Cap 14

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- ¿Estás bien? – pregunté.

- Sí, ¿Qué ha pasado? – se incorporó ligeramente y después me miró.

- Perdiste el control de ti mismo y Suga volvió a aparecer. – expresé.

- ¿Te hice daño? – preguntó tras alzar su mano hacía a mí.

- No. – mentí, pues no quería decirle aquella verdad, que por alguna razón cuando se convertía en Suga, una de sus metas era matarme.

- Me alegra que así sea, no podría perdonarme si te pierdo. – quería besarlo, pero no era ni el lugar, ni el momento adecuado.

- ¿Podemos ir a la biblioteca ahora? – pregunté.

- De hecho, conseguí los pocos libros que hablan sobre los dragones. De hecho, estaba buscándote cuando te vi en el puente, me fui acercar cuando perdí el control de mí mismo.

- Lo importante es que ahora estás bien. Vayamos a ver esos escritos. – le seguí hasta sus aposentos y después miré aquel par de libros que había, sin duda, no era mucha información y apostaba a que posiblemente aquellas historias solo serían conjeturas.

- Al parecer los dragones se extinguieron hace mucho tiempo y esa es la razón por la que nadie sabe demasiado sobre su historia, pero pude encontrar unos escritos al respecto.

- Comencemos entonces. – expresé. Abrió uno de los libros y después comenzó a leerlo.

- El rey de por aquel entonces, luchó valiente contra la tribu de los dragones, pues aquellas personas, no eran unas comunes, en su interior residía un dragón o más bien, tenían sangre de dragón en su interior provocando que tuvieran poderes excepcionales y aquello, solo lo hacía peligroso, pues, aunque el rey trato de hacer un trato con ellos, esos dragones lo traicionaron e intentaron asesinarlo. Por esa razón, el rey determinó que lo más seguro era comenzar una guerra, una que puso fin a la existencia de la tribu de los dragones y aquello no llevo a más que su extinción.

- ¿Una guerra? – pregunté atónita.

- Al parecer es esa la razón por la que siempre he escuchado que los dragones no son buenos y que, aunque son leyendas, si alguna vez nos encontramos a alguno, debemos de asesinarlos. – expresó.

- Eso explicaría porque tiene esa sed de sangre o más bien, esas ganas irrefrenables de matarme.

- ¿En qué te quedaste pensando?

- En que si están extintos desde hace cientos de años. ¿Cómo es posible que yo sea un dragón? – pregunté.

- No lo sé, tal vez, hay más dragones por ahí, pero si están siendo capturados como dice este escrito, lo más normal que nadie reconozca ser uno de ellos.

- Pero supuestamente, en la guerra murieron todos. Eso significa que no debería existir ninguno más. – y entonces, no pude evitar preguntarme, si la razón por la que podía ser un dragón, era porque venía de otra época o tal vez, de otro mundo, de otra dimensión.

- Y si es algo proveniente de tu familia. Aunque no podremos averiguar nada, pues todos ellos están muertos.

- ¿Muertos? – pregunté.

- Olvidaba el hecho que no recuerdas el pasado. El motivo por el que resides aquí no es solo porque fueras mi prometida y ahora la de Tae, sino porque tu familia fue asesinada.

- ¿Asesinada? – pregunté.

- Ese día...

- ¿El día en el que supuestamente te traicioné? – pregunté.

- Ese día fue la primera vez que Suga apareció y como resultado, toda tu familia, murió. No recuerdo demasiado, pero todos dijeron que fui yo, que algo se apoderó de mí, que en mis ojos se podía leer mi sed de sangre, así que supongo que se referían a Suga.

- Tampoco logro recordar, pero creo que es lo más probable. – Sabía que jamás lo recordaría, porque no eran mis vivencias, no obstante, a diferencia de aquella chica en la que albergaba, no pararía hasta descubrir aquel secreto, lo que realmente pasó en aquel entonces y como podría evitar que intentará matarme.

- No tienes porque forzarte. – acarició mi mejilla con gentileza y después se acercó ligeramente a mí.

- Quiero hablarte de algo. – toqué su mano y después lo forcé a sentarse en aquella cama.

- ¿De qué quieres hablar? – preguntó tras mirarme.

- ¿Qué dirías si pudiera quitarte esa cicatriz? – pregunté. Aparté la máscara y comencé a acariciar su cicatriz.

- ¿Lo dices en serio? – parecí alegre por ello, tanto que sin pensarlo me derribó en aquella cama y me miró fijamente desde arriba.

- Cabe la posibilidad de que así sea. – pronuncié. Su semblante e inexpresivo se iluminó en una amplia sonrisa, por lo que sin poder contenerme lo abracé con fuerza. – Aunque me lleve toda una eternidad, lo lograré.

- Aún me pregunto que hice para merecerte. – me miró, cuando seguí aquel pensamiento, aquel sentimiento que pedía que lo besará, pues la realidad era que ya no podía contenerme más y al sentir como sus manos me tocaban, como sus labios me aceptaban, supe que a él le pasaba exactamente lo mismo que a mí, pero también sabía que, de no haber tomado la iniciativa, no me hubiera besado.

Holaa, muchas gracias a todos los que me hacen saber que les gusta. Para el próximo capítulo la meta será 6 estrellas. Comentarios, los que deseen. Mil gracias 💙💙💙💙

El nuevo reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora