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HoSeok observó una vez las letras sobre la lápida de su hermana.
Se veían un poco borrosas.
Luego hablaría con el encargado del cementerio para cambiarlas por unas nuevas.

Observó el ambiente del lugar. Era sombrío y lúgubre.
Pero así debían lucir los cementerios ¿No es así?.
Se levantó lo más lento que pudo del lugar donde se hallaba y se dispuso a emprender su camino hacia su hogar.

Unas risas burlonas lo obligaron a voltear hacia donde éstas se encontraban.
Entonces se encontró con aquellos ojos rojos nuevamente.

Lo observaban con un brillo tan extraño en ellos, que se obligó a mirarlo dos veces. ¿Acaso lo había seguido?
Instintivamente guió su mano hacia el cinturón de su pantalón.
Lo olvidaba; estaba desarmado.

No se quedaría en medio del cementerio para averiguar porque aquel adolescente estaba allí.
Debía hacer muchas cosas aquel día. Y una de ellas, era ponerse en contacto con su superior para obtener más información sobre su objetivo.
Limpió su pantalón y se encaminó hacia la salida despidiéndose frente a la lápida de su hermana realizando una reverencia.

Ya en la salida volteó una vez más para percatarse de que el joven no lo observaba.
En efecto ya no lo hacía, pero pudo notar como este sostenía delicadamente en sus manos la flor que le había entregado en señal de disculpas.
Sonrió inconcientemente y se alejó.

El camino hasta su hogar se había más ligero de lo que suponía y se encontraba frente a la puerta principal en cuestión de minutos.
Buscó en su traje las llaves de su casa y abrió con rapidez la puerta para ingresar a la comodidad de su hogar.
Se desabotonó las mangas de la camisa luego de sacarse el saco y colocarlo sobre el respaldo de su sillón. Se desajustó la corbata y realizó el mismo procedimiento con los tres primeros botones de la camisa.

Se recostó sobre el sillón y dejó reposar su cabeza sobre el respaldo. Se sentía cansado; a pesar de solo haber estado unas horas en el cementerio. El recordar a su hermana y a la bruja que le había prohibido seguir viviendo lo agotaba de manera considerable.
Cerró sus ojos y suspiró pesadamente.

Unos extraños rojos acompañados de labios del mismo color invadieron de manera abrupta sus pensamientos haciendo que abriera sus ojos de golpe y se incorporara rápidamente. Sabía a quién pertenecían aquellos ojos a pesar de no saber ni su nombre, ni su procedencia.
Eran los ojos y labios de aquel hermoso joven de cabellos rojizos.

¿Qué le sucedía? ¿Por qué de la nada su mente era invadida por aquel adolescente?

Se levantó gruñendo bajo. Eso no le agradaba para nada.
Debía mantener su mente en blanco y serena. Y aquel jovencito invadía sus pensamientos.
Se dirigió hacia la cocina y observó detenidamente el lugar, caminó hasta la heladera y sacó de la puerta una botella de agua.
Bebió un poco de ésta y luego regresó hacia la sala. Debía prepararse.

De manera lenta fue desprendiendo los botones restantes de su blanca camisa y la acomodó junto a su saco.
Sintió sobre su pecho la suave brisa que invadía en aquellos momentos la sala y un ligero escalofrío recorrió su cuerpo.
Caminó a paso acelerado hasta las escaleras que lo guiaban hacia su habitación y al llegar abrió la puerta para ingresar a su baño y tomar un baño caliente.
Buscó dentro de su armario su ropa casual y la dejó preparada sobre la cama.
Entró al baño y preparó la bañera para luego entrar en ella.

Estaba acostumbrado a qué sus baños no fuesen largos; ya que así ganaba más tiempo para cumplir con sus trabajos; pero aquel día por algún motivo que desconocía quería disfrutar de la sensación del agua sobre su cuerpo. Se permitió reposar su cuerpo desnudo dentro de la bañera y permitir que la calidez del agua lo hiciera sentir adormilado.

Sintió una cálida respiración en su oído y la suavidad de unas manos recorrer sus hombros mientras bajaban por su pecho.

Aquello era tan hermoso que definitivamente no podía considerarlo real.

Las manos continuaron el suave camino desde su pecho hacía sus hombros y viceversa; se detenían sobre el comienzo de sus hombros y comenzaban a bajar por sus brazos hasta llegar a sus manos.

Aquel tacto era realmente relajante.

Las manos se acercaron hasta su cuello y llegaron hasta sus mejillas, en las cuales repartían suaves caricias obligándolo a abrir los ojos.
Al hacerlo se topó con aquellos bellos ojos, lo observaban atentamente, intimidándolo de tan sólo tenerlos tan cerca, como en aquel momento.
Sus ojos se abrieron en demasía sin entender el porqué de que ese joven estuviera allí con él y compartiendo un momento tan íntimo como aquel.
Sintió como su rostro era guiado a estar más cerca del rostro del muchacho y fue en aquel preciso momento que su corazón se sobresaltó.
Los suaves labios del joven se posaban sobre los de él, en un beso tan dulce, suave, cariñoso, corto y adictivo que creyó que enloquecería si no los volvía a probar en su vida.

El sonido de un teléfono sonando desde algún lado de la casa lo hizo despertar.
Se había dormido.
Pero eso no era lo peor para él.
Había soñado que besaba a alguien. O mejor dicho, que lo besaban. Eso no era bueno para él, ni su oficio de cazador.

Se levantó de la bañera gruñendo por el frío que sintió su cuerpo al dejar de sentir el agua tibia sobre el. Envolvió su cintura con la toalla que había llevado al interior del baño y salió en dirección de su cama. No sé vestiría aún.
Tomó la otra toalla y secando su cabello bajó hasta la sala escuchando como el sonido del teléfono se hacía más intenso.
Colocando el aparato cerca de su oreja se dispuso a hablar.

- Diga - habló mientras continuaba secando su cabello con su mano libre.

- ¿Cómo te encuentras HoSeok? - la voz del otro lado de la línea era conocida para él.

- Estoy bien Baekhyun - respondió dejando la toalla a un lado y pasando su mano por sus cabellos casi secos - hace un momento regresé de visitar a Jiwoo - añadió cambiando de lugar el aparato.

- Oh cierto, la misa de tu hermana - habló la otra voz casi en susurro - no es que quiera arruinarte el día HoSeok, pero el jefe tiene la información que pediste - añadió y la expresión de HoSeok se oscureció.

- Dime a dónde debo ir - acotó y sin esperar más se encaminó a su habitación nuevamente - estaré allí entrada la noche, adiós Baekhyun - añadió cortando la comunicación y arrojando el teléfono sobre la cama.

Era tiempo de que aquella bruja pague.

Cacería De Brujas [HopeV] ✧\(>o<)ノ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora