Cap 18

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- Tn. – expresó al ver que me marchaba sin despedirme.

- Sí. – pronuncié.

- Sé que no eres ella, pero no puedo evitar mirarte y querer acercarme. ¿Crees que podríamos ser cercanos? – sin duda era algo peligroso, no era ella, pero para él, aquello parecía no ser importante.

- Podemos. Siempre que quieras verme, ven a buscarme. – aquello, era lo único que podía decir.

Seguí caminando hacia mis aposentos, cuando sentí a alguien detrás de mí. Me giré rápidamente cuando me encontré a Yoongi, por un segundo pensé que estaba enfadado, cuando se limitó a abrazarme.

- ¿Volviste con él? – me susurró. Me separé de él y después lo miré.

- ¿Cómo podría? Esta alma, es solo tuya. – pronuncié con una sonrisa, aunque por alguna razón me sentía triste y solitaria, por lo que aquellas lágrimas surgieron.

- No me dejes nunca. – pronunció tras llevarme hasta él y abrazarme con fuerza.

Fue ahí, cuando supe que aquellas lágrimas enmascaraban también el miedo de no volver a verlo, de terminar en aquel lugar, que era peor que el infierno, por eso cuando me tocó, supe que no quería marcharme, incluso si ese cuerpo no era el mío, deseaba quedarme a su lado y no porque quisiera salvarlo de aquel final trágico, sino porque realmente, me había enamorado de cada una de sus partes. Aunque también era cierto, que no podía amar a Suga, por que esa parte de él, solo le causaba sufrimiento y a la vez, por alguna razón tampoco podía aceptar el hecho de que quisiera matarme.

- No lo haré. – me separé de él ligeramente, cuando me dejé llevar por aquel sentimiento, por aquel deseo y volví a besarlo.

Por alguna razón, aquel beso era más agresivo que los que acostumbraba, pues no tardó en llevarme hasta él y meter su lengua en mi boca, y aunque realmente no me disgustaba, podía sentir que era algo diferente.

- Yoongi. – pronuncié tras separarme de él.

- Lo siento. – expresó.

- Esta bien, pero no creo que debamos estar mucho más tiempo aquí. ¿Quieres venir a mi cuarto? – desde luego que era una invitación indecente, pero me daba igual, porque había llegado un momento en que mi cuerpo quería más que un beso, pero por ahora, solo codiciaría levantarme a su lado.

- No creo que sea lo adecuado.

- ¿Puedes olvidar todo esto por un segundo? – pregunté.

- Puedo, pero lo que no puedo es controlarme. Porque te deseo, y lo que realmente deseo hacer va más allá de un simple beso. – en ese momento comencé a reír. – No te rías. – pronunció un tanto molesto.

- Sabes, no es el único que se esta conteniendo. – posé mi mano en su torso. Agarré su vestimenta y después lo traje hacia a mí. – ¿Realmente piensas que no te deseo? Pues claro que quiero tenerte en mi cama. – sonreí y después caminé hacia mi cuarto, cuando vi que me estaba siguiendo.

- ¿Estás segura? – preguntó tras detenerse en la puerta del cuarto.

- Completamente segura. – pasé al interior de la misma, cuando entró y cerró la puerta rápidamente.

Mis ojos le divisaban entre aquella oscuridad, y él, parecía titubear en proseguir con todo aquello, cuando alargué mi mano y lo invité a venir hacia a mí, pero entonces, con solo aquello, se olvidó de aquel obstáculo que en mi tiempo no existía.

Me tumbé en la cama mientras que sus ojos me miraban fijamente, mientras que intentaba descifrar mis pensamientos, pero entonces, se acercó y me besó con suavidad, mientras que sus manos se deslizaban por aquella vestimenta, mientras que comenzaba a quitarme aquellas prendas que cubrían mi cuerpo, mientras que mis manos hacían lo mismo, pues lo deseaba tener desnudo ante mí.

- Eres hermosa. – pronunció al estar completamente al descubierto.

Sus ojos se llenaron de brillo, por lo que sonreí ligeramente ante su comentario. Terminó de quitarse la ropa y después vino a mí, sus labios descendieron por mi cuello, y prosiguió besando cada parte de mí, mi pecho, mi espalda y mis piernas.

Sin duda, quería hacerme saber que me quería, ya que cada vez que iba a una parte nueva de mí, me miraba ligeramente, y realmente, solo deseaba que siguiera, pero aquello, solo era el principio, los preliminares, pues el verdadero acto no tardó en llegar, pues no tardó en volver a mí, a entregarse completamente, a dejarme disfrutar de todo su ser, y volvernos uno.

Pero aquel acto, el mismo que nos volvía más unidos, venía de la mano del puro placer, de aquel sentimiento mutuo, del amor y del hecho de querer tener más de aquella persona a la que amabas y deseabas, pues, aunque era un acto carnal, en algún punto, era como si nuestras almas se tomaran y se abrazaran.

- Nunca creí que sería así estar con tu persona amada. – acarició mi costado mientras que me abrazaba con fuerza.

- Se siente como tocar el cielo. – besé su torso y después me acurruqué en él, mientras que yacíamos en aquella cama, mientras que nos abrigamos con aquella pequeña manta y sobre todo con nuestros cuerpos calientes.

Espero que os haya gustado el capitulo. Pronto se desvelará mucho más. Muchas gracias. 💕💕

El nuevo reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora