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Solte un suspiro acompañado de un bostezo; Tenia demasiado sueño como para que fueran casi las cuatro de la tarde; Eso me pasa por estar leyendo a altas horas de la noche. Podría seguir así muchas noches más, pues como dije, las sombras toman la energía de la oscuridad y por lo tanto no salgo muy afectada yo, pero ultimamente parece que me gusta más, dormir como es adecuado. Mire la hora de mi teléfono notando que faltaban aun diez minutos para quedar a la hora acordada, al parecer me vine demasiado antes de la hora en la que acordamos.

Mire mis tenis por unos cuantos segundos hasta que escuché la línea del tren llegar, había mucha gente llegando y yendo; Como si fuera un ciclo. Era una tarde agradable, demasiada se podría decir, o al menos desde mi punto de vista. Como siempre, no fui muy fan de usar ropa exagera para salir a alguna parte, por lo que opte por lo típico de mi, una camisa holgada, un short algo corto, mis tenis cómodos, mi cabello suelto y mi mochila; Como no sabia que podria pasar, me atreví a traer algunas cosas, como curitas, una sudadera, y otras cosas más.

Seguí esperando allí sentada sin dejar de ver mi alrededor, me sentía extraña, era la primera vez que salía un fin de semana; Las otras veces eran porque entrenaba con el brócoli andante, que por cierto, ya no supe como siguió después del Festival Deportivo. Tome mi teléfono nuevamente y entre mis contactos lo busque, le mande un mensaje que me fue contestado en segundos y así quede charlando con él, no era mal amigo, después de todo siempre estuvo cuando lo necesite y allí estaré cuando me necesite; Cabe decir que le tengo cariño y que lo admiro.

Con que aquí estas, maldita fea... —escuché encima mio. Levante mi mirada encontrando me con una rubia oxigenada bien ¿Vestida?— ¿Qué tanto me miras?.

¿Quién eres? —pregunté sorprendida y algo asustada.

¿Haaa...? ¡¿Qué diablos dices?! ¡Soy yo maldita fea! —exclamó en voz alta— Como sea, vámonos, el tren esta por llegar.

Valla actitud... pensé mientras me levantaba y lo seguía— Bien, ¿A dónde iremos? Digo, ya que el reto es de ver quien come más comida o algo que no se pueda aguantar...

Yo se a donde iremos. Así que mejor guarda silencio —comentó sin siquiera dejar me terminar.

Poco después de aquella corta conversación, la línea de tren llegó, pero antes de que pudiera subir, Kacchan me había jalado del brazo, impidiendome que subiera.

Ese tren no es, iremos en otro —comentó al mismo en que llegaba otro que iba a lado contrario— Ya llegó. ¡Vámonos! —dijo él mientras tiraba de mi brazo nuevamente.

Al entrar allí había notado que estaba más lleno que nada, parecíamos sardinas en una lata que muy apenas y dejaba tener pocas en ella. Para mi mala suerte los lugares estrechos no eran lo mio, me sentía mal, incomoda y hasta asfixiada del montón de personas que respiraban cerca de mi. Los ojos rubí de mi acompañante se centraron en los mios, provocando que yo desviara la mirada de forma rápida; Había olvidado que tener lo cerca de mi, era totalmente incómodo; ¡¿Por qué mierda hice eso?!, de no ser porque el se movió se lo hubiera dado en la mejilla y no en la boca. Pero... No puedo negar que sus labios eran suaves y algo cálidos.

Oye maldita fea... —rápidamente salí de mis pensamientos para reaccionar a tiempo y ver lo. Su expresión era de enojo y sobre todo se notaba que quería matarme con la mirada— Me estás encajando las uñas —mi vista se fue a mi mano, la cual aun estaba sosteniendo la de el y en efecto, le estaba encajando las uñas.

Oh, lo siento... —me disculpe para soltar su mano y callar.

Los minutos pasaron y cuando menos lo esperé llegamos a nuestro destinó; Podría decir que me sentía más aliviada. Tener a Kacchan frente mía y en un lugar estrecho no era la mejor opción, además de que sentía su respiración casi cerca de mi oído.

Divididos (Bakugou Katsuki Y Tu) (Pausada(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora