La mañana se les va en un desayuno que se caracteriza por besos, caricias, deliciosas tazas de café con panes dulces y un montón de mimos por parte del señor Bellerose hacia Hellene, y en algún instante, cuando terminan de comer, ambos suben al cuarto piso para ir al estudio que allí se encuentra. Luke se asegura de que es una altura en la que Hellene puede estar, y aun cuando la muchacha le hace saber que todo se encuentra en orden, él continúa estando pendiente de ella todo el tiempo.
Se encuentran sentados en el mueble del estudio, Hellene sostiene un libro lleno de imágenes que ha hallado en el estante en donde hay demás materiales de arte y hace todo lo posible por no moverse demasiado mientras es consciente de que está apoyada del señor Bellerose y que él se encuentra dibujando en una libreta de hojas gastadas y objetas por la cantidad de materiales que ha usado en el.
Utiliza una imagen de referencia de dos adolescentes cansados, visiblemente agotados, casi hasta un poco tristes. Hellene sabe que podría indagar en el significado de aquella foto, que podría intentar analizar porque lucen de esa manera, sin embargo, no le apetece ponerse a eso, porque se encuentra demasiado cómoda y a gusto entre los brazo del pintor, quien realiza hábiles movimientos de muñecas mientras deja trazos, difuminación, sombras y todo lo demás para poder hacer su dibujo lo más realista posible.
Idéntico a la foto.
No obstante, y lo que Hellene lo sabe, es que él no está realmente concentrado en el dibujo, sino que su mente regresa a ella una y otra vez.
Hellene reina en sus pensamientos sin siquiera esforzarse en ello.
—Levántate un momento, Godiva— Le pide de repente, cuando se le ocurre algo. Deja los materiales a un lado en el mueble y le pone las manos en las caderas para ayudarla a ponerse de pie. —Necesito que te sientes con el pecho pegado al espaldar de la silla, y te quites la blusa junto a tu sostén, ¿de acuerdo?
Hellene arruga el entrecejo confundida.
—Huh, esta bien. Pero— Se relame los labios. —¿No vas a terminar el dibujo?
—Luego. Ahora quiero pintar en tu espalda y luego traeré a Lis para que lo fotografíe, ¿si?
Hellene asiente todavía sintiéndose algo dudosa al respecto, y no tarda en desnudarse de la cintura hacia arriba para tomar asiento en la silla que se encuentra en ese espacio.
Un suave suspiro se escurre de sus labios, y los ojos se le cierran cuando siente las palmas del artista sobre su piel por un segundo. Resiente la ausencia cuando el se aleja, y sus oídos se llenan del ruido que provoca el pintor mientras abre y cierra cajones y mueve cosas que Hellene no consigue apreciar porque está demasiado ocupada apoyando los antebrazos de la superficie de la silla y recostando el mentón de los dorsos de sus manos.
Se siente somnolienta cuando percibe un dulce beso sobre su hombro, un poco más abajo y tararea en voz baja cuando el calor de su aliento le choca la piel.
—Siempre quise hacer esto— Murmura él, empezando a pasar el pincel por la carne morena y sensible. —Las otras modelos nunca me lo permitieron, decían que podía arruinar su piel o algo por el estilo, pero no me valía explicarles que la pintura acrílica no hace daño en la piel y que es lavable.
Hellene tuerce ligeramente los labios, y traga saliva cuando la mente se le llena de un pensamiento en específico.
—¿A cuántas mujeres has amado?— Pregunta de repente, casi sin consciencia, sintiendo vergüenza infinita cuando se da cuenta de lo que ha dicho.
No tiene ni la menor idea de cómo se le pudo haber salido algo como eso así por así, como siquiera tuvo las agallas para hacer aquella cuestión.
Quiere arrepentirse, echarse para atrás. No obstante, lo dicho está dicho y ahora solo siente como la brocha del pincel se restriega contra la piel de su espalda, recorriendo la curva hacia abajo hasta llegar a cierto punto que la confunde con respecto a que podría estar pintando Luke. Lo escucha suspirar profundamente. Y Hellene se arrepiente de haber abierto la boca en primer lugar.
—No me preguntes a cuántas he amado, porque a todas les entregué el corazón. Sin embargo, no lo apreciaron como se debía— Responde, casi en voz baja, solo para los oídos de Hellene.
—Y... ¿no tienes miedo de que eso vuelva a pasar?— Cuestiona, esta vez ligeramente curiosa por sus palabras. —Me refiero a que, ¿no te sentiste decepcionado a tal punto que ya no querías estar con alguien?
No saben por qué están teniendo este tema de conversación. Lo cierto es que quizás Hellene no está demasiado preparada para escuchar sobre los amores pasados del señor Bellerose, pero las ganas de saber son un poco más fuertes que ella y quiere conocer aquella parte de su vida aun cuando le haga saber que el pintor tuvo a mujeres mucho mejores que ella misma.
—No— Sonríe a su espalda, pasando suavemente la brocha la zona tierna de Hellene, deleitándose con cómo se mezclan los colores creando algo maravilloso a sus propios ojos. Se siente encantado con esto. —Nunca me he sentido decepcionado de nada en realidad, y en cuanto a aquellos amores fallidos debo confesar que los he tomado como inspiración. Decidí tomar mi tristeza y hacer algo útil de ella, no quedarme estancado, porque ese es el problema de la gente, Godiva. Se estancan y ya no saben cómo salir.
—A veces creo que estoy estancada— Confiesa casi en un susurro.
No es intencional tener esta sensación de necesidad en el pecho que la obliga a decir estas cosas, porque lleva tanto tiempo callada con respecto a sus sentimientos que se percibe hasta incómoda.
—No creo que estés estancada, solo... perdida— Razona. —Estás perdida y quiero encontrarte.
Una sonrisa casi melancólica se desliza por sus labios y piensa que si, que de vez en cuando se siente terriblemente perdida y que hasta ahora ni siquiera ha pensado en la posibilidad de ser hallada.
El señor Bellerose se da cuenta de que su amante está empezando a pensar demasiado, así que se apresura a terminar la pintura en su espalda y cuando está listo se inclina hacia adelante, sobre ella, y le reparte todos estos besos en el cuello que provocan que Hellene se estremezca y respire mientras se endereza en el asiento.
Se cubre el pecho desnudo con los brazos y Luke le sostiene el rostro con una mano para atrapar sus labios.
—¿Qué te parece si hacemos un poco de desorden antes de llamar a Lis?
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Art Deco [#1] | ✓
Fanfiction"Abre las piernas y déjame ver tu belleza" Bienvenida a Art Deco. ¿Te gustaría un café, un té, un beso? No importa, ponte cómoda, deja que te pinte, tengo diferentes brochas para pasar por el lienzo que es tu piel; tengo gruesas, finas, mis labios. ...