Cap 12

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- No voy a andarme con rodeos. Escuché que tienes el poder de los dioses.

- No sé nada al respecto. – negué.

- Supongo que no quieres que nadie lo sepa, pero eso no importa, porque lo sé y tengo un trato para ofrecerte. – expresó

- ¿Un trato? – pregunté.

- Mi hijo, Tae. ¿Por qué no lo escoges a él? – en ese momento junté las piezas.

- Ya dije que soy la prometida de su hijo Yoongi.

- Prometida de un monstruo.

- No vaya por ese camino. – expresé, por alguna razón cuando me enfadaba mi pecho ardía.

- ¿Cómo puedes mirarlo a la cara? Incluso yo siendo su madre solo puedo sentir rechazo por él.

- Si me llamó para insultar a mi futuro esposo, solo le diré que mi educación y mi respeto termina aquí. – pronuncié.

- Es así como hablas a la emperatriz. – supongo que se creía intocable, pero lo que no sabía es que, hasta la emperatriz, tenía fecha de caducidad y la suya estaba cerca, ¿Por qué lo sabía? Por el libro, pero no pensaba decir nada, y aunque lo sabía, su muerte, no pesaría en mi conciencia.

- ¿Es así como habla a la enviada de los dioses? – pregunté.

- Vaya, así que sabes como usarlo para tu conveniencia. – expresó.

- Hasta alguien como yo, sabe que nadie puede oponerse a las palabras de los dioses. Así que lo usaré para proteger a las personas que quiero.

- Nunca dije que no lo usarás, pero te confundes en cuanto a la persona a la que proteger, ¿Proteger a un asesino? – preguntó.

- ¿Asesino? Me preguntó a quién salió. – no me contuve, la ataqué, porque sabía que estaba detrás de varios asesinatos.

- ¿Estás insinuando algo?

- No me atrevería, aunque hay un dicho que dice "Que el que se pica, ajos come" – expresé.

- ¿Qué significa eso? – preguntó.

- Qué si te ofendes es por algo. Solo diré esto una vez, no me hagas ser tu enemiga, porque realmente puedo ser la peor de todas. – me incorporé y después me dirigí hacia la puerta.

- ¿Acaso me estás amenazando? – preguntó.

- ¿Acaso no era esa tu intención? Siento no ser como esperabas, porque seré muchas cosas, pero jamás me dejaré manipular por alguien como tú. – abrí aquella puerta y después me marché, pues al menos sabía que le había quedado claro aquello, que no podría tocar a Yoongi y que no elegiría a otro para ser rey, porque sabía que Tae, si podría manipularlo.

- Tn. – mi nombre resonó en el aire, por lo que alcé mis ojos hacia aquella persona.

- Namjoon. – pronuncié tras acercarme.

- Parece que ya comenzaron tejer las redes, esto solo es el principio.

- Lo sé. lo he notado, pero no cederé. Por cierto, hay que hacer algo con la cicatriz de tu hermano.

- ¿Hacer algo? ¿Acaso se puede hacer algo? – preguntó.

- Bueno... tal vez. – era el momento, era el momento de intentar aquello y era verdad que no tenía absolutamente idea de maquillaje, pero de donde venía, podías hasta cambiar la forma de tu rostro con maquillaje, podías hacer tus ojos y labios más grandes, tu nariz y contorno más pequeños, así que, ¿Por qué no se podría enmascarar una cicatriz?

- Si pudieras hacerlo, sería un milagro.

- No, sería justicia. Realmente no sé en que momento pensasteis que una cicatriz puede marcar tu final, pero para mí esa cicatriz, no significa absolutamente nada. Su belleza, sigue intacta para mí y si esa cicatriz desaparece, no lo haré por mí, ni por nadie más, que él, porque sé que realmente eso le está destruyendo.

- Realmente parece que serías capaz de dar todo por él.

- Así es. – pronuncié.

Después de todo o al menos según lo entendía, el motivo por el que llegué hasta allí, no fue otra, que la de darle una oportunidad, la de quedarme a su lado y hacerle saber que todo estaría bien, que esa maldita cicatriz, no le impedía llegar hacer cosas grandes, ni tampoco ser rey y que, si había algo que debía de darle miedo, era Suga, su otra personalidad.

- No sé de donde te sacaron o que pasó, para que tu mentalidad cambiará, pero me alegra, porque de no haberla cambiado, simplemente hubieras sido vendida a uno de nosotros.

- Y aún quieren hacerlo, pero no dejaré que pase, después de todo, soy alguien al que no pueden tocar. – expresé.

- Me pregunto si eso fue lo que hizo que Yoongi te escogiera.

- No lo sé, y tampoco le preguntaré, porque solo quiero que él sea feliz. – me incliné y después me marché, pues no tenía sentido que siguiera hablando con él, pues la realidad era, que yo quería que su final no fuera el de aquel libro, por qué después de todo lo que había sufrido, no quería que muriera de aquella forma, solo y triste, pensando que realmente merecía la pena morir, porque estaba maldito y porque nadie jamás lo querría. 

El nuevo reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora