Locos [HyunIn // SKZ]

CAPÍTULO 1

<<Mágicamente llegaste a mi vida en el momento menos esperado>>
𝒫𝓇𝑒𝓉𝓉𝓎 𝒰 ~ 𝒮𝑒𝓋𝑒𝓃𝓉𝑒𝑒𝓃

Jeongin caminaba de vuelta a su casa, había ido a jugar con su amigo Félix el cual vivía a tan solo dos cuadras de su casa, pero habían corrido tanto que ni siquiera sentía sus pies, ok, tal vez exageraba un poco... El punto es que estaba cansado.

—Pss.

Sus pensamientos volvieron a si cuando escuchó un sonido extraño, dio vueltas hacia todos lados, pero la calle se encontraba más sola que su amigo Minho, siguió caminando, tal vez había escuchado mal.

—Pss hey.

Paró de golpe, eso realmente le estaba dando miedo, volteó de nuevo y...

—¡Oh por Chansito! —Sintió como sus pulmones se quedaban sin aire al ver a un chico detrás de él —¿¡Qué te pasa!? —Le gritó al chico tratando de pasar el susto.

—Shh, no grites —Lo calló el otro. —Nos pueden encontrar los aliens.

Okay, este chico tenía serios problemas mentales, tal vez se le zafó un tornillo, tal vez dos, tal vez... TODOS.

—¿Aliens? —Preguntó Jeongin con el ceño fruncido.

—Sí, hace rato me estaban persiguiendo. —Le contaba el chico que tenía un lunar bajo el ojo.

Lo decía con tanta convicción que Jeongin casi se lo creía, pero como niño racional de 12 años, sabía que los aliens no existían... o eso creía él.

—¿Estás bien? —Le preguntó Jeongin tocando su frente.

Tal vez el chico tenía fiebre y estaba empezando a alucinar, algo así le pasó una vez a su prima Xingyu, pero no, estaba perfecto.

—Estoy bien. —Le respondió el más alto mirándole como si él fuese uno de los aliens que lo estaban persiguiendo —Creo que estás un poco loco niño.

Ah no, así no se puede. Se alteró mentalmente.

—¿Yo estoy loco? Me acabas decir que te están persiguiendo aliens.

—Solo estaba jugando. —Le respondió con una sonrisa divertida.

—¿Okey?...

—Y te vi, me pareciste lindo y quería que jugaras conmigo.

Jeongin se sonrojó, ese niño le acababa de decir que él le parecía lindo.

—Ay, eres adorable. —le dijo el del lunar al ver su sonrojo.

Jeongin lo miró mal.

—¿Entonces? —Preguntó al de mayor estatura.

—Entonces... ¿Quieres jugar conmigo? —Le preguntó.

—No puedo jugar con extraños. —Le contestó Jeongin dando un paso hacia atrás mirandolo de arriba para abajo.

—Me llamo Hwang Hyunjin, tengo 13 años y vivo en ese casa de ahí. —señaló una casa color celeste —Listo, ya no soy un desconocido.

—¿No eres mayor para jugar esas cosas?

Él había dejado de jugar ese tipo de cosas porque le habían dicho que ya era mayor para eso y que lo hacían ver raro, que los chicos de su edad jugaban videojuegos, ya tenían novias y blah, blah, blah.

Aunque siendo sinceros a él le encantaba jugar con sus muñecos todavía, incluso con las barbies de su prima, pero no le digan nada a ella, si se entera de que Jeongin es el que toma sus barbies sin permiso tal vez le corte las manos.

—No, nunca se es muy mayor para estas cosas. —Hyunjin se encogió de hombros —Oye, ahora tú eres el desconocido. —Le dijo el azabache alejándose y entrecerrando los ojos como lo había hecho echo él.

Touché. Pensó Jeongin.

—Me llamo Yang Jeongin, tengo 12 años y vivo en la otra calle.

—Eres menor que yo, me tienes que decir Hyung. —Demandó cruzándose de brazos.

—¿Y si no quiero qué? —Le retó.

—Pues serías un irrespetuoso ¿eso es lo que quieres?

—Está bien... Hyung. —Dijo el menor rodando los ojos.

A Hyunjin le parecía muy tierno el castañito, sus brackets lo hacían ver tan... bonito.

Hyunjin sacudió la cabeza para alejar sus raros pensamientos.

—¿Ahora sí podemos jugar? —Preguntó por segunda vez.

Jeongin vio su reloj y casi le da un ataque al darse cuenta que iba media hora tarde.

—¡Mamá me va a matar! lo siento no puedo, voy tarde a casa, será en otra ocasión.

—Si quieres te acompaño a tu casa. —Sugirió.

—No, está bien, tal vez nos encontremos luego, adiós Hyung.

Jeongin comenzó a correr camino a casa.

—¡Adiós Innie! —Le gritó el mayor ya que el de brackets se había alejado mucho.

Jeongin casi se cae al escuchar el apodo que usó el mayor y una pequeña sonrisa se posó en sus labios, ese chico era sumamente raro, le caía bien.

Hyunjin volvió al jardín de su casa para jugar y no dejaba de pensar en lo lindo que era el pequeño castaño, un poco refunfuñón tal vez, pero lindo, ojalá lo volviera a ver.