cap 5

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La luz entraba en mi cuarto, por lo que me incorporé y froté ligeramente mis ojos, cuando me percaté de que seguí en aquel lugar, en aquel mundo, por lo que supe que aquello no era un sueño, sino una realidad, una nueva y desde luego, solo deseaba huir de ella. Así que debía de encontrar la forma de volver a casa, de regresar a mi mundo y a mí época, pero hasta entonces, debía de asegurarme que creyeran que yo estaba favorecida por lo dioses.

- Princesa. – en ese momento una chica entró dentro del cuarto, por lo que rápidamente mis ojos fueron hacía ella. Era una pequeña chica, posiblemente cercana a mi edad, morena, piel clara y ojos marrones, caminó hacia a mí y después agarró unas cuantas cosas.

- ¿Quién eres? – pregunté.

- Me dijeron que no recordaba, pero pensé que lo estaría fingiendo. Me llamo Liss, soy su ayudante, la llevaré para bañarse. – en ese momento la seguí, pero no pude evitar hacerme aquella pregunta, así que me acerqué a ella y me dispuse a preguntarla.

- ¿Por qué pensabas que lo fingiría? – pregunté.

- Bueno, no sé si debería decirte esto, pero usted iba a ser la esposa del tercer príncipe.

- ¿Quién es el Segundo príncipe? – pregunté.

- Min Yoongi. – expresó mientras que miraba hacia todas partes.

- Eso ya lo sabía, pero ¿Por qué fingiría que no recuerdo?

- Usted no quería casarse con él, él está marcado. – en ese momento me pregunté si alguna vez había hecho algo para ofenderlo, si le había dicho algo y por eso decía aquellas cosas, pues pensaba que iba hacerle algo malo.

- ¿Y por eso acepté casarme con Tae? – pregunté.

- Aún no se decidió, pero Tae era el más indicado, pues de todos ellos era el que más te favorecía.

- Espera todos ellos, ¿Cuántos son? – pregunté.

- Siete. – en ese momento me detuve en seco, pues solo podía pensar en que eran siete maravillas, por lo que por un segundo mi mente voló hacia todas las direcciones.

- Quiero conocerlos. – pronuncié.

- Haré que preparen una reunión. – sonreí ante aquello, por lo que la seguí en silencio hasta el baño, me introduje en aquel lugar, cuando me percaté de que me había dejado a solas, me introduje dentro de aquel lugar, aquello no podía llamarse bañera, pues eran inmensa y a la vez estaba un poco caliente por lo que no dudé en quitarme aquella ropa y relajarme dentro de aquel lugar.

Después de un tiempo, me sequé y comencé a vestirme, quería seguir explorando aquel lugar, por lo que seguí caminando, hasta que me perdí en lo que parecía un cuarto, entré y me quedé analizando aquel cuarto, aunque no parecía que había nadie cerca, por lo que me senté en aquella cama, cuando vi una horquilla, era hermosa, la toqué entré mis manos y después pensé en cómo se podrían en el cabello, pues era grande y antigua. 

- ¿Qué haces aquí? – la persona que atravesó aquella puerta fue Yoongi, por lo que sin pensarlo me sentí aliviada, pero entonces recordé aquella discusión que habíamos tenido la noche anterior.

- Me perdí y bueno, acabé aquí, pero ya me iba.

- No entres en los cuartos de nadie, pueden pensar ideas equivocadas. – expresó tras acercarse, me incorporé y me acerqué a él.

- Tienes razón, me disculpo por ello. – expresé tras pasar por su lado.

- Siento lo de anoche. – agarró mi brazo y me detuvo. – No quería insinuar aquello, pero aún sigo pensando que quiero que seamos aliados.

- ¿Para qué quieres que seamos aliados? – pregunté.

- Tal vez solo quiera tener cerca a alguien que no me repudié por esta cicatriz.

- Hay algo que debo preguntarte. – pronuncié. Me giré hacia él y alcé mis ojos hacia él, sin embargo, por alguna razón él se alejó de mí, se acercó a la cama y agarró aquella horquilla que antes tenía en mis manos.

- Daté media vuelta, ¿Qué es lo que quieres preguntar? – le obedecí y me giré, cuando comencé a sentir como tocaba mi cabello con sus manos.

- En el pasado... ¿Alguna vez herí tus sentimientos? – pronuncié.

- ¿Herirlos? – en ese momento estalló en risas. – ¿Cómo podrías hacer aquello?

- Una sola palabra podría hacerlo. – al sentir que sus manos me habían liberado, me giré hacia él y lo miré.

- ¿Una como qué? – preguntó

- Una como que eres un monstruo. – en ese momento con solo mirar su semblante supe que había desbloqueado un trauma, un recuerdo doloroso.

- Vete. – pronunció furioso.

- No me iré, pues no lo pienso, pero no sé si en el pasado...

- Lo dijiste. – expresó tras sentarse en aquella cama y llevarse su mano hasta la careta.

- ¿Por qué al menos no te la quitas aquí dentro? – pregunté tras agacharme y mirar su rostro.

- Sé que es desagradable. – pronunció.

En ese momento no pregunté, alcé mis manos hacia detrás de su cabeza y después agarré el comienzo de ambos lazos, tiré de ellos, provocando que aquella careta cayera y su rostro volviera a quedar completamente al descubierto.

- Desagradable, ¿Dónde? – pregunté mientras que lo observaba.

Por alguna razón deseaba seguir con lo de ayer, con aquel acto que Tae me había interrumpido, por lo que no tardé en alcanzar su rostro, levanté su rostro hacia a mí y después mis dedos trazaron su camino hasta que comenzaron a seguir el trazo de aquella cicatriz, por lo que Yoongi cerró sus ojos, dejando que mis manos se movieran con libertad.

- Realmente eres rara. – en ese momento agarró mi mano y abrió sus ojos.

- Supongo que sí. Siento haber dicho aquellas cosas en el pasado. – me incorporé por lo que me dejó libre.

El nuevo reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora