Pintar aquel muro les toma más tiempo del que probablemente han considerado, pero lo terminan en días, tal vez semanas, y Hellene ahora tiene La noche estrellada en la pared de la que resulta ser su nuevo espacio privado para hacer todo lo que desee. Todavía no tiene idea de que podría ser aquello, y lo cierto es que no le agrada demasiado la idea de estar en un lugar en donde se encuentre separa del señor Bellerose, y aunque le ha avergonzado infinitamente hacerle el comentario al respecto, el artista ha sido increíblemente grandioso y la ha llenado de besos mientras le ha asegurado que permanecería a su lado en todo momento.
Ha sido un verdadero alivio para ella si se lo preguntan, y es capaz de admitir de paso que han sido buenos días, unos en donde Liam y Lis han ido a cenar con ellos en varias ocasiones, y se han convertido en estas amistades que Hellene sinceramente llega a apreciar con todo su corazón y ya no es capaz de imaginarse una vida sin ellos a su alrededor.
Echa de menos a su madre con frecuencia latente, pero hace todo lo posible por no entristecerse demasiado con su recuerdo, porque con ayuda de Luke ha llegado a considerar que aquel sentimiento no le hace justicia a su memoria, y lo cierto es que prefiere quedarse con todas los momentos felices y amables para honrarla como sabe que debe.
Y son buenos tiempos, los días han sido agradables y la vida en la que resulta ser su nuevo hogar es sencillamente fantástica, y Hellene disfruta tanto la compañía de su amante por qué es todo lo que jamás pensó que podría llegar a recibir, y es capaz de decir que se encuentra sinceramente feliz.
Es un día de alguna semana cuando ellos se hallan en la oficina de Hellene, sentados en un mueble delante del mural que han recreado en aquella gran pared. Una sonrisa baila en sus labios mientras se besan, con lentitud pulcra, con calma eterna, con este amor que sólo ellos conocen. Sus manos vagan entre sus cuerpos sin ninguna otra intención que no sea adorarse mutuamente, mientras el movimiento de sus labios resuena en sus oídos, cada vez más profundo, ligeramente desastroso, cargado de aquella calidez que comienza a emanar de sus pieles a medida en que se recorren.
Hellene no sabe en qué momento exacto es que el señor Bellerose encuentra un espacio en el interior de sus piernas, pero lo recibe con agrado mientras la apoya en uno de los reposabrazos del sofá sin abandonar su boca, siempre besándola, manteniéndola tan cerca en todo momento que puede incluso escuchar hasta los latidos de su corazón.
Le acuna la mejilla con la palma de la mano y se aleja de ella tan sólo un poco, lo suficiente como para respirar de su aliento, para que sus narices todavía se rocen en un tierno acto de amor.
Luke se alejó de ella, pero no lo suficiente para que estuviesen separados, aún podía rozar sus labios y sus narices se tocaban en un acto tierno de amor.
—Voy a amarte como si te fuera a perder todos los días— Susurra él contra sus comisuras, dejando nuevos y castos besos a su paso, con cada palabra, con cada sílaba que pronuncia envuelto en esa esencia que ella desprende y que lo enamora de una manera singular. —Te sostendré entre mis brazos como si me fueras a decir adiós en cualquier instante, y entregaré mi alma en tus manos porque será el único lugar en donde estaré a salvo.
Un pequeño nudo de conmoción se forma en la garganta de Hellene, quien no tarda en refugiarse en el pecho de su amante, pensando en que también le entregará su alma en la misma medida, tal vez un poco más, y quiere hacérselo saber de la misma manera en la que él lo hace, pero sabe tantísimo que jamás podrá recrear aquel impresionante léxico y la habilidad que tiene en el verbo.
Así que simplemente se conforma con abrazarse a él, y esperar que pueda comprender todo lo que desea decir y no encuentra la forma de hacerlo. Y no llora en esos momentos, pero aun así las lágrimas hacen acto de presencia en sus cuencas oculares al mismo tiempo en el que se permiten amarse mutuamente, como el millar de veces en las que lo han hecho ya.
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Art Deco [#1] | ✓
Fanfiction"Abre las piernas y déjame ver tu belleza" Bienvenida a Art Deco. ¿Te gustaría un café, un té, un beso? No importa, ponte cómoda, deja que te pinte, tengo diferentes brochas para pasar por el lienzo que es tu piel; tengo gruesas, finas, mis labios. ...