Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)

Capítulo XXII (No me gusta jugar así)

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Acá van a poder ver más acerca de esta novela y otras que planeo comenzar o ya tengo escritas. También van a poder saber algunas curiosidades de Mi vampiro favorito.

P.O.V. Alma:

—¿Almas gemelas? —hice silencio para pensar, había recibido una clase de este tema cuando recién empezaba a estudiar. 

Se dice que como los lobos tienen a su mate, los vampiros tienen sus almas gemelas. Hablaba acerca de cómo detectar esta conexión, la cual se producía cuando uno probaba la sangre del otro. 

Obviamente, se hablaba de este tema como si fuera una leyenda, aunque durante la historia, habían demasiadas pruebas que esta creencia podría ser real. 

—Sí, apenas probar una gota decidí no matarte —exclamó serio —estuve años enojado de por qué tenías que ser tú.

Eso dolió un poco.

—Soy muy directo, Alma. —suspiró —pero al pasar los años, creo que cambié un poco mi pensamiento. 

—Entonces... Me gané su cariño —musité.

Él se acercó un poco más a mí.

—Te has ganado el cariño de todos... Pero para el mío deberás esforzarte un poco más —dijo acariciando mi rostro para luego bajar con sus manos hasta mi cuello, pecho e intimidad.

Otra vez, otro escalofrío recorrió mi cuerpo. 

Volvió el silencio, parecía que sus ojos me penetraban esperando una respuesta.

—Yo...no sé qué decir —susurré.

—Lo sé, puedo ver cómo tratas de procesar todo. —se separó —Ya sabes todo lo que tenía para decir.

—¿Usted está de acuerdo con todo esto? —pregunté .

—Nunca amé a nadie, nunca quise estar con alguien —exclamó —y solo tengo el instinto de protegerte únicamente a ti. 

—¿Quién más sabe esto? —me levanté del sillón.

—Nadie más, agradecería que esto esté en secreto. —agarró su libro —y también que te duermas.

—¿Entonces usted finge que nada pasó? —alcé una ceja.

—No pasó nada, Alma. —me miró serio.

"¿Este hombre está bromeando?"

Esa confesión hizo que mi corazón vuelva a doler, ¿Entonces toda esa atención y acciones por mí, no significaban nada? 

—¿Nada? —pregunté negando —está bien, usted lo dijo. 

Caminé hasta la cama y me acosté, para luego acomodarme sin decir más. 

"No puedo creer que dijo eso, y tú haciéndote la fiel"

—Yo tampoco lo puedo creer... —pensé mientras toqué mi mordida.

Por alguna razón, no podía creer lo que él decía. Siempre él actuó de otra forma conmigo, ¿Cómo que nada pasó?

"Ponlo a prueba..."

—¿Cómo? —pensé.

"Provócalo, pero no de manera sexual...haz que él reaccione y se dé cuenta que se pierde a una gran mujer"

—Eres muy mala —pensé y rodé mis ojos.

"Mala no, justa"

—Está bien... —suspiré.