Cap 25

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Tres años después de haber sido llevada al mundo de los dioses.

- Diosa de la naturaleza. – expresé tras acercarme a ella.

- ¿Qué te trae por aquí, Dios del agua? – preguntó.

- El Dios del aire me comunicó la reunión que iba a ver. – añadí.

- Es sobre eso. Supongo que ya nos estarán esperando. Es hora de dejarte suelta nuevamente en el mundo humano.

- ¿Tan rápido? – pregunté.

- Te convertiste en un gran Dios. Así que ahora, solo debes de ir a enfrentarlo y después de eso... el maleficio que lanzó la pequeña semilla de agua desaparecerá.

- Sé sobre eso. El mundo se llenaría de pobreza con el regreso de Suga, pero si el muere definitivamente, el mundo se llenará de prosperidad.

- Veo que estás al tanto ya de todo. – expresó el Dios del aire.

- Así es, tuve mucho tiempo para comprender todo. Así como para saber todo sobre el agua. – moví mi mano y aquellas serpientes hechas de agua comenzaron a moverse por mi alrededor.

- Parece que ya puedes manejarlas. Recuerdo cuando llegaste, te rechazaban.

- Solo era un extraña para ellas en aquel entonces, pero ahora, somos aliadas. – toqué una de las serpientes de agua cuando se acercó más a mí.

- Debes de saber algo más. – expresó la Diosa.

- ¿El qué? – pregunté.

- El tiempo que pasaste fuera, es mucho más del que pasó aquí.

- Desconozco cuanto tiempo pasó aquí, pues el tiempo es algo que solo el mundo humano conoce.

- Buena respuesta, pero pasaron años. Así que es posible que las cosas hayan cambiado. Además, el cuerpo con el que irás ahora, no es el de la princesa, sino el que tu misma crearas con tus poderes.

- Lo sé. Olvidáis el hecho de que sé todo al respecto. Iré y mataré a ese hombre.

- Buena suerte. – caminé nuevamente hacia la salida cuando una luz me cegó. A su vez, todo mi ser estaba a punto de tomar forma, de materializarse en un cuerpo humano.

Mis ojos se posaron en los alrededores. Estaba en medio del bosque, perdida, y sin saber realmente lo que debía de hacer, pero incluso en aquel momento sabía lo que debía hacer, llegar a palacio.

- ¿Ha veis visto a esa mujer? – mis ojos se giraron hacia aquellos hombres que estaban cazando y por alguna razón entendí a la diosa naturaleza, esa irá y furia que sentía cada vez que mataban a un ser que habitaba en sus tierras.

- Es realmente hermosa. – así era ahora, hermosa. Alguien deslumbrante.

Pues era una Diosa y mi cuerpo no merecía menos que reflejar esa belleza infinita que los caracterizaba. Sin embargo, en aquel momento no me importaba nada más que hacer justicia por aquel pequeño animal, por lo que alcé mi mano y les despojé de aquellas armas.

- Es hora de volver a casa. – posé mi mano en aquella herida y la curé rápidamente. – Matar por necesidad y por alimento no es un crimen. Matar por placer y diversión, es el peor de ellos. – ahora conocía la ira de un Dios y sabía que la vida humana era realmente frágil.

Seguí caminando hasta que me encontré en frente de aquella muralla, la misma que protegía la casa del emperador, la misma que parecía tener un olor a muerte. Di un paso al frente cuando una flecha se dirigió hacia a mi persona, rápidamente una de mis serpientes la detuvo.

- ¿Qué eres? – preguntó.

- Soy la Diosa del agua, pero eso no importa porque no recordarás nada. – una de mis serpientes se introdujo dentro de su mente, permitiéndome ver todo lo que había acontecido en esos dos años.

Aquellos hermanos, habían sido expulsados, rebajados a una vida mediocre y trabajadora, algo de lo que desde luego no estaban preparados y Suga, había obtenido el control completo de Yoongi y a su vez, Jungkook había perdido su oportunidad de llegar al otro.

- Hay una intrusa. – otro soldado había gritado aquello tras ver mi presencia. 

- Ha llegado el momento de despedirnos por ahora. – desaparecí y me adentré en el bosque nuevamente.

- ¿Quién eres? – preguntó alguien desde atrás de mí, con un arma en la mano y con unos ojos fieros.

- Nos volvemos a encontrar, Jungkook. – mis ojos fueron rápidamente hacia aquel suelo, sin vida, sin futuro y entonces comprendí que la tierra había comenzado a morir, provocando hambruna y sequía.

- ¿Nos conocemos? – preguntó.

- ¿Tan rápido te olvidas de mí? Así que te volviste un ermitaño después de que te expulsarán de palacio.

- Tn. – expresó Jungkook al instante tras verme en frente de sus ojos.

Sin embargo, la persona que estaba frente a sus ojos no era aquella que conoció antes de introducirse en aquel lugar, pues incluso ahora tenía mi propio cuerpo, ya no era aquella princesa, alguien que ocupó el lugar de otra y tampoco era la chica a la que besó, sino que ahora era una Diosa y tenía un cometido.

- Bueno, se podría decir que si o al menos, que una vez fui esa Tn a la que te refieres. Sin embargo, el cuerpo que ocupaba era el de tu amada, aquella con la que tanto ansiabas escaparte. Mientras que yo volví a ser lo que siempre estuve destinada a ser,  la Diosa del agua, aunque para los humanos, soy un dragón. Es así como me representan y es así mi esencia. – pronuncié.

- ¿Diosa? - preguntó atónito

- Así es. Ahora dime, ¿Por qué no elegiste quedarte a su lado? Después de que su cuerpo quedara libre, debía de ser la princesa de siempre.

- Era la misma que aquel entonces. La misma con la que planeé fugarme, pero había otro problema.

- No veo donde podría estar el problema.

- Yo no era mismo. Así que al final, ella decidió marcharse con Tae. Él se hizo mercader después de ser expulsado de palacio, mientras que yo deseé estar en el bosque

- Y me pregunto por qué. ¿Por qué no ser rey? – pregunté.

- Porque no pude vencerlo. Si daba un paso más, él no se detendría hasta matar a mis hermanos.

- Aunque te hubieras enfrentado a él. No hubieras podido ser el rey, siento haberte pedido algo tan absurdo como eso. Sin embargo, restableceré el orden y te entregaré el trono, tal y como siempre debió ser. Esta noche, mataré a Suga

Espero que os haya gustado el capítulo. Muchas gracias 😊😊

El nuevo reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora