-Mientras no choque el auto- se encogió de hombros Abe- No veo el problema-

-Solo trata de no matarnos- sonrió con sorna Christian.

Le di una sonrisa sarcástica.

Después de discutir el orden en el que estaríamos dando argumentos poco convincentes de todos lados ya que en realidad era la primera vez que viajábamos todos juntos, los otros años solo nos visitábamos o íbamos algún lugar cerca de la corte pero nunca habíamos hecho un viaje juntos y uno tan largo, que yo recordara era el primero en el que nos acompañaban mis padres.

El orden en los autos fueron así:Abe iría al frente con sus guardianes guiándonos ya que no sabíamos donde estaba la casa, atrás de él yo estaría con toda la familia Dragomir, excepto Jill aunque que para mi molestia tenía a Alan como copiloto remplazando el lugar que debería estar ocupando Dimitri, en otra estaban Adrian, Sydney, Declan y Eddie ya que era su guardián, Mia, Mikhail, Sonya y Jill iban junto con mi madre concluyendo la fila.

Al poco rato de estar conduciendo en las calles de Moscú y con Liss haciendo una exclamación de vez en cuando y más emocionada cada que veía una nueva construcción, recuerdo que estaba igual de maravillada la primera vez que había viajado a Rusia pero no había tenido tiempo de hacer turismo ya que en ese momento me encontraba buscando a Dimitri cuando era strigoi para matarlo, el sentimiento hizo que me encogiera en su momento pero alejé esos pensamientos al recordar lo que Dimitri me prometió cuando le mencioné que el viaje sería a Rusia.

Lucía muy sorprendido de que esa haya sido la decisión de Lissa sobre a donde iríamos a vacacionar en Navidad, en realidad hubo quejas de mi parte y algunas de Christian por qué en la última plática pensamos que viajaríamos a algún lugar parecido a las Bahamas.

-Bueno pues no se lo que pienses tu camarada, pero no se me hace un lugar para vacacionar ya que solo hay osos polares y un frío del demonio- me burlé como siempre hacía antes de conocer Rusia y darme cuenta de lo equivocada que estaba sobre el lugar.

Él me lanzó una mirada divertida.-Tanto tu como yo sabemos que eso no es verdad- me jaló de la cintura para caer sentada en su regazo.

Reí- tú no me engañas camarada- seguí provocándolo.

Linaje restauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora