Me desperté, con un dolor agudo en todo el cuerpo. Ugh... Qué asco. Odiaba cuando, nada más levantarme, notaba como si no hubiese dormido nada. Quise incorporarme, pero no podía. Giré la cabeza y vi que estaba atrapada entre los brazos de Ayato. ¿Qué hace dormido junto a mí? No era algo esperado, sin duda, no obstante, tampoco me desagradaba la idea de que compartiera lecho conmigo. Es un estúpido, orgulloso, egocéntrico e insufrible vampiro, mas no me permitía odiarle. Posiblemente es de los hermanos con los que más afinidad tenía. Desde que llegué aquí ha estado pendiente de mí sin mostrarlo abiertamente.
Toqué suavemente una de sus manos, fría, como un témpano de hielo. Era suave y reconfortante.
-¿Qué se supone que haces, Chichinashi?- Interrumpió su voz, ronca tras un largo letargo.
Impactada, dejé ir su mano y me aparté de él bruscamente. Joder, creía que seguía dormido. ¿Cuánto tiempo lleva despierto?
-¿Desde cuándo estás consciente?- Cuestioné.
-Estás roja como un tomate.
-¡No has respondido a mi pregunta!
-Ni tú a la mía.
Resoplé y cogí ropa de calle. Me metí en el baño, no sin antes dedicarle una burla con la lengua, a lo que respondió con una risa somnolienta. Cambié de vestimenta, me lavé la cara, me peiné... En fin, lo rutinario del día a día. Odio mi cara, es toda aceite. Cuando me levanto por la mañana es horrible. Desventajas de piel grasa...
Salí y miré a un lado y a otro. ¿Dónde estaba Ayato? No había ni rastro de él. Suspiré y me dirigí al comedor. Las tripas me rugían como miles de leones hambrientos.
-Buenos días, Bitch-chan. ¿Vas a comer algo?- Me saludó afectuoso Laito.
-Eh, hola. Pues sí, a eso venía.
-Genial, yo también.- Respondió, con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Tomé asiento y el siguió mi ejemplo. Estábamos en sitios contiguos. Cogí una tostada, pero una mano apartó el pelo de mi cuello.
-Veamos el sabor del desayuno hoy.- Confesó, acercándose a mí.
-¡Oye!- Repliqué, apartándolo con el brazo.
-¿Qué? He dicho que quiería comer, ¿no?
Me disponía a discutir con él, cuando otro chico entró en la sala.
-Hécate, ¿puedes venir conmigo a mi laboratorio?- Demandó Reiji.
-Oh, claro.- Contesté, extrañada.
Nunca me había llamado para eso. Confusa, dejé a Laito en el comedor, haciendo numerosos pucheros burlones. Seguí al vampiro de las gafas y entré al destino que mencionó anteriormente.
Al pasar, cerró la puerta con llave.
-¿Para qué me necesitabas?- Pregunté, vacilante.
-Quería hablar contigo un momento.- Pausó.- Sobre esto.- Continuó, alzando un papel.
-¿Qué es eso?
-Una carta. Para ti.
-¿Y de quién es?
-De un tal Kou Mukami. Si no me equivoco, es el chico del que nos informó ayer Subaru.
Asentí, en silencio.
-Léela, por favor.
Me entregó el mensaje y comencé a examinar lo que ponía.
"Hécate, sigo pensando que ellos no te merecen. Algún día serás nuestra y te enseñaré un nuevo mundo. Solo espera y verás."
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🦇《Atrapada en un mundo irreal》🦇
Vampire¿Qué diantres está pasando? ¡Hace un momento jugaba tranquilamente el videojuego "Dark Fate" y ahora me encuentro literalmente dentro del universo de Diabolik Lovers! Supongo que resulta una ventaja saber todo sobre los personajes pero... ¿Cómo voy...