🦇Capítulo 1: Comienzo🦇

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Puede que sea hoy el día en que por fin el cosmos ha dejado de odiarme. ¡He conseguido un juego de Diabolik Lovers! Me era imposible dejar de saltar de manera eufórica. ¡Madre mía!

Alegre por mi triunfo, llegué a casa y lo primero que hice fue dejar todas las cosas en una mesa y meter el juego en la consola. Me da igual el desorden, ahora necesito probar esta hermosura. 

Tras unas dos horas jugando, empecé a escuchar un atisbo de tormenta. Me gustaba la lluvia, sobre todo cuando estaba aquí, en mi casa, calentita. Sin darle mucha importancia, seguí con mi cometido de tragarme la mitad de la ruta de Ayato en una noche. Lo elegí a él porque cuando vi por primera vez la serie, fue quien me gustó inicialmente. Se lo debo a mi "yo" del pasado.

Sin embargo, algo empezó a fallar y la consola se apagaba y encendía a su completo antojo. ¿Qué le pasa? ¿Tenía que ser justo ahora? Mosqueada, intenté reiniciar el aparato. Para mi sorpresa, algo parecido a un trueno salió de él. Grité despavorida y cerré los ojos.

(...)

Levanté mis pesados párpados y contemplé el alrededor. ¿Pero qué demonios? Estaba literalmente en mitad de un bosque. ¿Qué hago yo aquí? Se suponía que me encontraba tranquilamente en mi casa, jugando un juego de Diabolik Lovers.

Aturdida y un poco cansada, empecé a caminar entre los árboles. Cosa que, si comenzaba a darle vueltas con el coco, no era tan mala idea. Después de todo tiene que haber algún signo de civilización cerca, ¿no?

Anduve y anduve hasta que divisé una gran casa a lo lejos. La contemplé con cierta desconfianza. Me sonaba bastante para ser la primera vez que la veía. Seguí acercándome, con progresiva cautela, para no llamar mucho la atención. Quién sabe la gente que puede estar también merodeando por aquí. Sin embargo, cuando capté una imagen completa de aquella residencia, me di cuenta de que no era una mansión cualquiera. ¡Era la jodida casa de los Sakamaki! ¿Qué está pasando? Temerosa, me adentré en un camino marcado por las ruedas de coches. Supongo que es el sendero que recorre su limusina para ir al centro o al instituto.

De repente, un pitido inundó mis oídos. ¿Y ahora qué? Me di la vuelta y unas luces me cegaron sin previo aviso. Otro sonido se hizo presente, como si un vehículo se detuviera estrepitosamente. Aclaré la vista, frotando perezosamente las cuencas de mis ojos y admiré la elegante limusina que estaba parada delante mía, a unos metros. Confundida e inmóvil, esperé a que ocurriera algo más.

-¿Por qué cojones se ha detenido la limusina?- Cuestionó irritado un muchacho de pelo rojo, bajándose del automóvil.

Lo miré, atónita. Era Ayato Sakamaki. Era él... Sin pronunciar una palabra, me limité a seguir quieta, como una estatua.

-¿Eh?- Dijo, mirándome de arriba a abajo como si repasara una bolsa de patatas.- ¿Y quién eres tú? Ore-sama demanda una explicación.

-¿Cuál es el significado de tanta conmoción?- Habló otro muchacho, posicionándose al lado de su hermano.- ¿Huh? ¿Una humana?- Se acomodó las gafas.- Perdone, señorita, ¿podría decirme la razón de su... Inesperada presencia?

Automáticamente, el resto de la familia comenzó a salir también. Estaban todos, Kanato, Laito, Subaru y Shu. 

-Bueno... Yo...- Murmuré, anonadada.

-¿Pero qué tenemos aquí? Si es una muchacha en medio de nuestro territorio... ¿No me digas que eres una admiradora de la escuela?- Me preguntó Laito, con cierto sonrojo.- Qué mona. ¿Estás enamorada de mí? ¿De Shu? ¿De todos? Serás mala...- Continuó, curvando sus labios en una fantasiosa sonrisa.

-¡Por supuesto que no! No sé cómo he llegado hasta aquí, ¡lo juro! ¡Ni siquiera tengo bolso, ni móvil, ni dinero!- Reproché, con gran pánico en la voz.

-¿Acaso eres tonta? Menudo despiste tiene esta chica...- Se quejó Kanato, estrechando a Teddy.

-En fin... Supongo que habrás tenido algún accidente y por eso has acabado aquí. O, al menos, eso me gustaría creer.- Añadió Reiji.

No argumenté nada. 

-Menuda molestia.- Quejó Subaru, chasqueando los dientes.

-¿Cuál es tu nombre?- Volvió a interrogar el segundo de la familia.

-Me llamo Hécate.- Respondí, alzando la mirada, vacilante.

-¿Hécate? Hmph, menudo nombre más absurdo.- Comentó Ayato, cruzando los brazos.

-No es por defender a una desconocida... Pero Hécate es el nombre de la diosa griega relacionada con la magia y las brujas. Creo que le viene como anillo al dedo, puesto que ha salido de la nada.- Debatió Shu, apoyado en la parte delantera de la limusina.- De todas formas, se llame como se llame, me da igual. Todo esto es un fastidio. 

-¿Vives cerca?- Me demandó el chico del sombrero.- Si es así puedo acompañarte sin problemas, Bitch-chan.- Ofreció, dando unos pasos sospechosos hacia mí.

Mierda. ¿Y ahora qué digo? No tengo ninguna vivienda aquí...

-La verdad... No sé dónde vivo.- Confesé. Al fin y al cabo son vampiros, seres creados a partir del mal. Sabrán en segundos cuándo alguien miente en sus narices.

Aquellas palabras tomaron desprevenidos a los chicos, quienes no supieron ni qué decir ante semejante declaración.

-¿Estará loca?- Murmuró Subaru.- Aunque tampoco tiene pinta de estarlo. Su ropa parece normal.- Acusó.

-¿Y cómo sabes que una persona es demente por la ropa? Es como querer sacar una bola roja de un tarro con miles de bolas más pintadas de distintos colores. Simple cuestión de azar.

-Heh, interesante.- Reconoció el menor de los trillizos.- Eres extraña. No sabes de dónde vienes, ni dónde estás, ni a dónde vas. Menuda pieza estás hecha, Chichinashi.

Ignoré la manera en la que criticó mis pechos y les miré uno a uno. 

-Entrarás al vehículo con nosotros.- Ordenó Reiji.

-¡Oh! ¡En ese caso me pido estar al lado de Bitch-chan!- Exclamó Laito.

-Tú a callar, pervertido.- Masculló entre dientes el albino.

El vampiro de las gafas me hizo una señal con el dedo para que me adentrara en su limusina y así lo hice, a pesar de que no era lo mejor para mí. ¿Qué otra opción tenía a mi disposición? Maldigo el día en que me compre el bendito juego de Diabolik Lovers. Seguro que ese trasto tiene algo que ver.

Ya en el interior, me senté en el lugar de Yui, al lado de la ventana. Como esperé, Ayato se posicionó junto a mí. Aquí vamos...

🦇《Atrapada en un mundo irreal》🦇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora