Hellene se siente avergonzada cuando llega a Art Deco con la obligación de decirle al señor Bellerose que no ha podido traer consigo a Ashton. Todavía no puede creer que se haya negado de esa manera, Hellene nunca le ha pedido ninguna especie de favor así de importante para ella, y el hecho de que la rechazara de la manera en la que lo ha hecho sinceramente la lastima.
Siente que va a decepcionar al pintor, no quiere ni siquiera subir al estudio, pero los minutos están pasando y se le está empezando a hacer tarde, así que, se obliga a sí misma a subir al elevador y presionar el tercer botón para dirigirse al estudio del artista. En el viaje completo se come la cabeza en busca de una excusa lo suficientemente buena para darle, pero al final termina opinando que lo mejor es decirle que Ashton no está verdaderamente interesado en el arte como ellos, y que no pasa nada porque cada quien tiene sus preferencias.
Piensa por un segundo que su novio no ha tenido que ser tan rudo como lo fue el día anterior, sin embargo, eso no importa demasiado cuando las puertas del ascensor se abren y ella es capaz de salir. Recorre el pasillo hasta la puerta indicada y toca la madera con los nudillos avisando su presencia. Escucha algo parecido a un 'pase' desde el otro lado y no tarda en abrir.
Sostiene su paraguas con más fuerza de la necesaria, y cruza dentro del estudio. Una corriente de aire se desliza por sus fosas nasales cuando respira con profundidad, y una sensación casi ansiosa se instala en sus entrañas tan pronto localiza al señor Bellerose. Está detrás de un lienzo relativamente grande, con un pincel largo de brocha demasiado fina, perfecta para detalles, y luce tan increíble con la camisa remangada para evitar que se le ensucie, y los rizos dorados cayendo sobre su rostro mientras su frente se frunce en concentración pura.
Se ve realmente guapo, y Hellene se llega a olvidar completamente de todo el asunto de Ashton cuando aquel par de orbes celestiales se alzan y la enfocan a ella. Una sonrisa enorme crece en los labios del pintor, y eso es suficiente para que ella sienta las rodillas débiles y tenga que aferrarse a su sombrilla cuando cree que se va a caer.
Luke se relame los labios lentamente antes de dejar el pincel en su lugar.
—Buenos días, Godiva— Saluda con amabilidad, todavía sonriente. —Me imagino que tu pareja ha ido al baño antes de entrar, ¿verdad?
Hellene no sabe si es idea suya o algo por el estilo, pero casi puede jurar que hay un tono realmente burlón en sus palabras, sarcástico incluso.
Se muerde el interior de las mejillas y menea la cabeza en una negación.
—Eh, no. No. Él, bueno, él tenía algo importante que hacer en su trabajo hoy. Así que no pudo lograr venir— Se excusa, es una suerte que no tartamudee en esos instantes. —Lo siento mucho, señor.
—Comprendo— Luke asiente suavemente. —Por favor, ¿podrías ponerte la ropa que está en ese taburete de allí y luego sentarte sobre él? — Pide.
Hellene frunce las cejas al no comprender qué tiene que ver aquel pedido con la ausencia de Ashton, pero se imagina que tal vez al señor Bellerose no le interesa realmente que no haya venido y que tienen trabajo que hacer. Así que, con eso en mente, deja sus pertenencias en el mueble largo de cuero y camina hacia el taburete un poco alejado de donde se encuentra el lienzo, y toma la prenda entre sus manos. Lo extiende para echarle un vistazo completo y resulta ser un leotardo de color beige, con tirante delgados y tela tan suave que parece incluso como si fuera terciopelo.
Hay una bufanda alrededor de la percha de la que cuelga la prenda, y es del mismo color beige, solo que este es ligeramente transparente y no le cubriría los hombros tanto como en cualquier otra ocasión le gustaría. Cree que es bonito, y aunque hay algo en ella que le hace sentir incómoda con respecto a ponerse aquella ropa decide ignorarlo completamente y hacer su trabajo.
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Art Deco [#1] | ✓
Fanfiction"Abre las piernas y déjame ver tu belleza" Bienvenida a Art Deco. ¿Te gustaría un café, un té, un beso? No importa, ponte cómoda, deja que te pinte, tengo diferentes brochas para pasar por el lienzo que es tu piel; tengo gruesas, finas, mis labios. ...