10.Rose.

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Llegué al apartamento y sin muchas ganas me dirijo hacia la habitación, al llegar me encuentro a un Dimitri recién salido de la ducha con una toalla amarrada a su cintura y otra sobre sus hombros.

-¿Cómo te fue?- se recargó en el marco de la puerta del baño.

-Mmm, muy bien sabes- fijé mi vista en una foto donde estábamos en un lago cerca de aquí, él llevaba los remos y se había detenido para tomarnos una foto, yo lo abrazaba del cuello con una gran sonrisa mientras el solo me miraba con dulzura.

-Y más cuando Tasha me dijo que no se te ocurra faltar la próxima vez porque extraña esos minutos de plática contigo-

-¿Te lo dijo?- suspiró-Rose, todo esta bien-

-Me molesta el hecho de que no me lo dijeras-

-No hay de que preocuparse-

-Y si te hace algo-lo miré a los ojos mientras las lágrimas picaban mis ojos.-¿Por qué no confiaste en mi?-

Me abrazó-Claro que confío en ti, solo que sé cómo te molesta el tema-

-Prométeme que me dirás todo aún sabiendo mi reacción- le dije.

-Te lo prometo-limpió mis lagrimas con la yema de su pulgar y me besó, un beso que se convirtió en apasionad, me alzo y enrollé mis piernas en su cadera sin dejar de besarlo, me llevó hacia la cama.

-No sabes cuanto te amo- susurró en mi oído.

(***)

Por suerte Lissa atrasó el desayuno a las 10 por qué me encontraba en una situación muy acogedora que no planeaba dejar en un rato.

Estaba con mi Dios Ruso debajo de las sábanas desnuda igual que él, se veía tan dulce cuando dormía.

Seguía observándolo hasta que recordé que no había hecho las maletas, me puse una playera de Dimitri y fui hacia el armario pero no estaba más que la ropa de él; volteé hacia un lado y ahí estaban tres maletas, las abrí y estaba mi ropa en una, en la otra mis vestidos de fiesa junto con mis zapatos y en la más chica un traje de guardián en caso de necesitarlo y mi maquillaje.

Las había empacado por mi, lo amaba tanto. Cerré las maletas y me metí al baño.

Salí de la ducha y busqué en la repisa los anticonceptivos, me le quede viendo un momento al frasco y las puse en su lugar. No pasaría nada por un día, sabíamos que no sería muy fácil que quedara embarazada.

Dimitri apenas se estaba despertando mientras me vestía, solamente me contemplaba.

-Me casé con la mujer más hermosa-recorrió mi cuerpo con la mirada con una sonrisa.

-Lo sé-le dije guiñando un ojo.

Después de alistarnos salimos hacia el comedor con todos no sin antes darnos un largo beso.

Linaje restauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora