Capítulo XV (El Día del Origen)

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P.O.V. Juliann: 

Faltaban unos minutos para ser medianoche, estábamos los de la realeza y los nobles más importantes, sentados juntos en la misma mesa, entre estos estaba Máximo. 

Este me miraba de reojo, estaba sentado en frente mío y conversaba con algunos de los invitados. No le di importancia, solo tomaba de mi bebida para irme lo más rápido posible, no soportaba estar rodeado de tantos idiotas. 

—¿Y tú Juliann? —Andrei me miró —¿Harás el ritual?

Fruncí el ceño y negué. El ritual del que tanto hablaban consistía en morder y beber la sangre de una mujer u hombre humano hasta matarla o dejarla inconsciente, como símbolo de poder vampiro. Ya no sé de dónde sacan tantas ideas estúpidas.

—¿Por qué no hermano? Antes era divertido hacerlo —insistió Andrei.

—No me jodas —dije y seguí bebiendo. 

—Anda muy distraído mi hermanito —exclamó Cristal también bebiendo de su copa.

—Yo participo —dijo Máximo.

Ambos nos miramos, él me miraba desafiante, ¿Me quiere provocar?

—¡Así se hace! —chilló emocionada Cristal. Otros nobles también respondieron que participarían. 

—¿Participar de qué? —Stephen tironeó del vestido de su madre. 

—El ritual, hijo —respondió ella —el que siempre te encantó hacer. 

El niño sonrió y sus ojos brillaron emocionados. 

—¿Puedo morder a quien quiera? —preguntó emocionado

—Mientras sea un humano, sí —contestó  —traerán muchos para beber.

—Mientras sea humano... —dijo pensando y sonrió dejando ver sus pequeños colmillos.

Achiné los ojos mirando al niño. 

Mi padre se levantó de la punta de la mesa y comenzó a dar su discurso, acerca de la importancia de nuestra raza y nuestro poder, de lo orgullosos que debemos estar de ser inmortales y bla bla bla. Todo esto lo escuchaba todos los años, lo mismo de siempre. 

—Nos hemos reunido aquí, sea día o noche nosotros estamos presentes para celebrar un día tan importante... Juntos seremos invencibles y algún día creceremos mucho más. —mi padre alzó su copa —brindemos por la familia y nuestra raza.

Todos en la mesa brindamos, la hora se acercaba y abrieron las puertas del castillo dejando ver a un montón de humanos. Muchos vampiros al verlos, comenzaron a susurrar.

"Yo quiero a la pelirroja" "Resérvame a la rubia" "Quiero al hombre de camisa azul"

Faltaba un minuto, y todos los vampiros se levantaron de sus mesas para acercarse a los humanos.

Miré a mi alrededor y alguien faltaba, Stephen. Suspiré irritado y caminé hacia una sombra para teletransportarme. ¿Dónde mierda se había metido?

P.O.V. Alma: 

Tenía al niño frente a mí y se acercaba poco confiable. Sus colmillos estaban fuera y sus ojos brillaban en la oscuridad. El niño había roto la puerta de mi habitación, y así entró. Sí, un niño vampiro de cinco años quería morderme y rompió en pedazos todo lo que nos separaba. 

¡Yo solo quería dormir!

"Corre, vete de la habitación"

—Tú cállate —dije molesta y tomé mi cabeza al sentir el dolor otra vez. 

Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora