En una noche fría, el bosque en las afueras de una aldea de Inglaterra, acunaba a una carroza que transitaba apresurada por el camino adoquinado. La luna dejaba ver los detalles de esta; su forma clásica, sus ruedas de hierro pintadas de color dorado, sus cortinas con hilos de oro y los caballos de color negro que eran guiados por un cochero de ojos verdes.
El sonido de los pinos y el silbido del viento le daban vida al bosque, el cual también por la noche tenía su aspecto aterrador.
—¡Mami! ¡Por favor! —replicaba Alma, una pequeña niña de cabellos oscuros y ojos grises, su mano agarraba firmemente la de su madre, deseando jamás soltarla.
Su mamá la miró con tristeza y dolor, quizá jamás volvería a ver a su hija, estaba metiéndose en una situación muy delicada.
—Debo hacerlo, todo estará bien... Nadie te lastimará allí —exclamó y depositó un beso en su pequeña frente —eso creo... ― susurró para ella misma.
La carroza se dirigía hacia las afueras de la ciudad, donde ningún mortal se atrevía a ir allí porque albergaba un oscuro secreto que nadie quería descubrir. El techo de una gran castillo se asomaba por arriba de los pinos, Alma ya se acercaba a su nuevo hogar donde todo cambiaría y nada tendría una explicación natural.
Flashback:
—¡Tráiganla! —gritó furioso Valt; el rey de los vampiros. Estaba sentado en su gran trono de un inmenso salón esperando a la acusada.
¿De qué? La habían acusado de entrar a las tierras de los vampiros. Una humana, tal cosa insignificante para ellos había entrado allí y el secreto de la inmortalidad estaba en peligro.
Todos los vampiros nobles discutían en la sala principal horrorizados por la situación, bebiendo de sus copas llenas de ese líquido que tanto desean; sangre.
"Una humana, ¿Qué hace aquí?"
"¿Nuestra raza se acabará por un simple mortal?"
"Debería tener vergüenza"
"Cosa tan insignificante"
"Ni siquiera debería someterse a esto, tienen que eliminarla inmediatamente"
—¡Por favor! —se escuchaban gritos de una mujer del otro lado de las puertas, que cuando se abrieron dejaron ver a una mujer de unos 35 años forcejeando mientras era cargada por los guardias, su cara mostraba terror y enojo —¡Déjenme!
—La humana... —dijo Valt levantándose de su trono —¡Irrumpió en nuestro reino! ¿Se da cuenta de lo que usted acaba de hacer?
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Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)
VampireÉl, guiado por sus instintos de querer matar y morder, se da cuenta de que su víctima será más especial de lo que creía. Alma, una mujer que quedó bajo el "cuidado" de Juliann, el joven príncipe vampiro, desde que ella era tan solo una niña. Crecerá...