Cacería De Brujas [HopeV] ✧\(>o<)ﾉ✧

14🔮

HoSeok se hallaba en aquel momento frente a la puerta de su hogar, totalmente mojado y con un fuerte dolor de cabeza.
Al parecer el haber tenido aquel gesto de cariño con aquel humano, no había sido bueno para su salud.
El viento y la lluvia habían hecho de las suyas y ahora parecía estar sufriendo un resfrío.
Porque a pesar de ser un cazador, él también se enfermaba como los humanos normales.

Al abrir la puerta de encontró con la figura de su pupilo sosteniendo frente a él una toalla de color blanco.

- ¿Y esto? - preguntó al observar a su pupilo frente a él.

- Supuse que la necesitaría - admitió mientras le entregaba la toalla con una sonrisa.

- ¿Cómo sabías que la necesitaría? - preguntó curioso mientras secaba su cabello y acto seguido cerraba la puerta de su casa.

- Estaba observando por la ventana, cuando lo ví caminando rápido hacia la casa sin su saco y sin su paraguas - habló el menor mientras se acercaba al sofá - también le apronte ropa seca para que no se enferme - añadió enseñándole la ropa sobre sus manos.

- Gracias, aunque creo que ya es un poco tarde para eso - habló tocando su frente con el dorso de su mano derecha - eh comenzado a elevar mí temperatura corporal - agregó sentándose en el sofá dónde anteriormente descansaba la ropa seca.

- ¿Acaso le han robado las cosas señor? - se animó a preguntar JungKook acercándose hasta HoSeok colocando una mano sobre la frente de éste.

- No - afirmó sintiendo el roce frío de la mano del menor sobre su frente - se la coloqué a un joven que caminaba bajo la lluvia sin ningún tipo de abrigo - admitió en voz alta.

- Oh ya veo - dijo el menor formando una "o" con los labios - y gracias a ese acto, usted se ha enfermado - agregó aquellas palabras con un tono de reproche.

- No debes preocuparte JungKook - habló con tono tranquilo y despreocupado - es solo un resfrío, se necesita más que esto para mantenerme adentro de esta casa encerrado - agregó dibujando una sonrisa en si rostro al recordar el rostro de TaeHyung al darle el abrigo.

- No quisiera molestarlo señor, pero me gustaría saber quién es el joven al que le ha dado el abrigo y el paraguas - le dijo el menor observando el perfil derecho de su maestro.

- ¿A qué se debe tu interés? - indagó el cazador acomodándose mejor en el sofá.

- Quizás cuando la lluvia se detenga, pueda ir hasta su vivienda a pedirle amablemente que me regresé sus pertenencias - contestó el joven cambiando su expresión de un momento.

Algo lo molestaba.
Algo simplemente no le agradaba . Sabía que su maestro, tenía aprecio y respeto por la vida de los humanos, pero jamás había pensado en que , siendo tan serio y frío tuviese aquel gesto noble y cariñoso con otro humano que no fuese él. Una presión se había instalado en su pecho y amenazaba con no dejarlo respirar.
Realmente aquello no le agradaba para nada.

- No es necesario que hagas eso - acotó el cazador reposando su cabeza sobre el respaldo del sofá y cerrando sus ojos - cuando el joven esté listo para devolverme el paraguas y el abrigo, él mismo vendrá hasta la casa - concluyó dando un largo suspiro.

Y aquello le gustaba mucho menos.
No le agradaban demasiado los jóvenes humanos. La mayoría de ellos eran irrespetuosos, ladrones o simplemente unos maleducados. No había conocido aún algún joven humano que valiese la pena tratar.

- ¿Quiere un café o un té? - preguntó para olvidar aquello último que el cazador había dicho.

- Por favor - contestó HoSeok con los ojos aún cerrados - si no es demasiado ¿Podrías colocarle una rodaja de limón? - preguntó sin siquiera moverse.

- Así lo haré - respondió con una sonrisa - entonces le prepararé un té - dijo en voz alta caminando hacia la cocina.

Las gotas continuaban golpeteando sobre la lona de ambos paraguas. Yoongi no veía la hora de llegar a su hogar y arrojarse a su cama para tomar una merecida siesta, luego de estar encerrado por tantas horas en aquel edificio al cual llamaban escuela. Hyolyn conversaba tranquilamente con SeokJin mientras caminaban pegados, ya que ella poco a poco se había despegado del brazo del pálido para situarse al lado del de cabellos castaños.

- Entonces - habló la joven llamando la atención de ambos brujos - ustedes que son más cercanos a TaeHyungie - agregó con curiosidad - ¿Saben de quién está enamorado? - preguntó directamente y sin vueltas.

SeokJin que venía bebiendo un jugo en caja, se atragantó por la pregunta de su amiga Hyolyn y rápidamente guió su mirada hacia el pálido, el cual sostenía aún con más presión el mango del paraguas.

- No sé de lo que estás hablando - respondió el mayor secando sus labios con la manga de su uniforme.

- Ni yo - agregó fingiendo desinterés el pálido de cabellos negros.

- Vamos, no pueden mentirme - los regañó suavemente la joven - seguro alguno de ustedes debe saber quién es el afortunado que se ganó el corazoncito de nuestro TaeHyungie - agregó observandolos detenidamente.

Yoongi tragó saliva y se dispuso a seguir caminando para llegar cuánto antes a su hogar y olvidar aquella conversación.
No quería ni siquiera pensar en que las palabras de su amiga Hyolyn fueran ciertas y que TaeHyung realmente estuviese enamorado de alguien.
Porque él sabía quién era ese alguien. Y mientras más lo pensaba más aterrador y peligroso era.
Porque si Hyolyn estaba en lo cierto; eso significaba que debía de cuidar de el brujo de cabellos rojizos desde aquel momento en adelante.

- Y bien - la voz de la joven se hizo presente nuevamente - estoy esperando una respuesta - añadió golpeteando el suelo con su zapato.

- Hyolyn - la voz de SeokJin era suave, pero preocupada a la vez - realmente no sabemos de lo que hablas - agregó seguido de una sonrisa - si fuese cierto que TaeHyungie está enamorado de alguien nos lo hubiera dicho primero - las palabras resonaban en la mente del pálido como si fueran una alarma - ¿No lo crees Yoongi? - preguntó guiando su mirada hacia él.

- Ah... Qué, si por supuesto - respondió totalmente sorprendido por la pregunta de su amigo.

Ahora Yoongi estaba seguro de una cosa. TaeHyung se había enamorado de aquel cazador. Y él había sido el primero en darse cuenta de ello.