P.O.V. Alma:
La carroza atravesaba el bosque, el día estaba nublado y casi todo estaba oscuro. Sentada frente al señor Juliann, nos dirigíamos a la gran ciudad. La mañana estaba fría para ser un verano, las hojas estaban humedecidas a tocarlas.
Sí, tal como lo hice hace años, extendía mi brazo fuera de la carroza para tocar las hojas y flores.
El señor Juliann solo leía un libro, este tenía bordes dorados y un título pequeño que apenas podía alcanzar a leerlo. Según él es historia de la música clásica, algo aburrido. Aún seguía tocando el violín, pero no tanto como antes.
Él me despertó temprano y durante la mañana estuve escribiendo.
—¿Qué tanto anotas? —él me miró de reojo.
—Una lista de lo que quiero hacer. —sonreí y le mostré dos páginas llenas —y cosas que quiero comprar.
—¿De dónde vas a sacar el dinero para comprar todo eso? —frunció el ceño.
—Yo tengo ahorrado. —sonreí orgullosa.
—Me alegro. —rodó los ojos —¿Quién te dio dinero?
—Anastasia siempre me dice que ahorre y me da. —seguía escribiendo —¿Ir a la playa es mucho?
—No te alcanzará el día para lo que quieras hacer —dijo algo molesto —y tú dijiste ciudad, no playa.
Crucé mis brazos en queja.
—Bueno, tengo una lista de todo lo que quiero comprar y hacer. —le mostré la lista.
Él comenzó a leer la lista, en algunos casos él negaba y en otros abría los ojos sorprendido.
—Definitivamente no te alcanzará el día para todo esto. —negó —y menos para ir a un museo, ir de compras, tomar un helado, ir a la playa, salir a bailar, ir a un teatro, patinar sobre hielo, ir a conocer animales en todo un día...
—Bueno, haremos lo mejor que se pueda. —sonreí —usted dijo que no pondrá un límite, ¿No?
—Aclaré que depende cuáles. —suspiró y me devolvió la lista —además, la ciudad queda a unas horas de aquí en automóvil, así que quizás lleguemos al mediodía.
—Mejor, más tiempo para seguir escribiendo —comenté y guardé mi cuaderno.
—Alma, no quiero que te separes allí. —me miró amenazante —los cazadores frecuentan la ciudad ya que son lugares perfectos para nosotros.
Asentí.
Él volvió a seguir con su lectura, bostecé aburrida y me puse mi campera. Creo que hoy será un día lluvioso y húmedo.
Comencé a tararear una canción, estaba demasiado aburrida y el silencio estaba matándome. Cuando llegué al estribillo, ahora sí que comencé a cantar desafinada. Definitivamente era mejor tocando un instrumento que cantando.
El señor Juliann me miró algo molesto y yo seguí.
—Acabo de descubrir otra molestia en este momento —exclamó irritado.
Rodé los ojos y reí.
—¿Usted no está aburrido? —pregunté bostezando otra vez.
—Espero que no estés todo el camino así, el día está muy bello para irritarme así. —suspiró viendo por la ventana —estamos cerca de bajar.
—Usted porque es un envidioso de mi prodigiosa voz. —golpeé su pierna con mi pie levemente.
Él solo negó y corrió su pierna.
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Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)
VampireÉl, guiado por sus instintos de querer matar y morder, se da cuenta de que su víctima será más especial de lo que creía. Alma, una mujer que quedó bajo el "cuidado" de Juliann, el joven príncipe vampiro, desde que ella era tan solo una niña. Crecerá...