🦇Capítulo 29: Makai🦇

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Ya entre los árboles, miré a mi alrededor, confusa.

-¿Qué has hecho? Pacté un trato con él.- Gruñí, desconcertada.

-Escucha bien, Hécate. Eres mía, y solo mía. Me da igual ese desgraciado. No pienso perder ni un segundo más sin ti. ¿Entendido?

Ante aquel comentario, no pude evitar sonrojarme. Sin embargo, varias personas nos interrumpieron.

-Tan improvisado como siempre, Ayato-kun.- Dijo Laito, gruiñando el ojo.

-Hmph... Al menos hemos conseguido irnos de ese infierno.- Debatió Ruki.

-Bueno, bueno, debes estar cansado, ¿no? Déjame llevar ahora a M-Neko-chan.- Propuso el idol, molesto.

El pelirrojo se alejó de él conmigo en brazos y soltó una mueca de asco.

-Tú fuera de mi vista.- Quejó.

-¡Eh, eh! ¡He dicho que me toca a mí!

-¡Que te calles, desgraciado!

-Vosotros dos, no es el mejor momento para discutir, alguien se acerca. Y rápido.- Interrumpió el mayor de los Mukami

-Vayamos al Makai.- Sugerí.

-De acuerdo, venga.- Concluyó el mayor de los trillizos.

Justo antes de teletransportarnos otra vez, pude ver en una milésima de segundo a Shin intentando alcanzarme con su brazo derecho, desesperado.

(...)

Cuando pisé el suelo de la mansión Sakamaki, suspiré. Usar tanta magia en tan poco tiempo me estaba pasando factura. Sin ser consciente, me tambaleé y acto seguido un brazo me sostuvo.

-¿¡Oye, estás bien!?- Exclamó Ayato, acercando su rostro al mío.

-Sí... Es solo que creo haber utilizado demasiados hechizos hoy.

-En ese caso apresurémonos en ir junto a los demás. Nos están esperando y allí podrás descansar sin problemas.- Demandó Ruki.

Asentí. Pero justo cuando nos disponíamos a bajar las escaleras hacia la parte subterránea de la residencia, apareció un enorme lobo de pelaje salmón.

-No escaparéis tan fácilmente de mí.- Amenazó el fundador, fuera de sí.

-¡Joder, menudo plasta!- Insultó el pelirrojo.

Me tomó de la cintura y corrimos hasta la puerta del Makai, siendo perseguidos violentamente por Shin en su forma de lobo.

Nada más delante de la salida, Ruki la abrió y nos metimos dentro. Escuchamos una voz a nuestras espaldas gritar "¡Shin, no pases por ahí!" Pero, al parecer, el destinatario de aquella orden no hizo caso y se adentró con nosotros en el mundo de los demonios, sin importarle las consecuencias. Giramos las cabezas para divisar al menor de los fundadores en su forma humana, con el ceño fruncido y la respiración agitada.

-No pienso permitir que os la llevéis.- Advirtió, furioso.

-Demasiado tarde para eso, me temo.- Burló Ruki.

Entonces, algo blanco rodeó al joven del parche. Palideció y miró a través de nosotros, como si algo estuviera detrás nuestra.

-Veo que habéis tardado bastante en llegar.- Anunció una voz solemne.

Automáticamente, volvimos a darnos la vuelta. Oh... Joder... Es... ¿¡Karl Heinz!?

-Tú... ¡Maldito desgraciado!- Vociferó Shin.- ¡Te mataré con mis propias manos!

🦇《Atrapada en un mundo irreal》🦇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora